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Hola!

Nos vemos de nuevo~ 

Muchas gracias por seguir la historia!

A leer!

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Leo Messi, positivo en COVID.


Ese era el titular del momento y el susodicho estaba fuera de sí. ¿Por qué le pasaba esto a él? Los síntomas tumbaron a la estrella del firmamento. Fue un suplicio sobrevivir a la enfermedad. Pensó que moriría, que dejaría el mundo sin siquiera haber cumplido la promesa con Cristiano. No era justo.

En medio de la nubosidad dejada por la fiebre y los dolores de cabeza, los recuerdos de llamadas escuetas con el omega estaban ahí, consolándolo. Para cuando se sintió mejor, CR7 seguía mensajeándose con él, haciendo más llevadero el aislamiento.

Lamentablemente, a su regreso se había perdido de tres partidos, dos de la Ligue 1 y otro de la Copa de Francia. Estuvo un mes y medio sin hacer nada. La frustración estaba comiéndolo vivo, por lo que tomó la peor decisión: apresuró su regreso a la cancha y terminó peor. Los pulmones sufrieron las secuelas y por poco y tuvo un colapso.

Fue como un avión en picada, que finalizó con la victoria del Real Madrid en la Champions.

De pronto, se sintió como un cachorro. Regresó a esos ayeres cuando llegó a España, alejado de la familia y amigos. ¿Por qué le pasaba esto en lo que sería el ocaso de su carrera? Situaciones como estas eran comunes en los veinte no pasando los treinta, ¿o sí?

No importaba. El único consuelo era la Copa Mundial y la promesa enlazada a ella. En el pasado, Argentina tuvo sus tropezones los cuales le hicieron pensar con ingenuidad de que en la siguiente Copa lograría sostener el trofeo dorado y un omega imbatible portaría su marca en el cuello.

Con ello en mente, Messi se esforzó en seguir las indicaciones médicas e ir poco a poco con los entrenamientos. Dio todo de sí en los partidos clasificatorios, siempre pendiente de Portugal y la súper estrella que le complementaba.

Entonces, recibió un mensaje de texto con una frase que le haría sonreír de oreja a oreja por semanas: «Nos vemos en Qatar, pequeño alfa».

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Bueno, al final se vieron antes para una sesión de fotos con Louis Vuitton programada para noviembre.

Fueron breves los instantes que cruzaron camino debido a las agendas de ambos, pero pudieron estar en la pequeña entrevista del detrás de cámaras. Para Lionel, el omega lucía como la representación viva de la elegancia y el porte. Las piernas largas avivaron la imaginación en la que estas se cernían a sus caderas mientras él arremetía en el interior del portugués. Los pectorales resaltaban por sobre la tela y al instante visualizó a un cachorro mamando del pezón.

Ah, maldita imaginación.

La risa y el carisma desbordante de Cristiano lo dejó como idiota hasta que le llamaron para dar su entrevista.

—Hasta Qatar, Leo —se despidió el omega con una sonrisa coqueta y un guiño.

¿Leo?

¡¿Leo?!

¡Le llamó Leo!

Sin lugar a dudas esa noche usó el masturbador con frenesí y gimió ronco el nombre del Comandante cuando llegó al orgasmo.

Querido (des)conocido - [Cristessi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora