CAPITULO [17]: Davenport

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Terminamos de comer y nos dirigimos al área de duchas, extrañaba tanto la sensación de una ducha caliente, nos permitieron estar todo el tiempo que quisiéramos y fue lo mejor que nos pasó en estos dos meses. Luego nos entregaron una tenida completa color madera como la de los reservistas y botines, además una tenida de práctica y un par de zapatillas nuevas.

Mis compañeros optaron por dormir unas horas antes de empezar a acostumbrarnos a nuestra nueva vida, yo fui en busca de Ben.

Recorrí toda la base y me impresionaba lo que habían hecho con una cueva bajo la tierra, no se apreciaban grandes daños por el terremoto, solo unas grietas en algunas paredes. Ben estaba descansando en su litera al otro lado de la base.

—Hola Ben —Le dije alzando la mano para saludar.

—Hola compañero —Me respondió.

—Quería agradecerte por traernos hasta aquí y lo siento por la forma en la que nos conocimos.

—No te preocupes Joe, creo que si yo hubiese estado en tu situación, hubiese hecho lo mismo —Me respondió.

—Tengo que encontrar a mi familia y a mis amigos —Le comenté.

— ¿Cómo sabes que los tiene el General Stevens? —Me preguntó.

—Porque yo vi cuando los maniataron y los subieron a la orquídea y ellos usaban un traje diferente al de ustedes —Le conté.

— ¿Alcanzaste a oír algún nombre o alguna palabra extraña, alguna clave? —Me interrogó.

—No Ben, solo vi al Oficial San Martín y lo sé porque oí su nombre la primera vez que nos cruzamos con el —Le relate.

—Está bien, tienes razón —Me miró —San Martín era mi mejor amigo en la base hasta que Stevens lo convirtió en su perrito faldero, así que estas en lo cierto. Stevens tiene a tus amigos.

Cada vez se iba aclarando un poco más el panorama, ahora solo me queda por saber a qué se refería el General Mayers cuando dijo que todo era artificial, refiriéndose a las catástrofes que asolaron South Forest.

Esa noche dormí, pero no tanto como hubiese querido, Ben nos levantó muy temprano para enseñarnos cómo funcionaba todo aquí dentro. Desayunamos a las siete de la mañana y el almuerzo se sirvió a eso de las doce del mediodía, para la base hoy era un día especial, porque era el día de rescate de sobrevivientes.

—Después de almorzar salen dos orquídeas con ocho oficiales cada una a revisar la ciudad hasta dar con sobrevivientes —Nos comentó Ben.

— ¿Y eso lo hacen solo una vez a la semana? —Pregunto Victoria, que a todo esto se veía guapísima con su traje de reservista.

—Sí, solo una vez a la semana y es el día que sabemos que la unidad Varí no sale a las calles —Comentó Ben.

— ¿Y cómo lo saben? —Quiso saber Victoria.

—Tenemos un patrón de coincidencia que fuimos armando y según ese patrón, ellos no salen los viernes —Respondió Ben.

—Que inteligentes —Comento Victoria y no sé si lo dijo enserio.

Le encargue especialmente a Ben si es que tenía algún dato de mis amigos, busque papel y lápiz y le entregue una pequeña descripción de ellos:

TOM

1.85cm, atlético, cabello rubio, piel clara y ojos azules, 22 años.

ANDY

1.80cm, atlético, cabello castaño claro, piel clara y ojos color marrón, 17 años.

BUNKER: La Primera Noche De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora