CAPITULO [3]: El Bunker

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El aire era suficiente aquí abajo, papá pensó en todo. Tenemos luz, comida para muchos meses, camas individuales (bueno la mía la comparto con Andy). Tenemos hasta un radio que cada cierto tiempo capta alguna señal. Hay algo que no entiendo, al fondo del bunker tenemos dos puertas pequeñas que al abrirlas deja salir una luz azul en tono neón que baña ese espacio repleto de armas de todo tipo, ametralladoras, pistolas más pequeñas y algo que parecen granadas. ¿Para qué necesitaríamos armas si es el fin del mundo?

Estamos todos. Ni Andy, ni Tracy pudieron si quiera poner un pie en la calle para irse a sus casas. Comunicarse menos, luego del temblor de anoche estamos incomunicados, supongo que debe ser difícil estar lejos de tu familia cuando se trata del fin del mundo, pero es más seguro estar aquí dentro que intentando llegar a algún sitio.

Papá hizo este lugar pensando en cinco pero debido a los últimos acontecimientos y el caos que había afuera el número aumento, aun así el bunker sigue siendo grande y acogedor. Mamá y Tracy están preparando emparedados, que jolgorio... Claro un fin de mundo sin comida, definitivamente creo que esto se debería legalizar y tener un manual de aperitivos para el juicio final.

—Oye Tracy ¿A qué hora salen los cócteles? —Dije en tono irónico desde mi lugar al fondo de la habitación sentado y juntando mis brazos por delante de las rodillas con Andy a mi lado.

Un momento Andy, ese traidor buscando emparedados.

—Joe, hermano relájate —Me grito desde el otro rincón, ahora centro de operaciones del tente en pies —Si vamos a morir que no sea de hambre.

Carlos, mi hermano menor se acerca y se mete entre mis brazos en actitud de "abrázame". Es tan pequeño, creo que es primera vez que lo veo tan pequeño e indefenso, tiene miedo y es normal yo también lo tengo. Lo abrazo y me pregunta:

— ¿Que pasa afuera Joe?

—No lo sé Carlos, creo que la gente tiene miedo, pero tranquilo esto es como los simulacros que hacemos en el colegio recuerdas.

Pero en el fondo yo ya sabía que no era un simulacro, papá nos miraba como esperando que alguno se acercase a decirle "Oh si papá nos equivocamos, deberíamos haber creído en ti, perdónanos". Nadie lo hizo, aun no lo terminábamos de digerir.

Cuando desperté esta mañana y abrí las cortinas ni siquiera lo note, no vi el cambio, ahora pienso en cuantas personas alrededor del mundo no habrán muerto de ataques al corazón o si se produjo una ola de suicidios masivos por la impresión. Escucho a mi padre hablar e imagino un millón de cosas, trato de no perder detalle.

—Lo de anoche se produjo por lo cerca que las lunas están del planeta, lo más probable es que en otros lugares del mundo hayan ocurrido tsunamis, terremotos y quien sabe que más.

''Las lunas'' dice y escucharlo es como si estuviera hablando de otro lugar, pero no, yo lo vi a plena luz del día. Cuando salí al patio y mis vecinos cargaban sus autos y corrían en diferentes direcciones, estaban tan cerca que sentí que podía tocarlas, dos lunas. Gigantes, brillantes y podría haber visto sus detalles sin tener que usar binoculares o telescopios.

Obviamente no era normal la luna estuvo ahí desde siempre, crecimos con ella a kilómetros de distancia. A veces media, otra veces llena, nada tenía sentido. Estar aquí sentado esperando algo que tal vez no suceda, mi vida, lo que no hice, lo que me quedaba por vivir y no solo a mí, Carlitos el aún era un niño ¡Que injusticia!

Ya había transcurrido casi todo el primer día aquí dentro, era sábado y quedaba solo una semana para el baile del colegio. Desde aquí no se escuchaba ni un solo ruido del exterior, no teníamos frio ni calor, solo cada cierto rato sentíamos el piso moverse. Réplicas de lo de anoche o un aviso de algo nuevo, no lo sé.

BUNKER: La Primera Noche De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora