N

495 42 5
                                    

Se nos vienen las bodaaaaaas! Aaaaah!

A leer!

~°*†*°~+~°*†*°~

Una boda argentina con mucho tango


Los artículos de reporteros que fueron invitados a la boda poseían encabezados similares. En líneas escritas por dedos ávidos de transmitir la noticia más jugosa del año, se habló de una boda digna de cuentos de hadas o fantasía: una iglesia adornada con arreglos florales blancos con una rosa roja y una azul en el centro en representación de los novios; Lionel y Cristiano luciendo esos trajes hechos por expertos modistas de Louis Vuitton, el alfa ataviado en azul índigo y corbata de color plata, mientras que el omega optó por el beige y el dorado. Durante la ceremonia, el coro hacía un eco angelical en las paredes antiguas de la Catedral de Nuestra Señora del Rosario. Algunos perjuraban que se trató de una boda propia de semidioses, bendecida por la Señora del Rosario y en la que se recitaron los votos con tal solemnidad que a más de uno le arrancó una sonrisa enamorada.

La mirada de los novios era de adoración dulce, de amor vigoroso e intenso. Era como si ellos fueran el mundo y nadie más. En las páginas de revistas físicas y digitales, en las publicaciones en redes sociales, una de las fotos virales del momento era aquella en la que dos grandes leyendas vivientes del futbol se sonreían luego de un beso afectuoso. No existían palabras capaces de describir la suavidad con la que se trataban.

Una vez se abandonó la iglesia, la fiesta privada a la que unos cuantos reporteros fueron invitados, esos que estaban en las buenas gracias de ambos exjugadores, se realizó en un jardín decorado con las flores más exquisitas y frescas. La elegancia era palpable en los manteles finos de las mesas, en los platillos preparados por manos expertas, en las bebidas servidas a los asistentes y en el pastel de cuatro pisos. Pero lo más importante, lo que quedaría como un gran recuerdo para la posteridad sería ese primer baile.

Por las bocinas se escucharon las notas de un tango bien conocido, de un clásico compuesto por Carlos Gardel. Una pieza reconocida por extranjeros que llegaron a ver la película Esencia de Mujer: Por una cabeza.

La sorpresa en el público se vio impresa en sus rostros, salvo por esos dos que practicaron el baile por semanas. Contadas serían las personas que sabrían de esas clases privadas en las que Cristiano usó los pies para algo más que patear un esférico. La experiencia fue completamente nueva y refrescante, pues Lionel, aunque sabía un poco, estuvo a su lado sosteniéndolo cuando los pasos no salían como el instructor lo indicaba. Ambos danzaron este tango que volverían suyo por el resto de sus días, sonriendo embobados al escucharlo por coincidencia en películas o los lugares menos esperados. «Por una cabeza» se volvería ese baile que repetirían cada aniversario como un memento de su unión.

Cristiano se dejaba guiar por su alfa, disfrutando de cada vuelta, de la cercanía que había entre ellos. La pista fue suya por el tiempo que la canción sonó.

—Cris, mi Cris —murmuró Lionel al final de la pieza cuando lo atrajo hacia sí—, te amo.

El corazón del omega palpitó con fuerza, los ojos amenazaron con derramar lágrimas y en la garganta quedó atorada la confesión tan esperada.

«También te amo, Leo» era lo que deseaba decir el portugués que recurrió a un beso pasional como respuesta temporal.

.

Entrada la noche, la fiesta fue abandonada por los recién casados que tomarían un vuelo de madrugada a Portugal. Matías, uno de los hermanos mayores de Lionel, fue el chofer designado que los llevaría al aeropuerto para emprender un largo viaje. Antes de partir, los esposos se cambiaron de vestimenta para ir más cómodos pues harían dos escalas antes de llegar a su destino: Lisboa.

Querido (des)conocido - [Cristessi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora