CAPITULO [4]: El servicio secreto

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El viento cálido me rosa las mejillas, siempre me parecía tan relajante pasar las tardes del verano recostado en el pasto mirando los patos nadar en la laguna. Tomaba mi bicicleta y recorría media ciudad para llegar aquí, era casi una rutina venir desde que era niño, pero la paz del momento se interrumpió con gritos. Unos gritos agudos que pedían ayuda, ¿Alguien se ahogaba? ¿De dónde vienen los gritos? Aunque intentaba ponerme de pie no podía, los gritos cada vez se sentían más fuerte, más familiares, más... Mi mamá.

Desperté y sentía los pulmones llenos de polvo, fue casi como volver de la muerte solo que en este caso eso hubiese sido mejor morir. Abrí los ojos y eché todo el polvo afuera, los gritos se detuvieron y aunque tenía los ojos abiertos no lograba ver nada ¿Por qué?

Recién ahí recordé, estábamos bajo tierra en el bunker de papá, intente llamar a Tom pero aún quedaba polvo que sacar afuera.

— ¿Tom? ¿Papá? —Nadie respondió.

—Joe hijo estoy aquí —Dijo mamá desde algún lugar cerca de mí. Sentí su voz pero no lograba ubicarla.

Aun seguíamos dentro del bunker pero ¿dónde estaban los demás?

—Mamá ¿estás bien?

—Si hijo pero no me puedo mover tengo algo sobre mis piernas y lo que cayó me quebró el tobillo derecho.

Me acerque siguiendo su voz y choque con un cuerpo y no era el de mamá, con las manos intente descifrar de quien se trataba pero mamá se adelantó.

—Es Tracy —Me dijo.

— ¿Está muerta? —Pregunté retirando las manos del cuerpo.

—Si cariño creo que sí, no tiene pulso.

Me moví tratando de no pasar sobre Tracy pero fue casi imposible, mamá estaba en el suelo a un costado de ella y con un gran bloque de concreto sobre sus piernas. El dolor fue tan grande que gritó y esos gritos me hicieron volver a la realidad.

— ¿Intentaste quitarlo? —le pregunte.

—Si pero no tengo la fuerza suficiente y el dolor es muy fuerte.

Intenté mover el bloque de sus piernas pero solo conseguí que sufriera, era muy pesado y yo me sentía muy débil y golpeado. Necesitaba ayuda pero no lograba ver nada, deje a mamá un momento para buscar la linterna de papá y tuve que tantear el piso con mis manos. El lugar estaba lleno de escombros y el polvo se comía el aire, di con la linterna y busque por toda la habitación a Tom o a Papá, pero todo era ruinas. Pase sobre mi litera destruida y di con Andy que estaba inconsciente y un poco golpeado.

Lo golpee en las mejillas a mano abierta hasta despertarlo, un poco aturdido pero en buen estado Andy fue de mucha ayuda para quitar el bloque de concreto de las piernas de mamá y claramente tenía una fractura en su tobillo.

—Mamá tienes que aguantar lo más que puedas, tenemos que buscar ayuda.

—Busca a tu padre él sabrá que hacer.

Asentí con la cabeza y busque a papá levantando escombros en toda la habitación pero no había nada, cubrimos el cuerpo de Tracy con una manta y di con la escalera que lleva al laboratorio de papá.

—Andy voy a subir puedes buscar otra linterna en los kits que papá armo, están dentro del armario del fondo.

—Hecho compañero, yo me quedo a cuidar, grita si ves algo o necesitas ayuda.

—Está bien —Le conteste.

Espere que Andy tomará una linterna y subí por la escalera apostada al muro del bunker, el lugar estaba por desmoronarse teníamos que salir rápido de ahí, lo más probable es que no resista algún otro movimiento de la tierra.

Cada vez estaba más cerca de llegar al final de la escalera que daba al subterráneo de la casa unos diez metros más arriba del bunker y el brillo comenzó a asomar conforme subía los peldaños de acero gastados y sucios, una vez arriba el brillo me cegó y tarde unos segundos en reincorporarme me apoye del suelo y subí.

Era como estar en medio de una piscina destruida llena de palos, latas y materiales de todo tipo, desde aquí solo veía el borde superior donde debería estar mi casa, pero al contrario sobre mí la noche inmensa y el brillo de las lunas que bañaban mi cara de incredulidad, subí por el montón de basura y llegue al patio de mi casa.

No quedaba nada, se podía apreciar el vacío total por lo brillante de la noche, el frio me recorría la piel y no sabía bien si tiritaba por lo que estaba viendo o realmente por el frio que hacía. Camine por un montón de escombros en donde antes estaba la avenida principal y al horizonte se apreciaban aun explosiones, llamas y el humo hacia muy difícil respirar con normalidad, las ruinas de lo que antes era la ciudad se apilaban en la sombra del crepúsculo, otros edificios simplemente ardían y otros con más suerte desaparecieron por completo.

— ¡Joe! —Un grito me paralizo por completo, me gire y vi a Tom venir avanzando por sobre otros montones de basuras y palos.

— ¿Dónde estabas? Mamá se quebró el tobillo y ni tú, ni papá, ni Carlos estaban dentro.

—Papá se ha ido y se llevó a Carlos, intente detenerlo pero subieron a una camioneta y se largaron —Tom apoyo las manos en sus rodillas e intento tomar aire antes de continuar —cuando desperté vi una luz que iluminaba el túnel de la escalera en el bunker y subí para seguirlos, me costó mantener el equilibro estaba muy desorientado. Cuando llegue arriba vi a papá tomar de la mano a Carlos y subirlo a una camioneta de vidrios polarizados y ruedas como las de un tanque, era una como un vehículo tipo servicio secreto.

Tardé en imaginar lo que Tom me contaba, se veía cansado y un poco golpeado.

— ¿Dónde habrá ido papá? —Lo dije mirando el desolado paisaje a mí alrededor.

Tom me hizo una seña para bajar del montón de escombros y volvimos al bunker o bueno lo que quedaba de él, no era más un sitio seguro debíamos volver arriba y construir algo para protegernos. Subir a mamá sería bastante complicado pero quedarse abajo era entregarnos a la muerte.

— ¿Dónde está tu papá Tom? —le dijo mamá a mi hermano.

—No lo sé —Respondió Tom —Subió a una camioneta con Carlos y desaparecieron, corrí pero arriba es casi imposible moverse con rapidez, no hay nada en pie y respirar a ratos se vuelve muy complicado.

—Lo mejor será subir y armar algún tipo de refugio en el sótano de la casa, bueno lo que antes era el sótano —Dije alumbrando con la linterna a mamá, ese fue el momento exacto donde Tom se percató del bulto bajo la manta.

—Lo siento hijo —Dijo mama mirando a Tom.

—Hay que sacarte de aquí, Joe tiene razón —Respondió Tom casi ignorando lo que había visto y con un tono duro que provoco un escalofríos en mi espalda.

Con Andy armaron una especie de mochila con cuerdas y mantas para subir a mamá en la espalda de Tom, mamá sufrió mucho y el dolor hizo que se desmayara, no sé si fue positivo o no pero lograron subirla al nivel del sótano.

Yo me dedique a juntar las provisiones y las armas para subirlas, si una camioneta recogió a papá podía significar dos cosas, que papá tenía ese mini rescate planeado y volverían por nosotros o que algo definitivamente no iba bien. Pero ¿Por qué papá no me lo diría? ¿Para eso eran las armas? Tal vez debería asegurarme y tomar la opción de la protección, pero de que algo raro había en todo esto, de eso si estaba seguro.

Recogí todo lo que pude, comida, agua, armas, cajas de provisiones, el laptop de papá, mantas y subí. A diferencia de la vez anterior ahora el frio me calaba los huesos y en un día normal ya debería estar por amanecer, pero no había ni rastros del sol. Limpiamos el lugar haciendo a un lado los trozos de muro, basura y restos de lo que había quedado en el piso del sótano, algunos fierros y palos los utilizamos para levantar una especie de campamento. Tom entablillo el pie de mamá y le dio algunos analgésicos para calmar el dolor.

El movimiento de tierra comenzó a bajar y ya no eran tan seguidos, disminuían considerablemente su magnitud con el paso de las horas, los móviles ya no servían. No había electricidad y estábamos muy cansados, la mejor decisión fue comer y dormir para luego discutir como seguiríamos, teníamos que encontrar a Papa y a Carlos o tal vez a otros supervivientes, claramente no podíamos ser los únicos.

BUNKER: La Primera Noche De La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora