CAPITULO [23]: La Traición

182 22 12
                                    

La primera noche lejos de South Forest, la pasamos volando en aéreo propulsor, solo espero que a al bajarnos no nos reconozcan y mamá pueda ponernos a salvo a todos.

— ¿Puedo? —Me preguntó Victoria apuntando el asiento vacío a mi lado.

—Claro, adelante —Le dije.

— ¿Qué se supone que pasara ahora Joe? —Me preguntó.

—No lo sé, pero donde sea que este avión aterrice estaremos en peligro —Le respondí.

— ¿Es por el general Mayers? —Supuso.

—Si por él, debe haber abordado algún otro aéreo propulsor y cuando aterricemos lo más probable es que nos descubran —Le conté.

— ¿Y qué podemos hacer? —Su voz parecía de verdad muy cansada.

—Resistir.

Victoria apoyo su cara en mi hombro y diría que un par de lágrimas le corrieron por la mejilla en forma de protesta por su cansancio, le acaricié el cabello y antes de que se durmiera le dije:

—Gracias por estar conmigo —La mire sin pestañear —Sin ti todo hubiese sido diferente, tal vez no hubiese luchado tanto por sobrevivir.

—De nada Joe, tú me has salvado de todos los modos posibles, me diste luz en mi oscuridad absoluta y me alegraste hasta en mis días más tristes —Me lo dijo como si creyera que fuésemos a morir o algo así.

Se acercó y lejos de cualquier pronóstico me besó, me besó tanto y tantas veces que sentí que se me saldrían los labios, pero me gustaba, me hacía sentir diferente, como nunca me sentí antes. El mundo podría terminarse en este mismo momento y me daría igual, sus labios tenían un sabor tan rico, que nada conocido se le acerca en lo más mínimo así que no podría describirlo.

Pero como nada dura para siempre, una voz a través del alto parlante que debe pertenecer al piloto nos interrumpió.

—Soldados preparados para aterrizar —Dijo la voz.

— ¿Y que ahora se supone que tenemos que saltar o algo así? —Me preguntó Victoria.

—No yo creo que se refiere a los cinturones —Le dije sujetando el arnés para seguridad.

El aéreo propulsor comenzó a descender como en los juegos de los parques de diversiones, tenía los riñones en la faringe cuando tocamos tierra. Andy que estaba sentado frente a mi estaba tan pálido como yo y eso me reconfortó.

—Guarden las armas en los bolsos y no actúen sospechosos cuando bajemos —Dijo Tom.

— ¿Que puede ser menos sospecho que nuestro traje negro totalmente fuera del tono de los demás soldados? —Pensé.

—Tranquilos nadie nos notará —Dijo Eliot en tono muy irónico y eso también me reconfortó.

El aéreo propulsor abrió las compuertas para bajar y fui el primero en asomar cuando el oficial nos invitó a bajar, porque claro él no tenía ni la más remota idea de quien éramos nosotros y que en realidad mamá no estaba a cargo, si no que habíamos matado a dos de los tres cabecillas de todo esto.

Cuando asome me quise matar, estábamos al norte del país, zona costera y de muchos, muchos bosques, conozco el lugar, lo recuerdo de niño en vacaciones familiares y aunque no luce igual que en antaño se perfectamente dónde estoy.

El aéreo propulsor aparco justo en medio de la playa, la que se encontraba llena de personas, hombres, mujeres y niños, los que a medida que veían bajar a un soldado conocido se le abalanzaban para abrazar.

BUNKER: La Primera Noche De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora