CAPITULO [19]: El Gran Escape

133 21 10
                                    

Los días siguientes los dedicamos a prácticas militares, ejercicios y armas. Desde el amanecer, hasta las últimas horas de la noche, si queríamos formar parte del grupo de rescate teníamos que estar preparados.

Dos semanas desde que llegamos a la base y no habíamos asomado ni un solo pie a la superficie, tampoco habíamos tenido nuevas noticias de la unidad Varí, ni de papá o el otro grupo donde estaban mis amigos. Yo aún sentía que necesitaba más respuestas.

Según los soldados que están vigilando continuamente la ciudad, todo se encontraba muy en calma y era razonable, ya no quedaban sobrevivientes que matar y nosotros nos escondíamos como ratas, debíamos preparar como corresponde el ataque.

El general Mayers no ha logrado contactar con las otras bases que están en ciudades vecinas, ni tampoco con el gobierno. El aún cree que se puede establecer algún acuerdo para que podamos salir con vida de aquí

Cuando South Forest aún era un buen lugar para vivir, amaba pasar las tardes en mi habitación leyendo algún libro de ciencia ficción o cocinaba palomitas con Tom y pasábamos tardes completas devorándonos Netflix.

Como me gustaría que todo volviera a ser así, de un golpe crecí y de un golpe lo perdí todo. Ni siquiera tengo mi móvil, lo deje en el bunker cuando se agotó la batería y supuse que no tendríamos electricidad por los siglos de los siglos.

— ¿Qué haces Joe? Te estuve buscando por todos los dormitorios —Me dijo Victoria mientras tomaba asiento junto a mí.

—Nada, quería pensar y el casino es lo más solitario cuando no es hora de comida —Lo dije y le sonreí.

—Hay algo que me gustaría que vieras —Me tomó de las manos y me llevo fuera del casino y pasando por el patio central.

— ¿A dónde vamos? —Pregunté.

—Tom despertó —Me Sonrió.

— ¿Qué? ¡Por dios corre! —Le respondí y corrí con una sonrisa gigante dibujada en la cara.

Era verdad, llegamos al cuarto de recuperación y a través del vidrio podíamos ver a la doctora y otros enfermeros revisar a mi hermano, cuando por fin terminaron la doctora Morris se acercó a mí y me dejo pasar, fui el primero en hablar con él.

— ¿Cómo te sientes Tom? —Le pregunté mientras cerraba la puerta de la sala de recuperación.

— ¡Hermano, ven aquí! —Me dijo y estiro los brazos para abrazarme, apenas sentándose en su cama.

— ¿Cómo estas Tom? —Le pregunté con mucha tristeza en mi voz, por un momento creí que lo perdería para siempre.

—Tenemos que salir de aquí Joe, ellos no son buenas personas —Me lo dijo mirándome a los ojos y por un momento me perdí en su confesión.

— ¿Perdón? ¿Tom te sientes bien? —Le pregunté buscando en sus ojos algo que me dijera que pasaba.

—Estoy bien Joe y confía en mí, ellos no son lo que tú crees —Finalizo.

La doctora volvió a entrar en la sala y le hizo un par de preguntas a Tom que me confundieron aún más.

— ¿Cómo te sientes cariño? ¿Sabes cómo te llamas o qué edad tienes?

—No recuerdo doctora, no sé cuál es mi nombre —Tom se tomó la cabeza con las dos manos y parecía sufrir.

— ¿Sabes quién es él? —Le interrogo la doctora a Tom, mientras me señalaba.

—No doctora yo no lo conozco —Respondió Tom.

No sé qué mierda pasa aquí o por que Tom está actuando tan extraño, salí de la sala para ubicarme nuevamente donde estaba Victoria y ella noto que algo no andaba bien.

BUNKER: La Primera Noche De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora