Una Mini Versión de Mí - Guns N' Roses

Twelve ; Mockingbird

Los Angeles, California. 11 de mayo de 1990.

Había pasado un año y nueve meses de todo aquello. ¿Se preguntan el estado de nuestra parejita? Bueno, Slash logró darle una segunda oportunidad a Axl. Habían vuelto. No obstante, la relación no estaba del todo bien.

Eisley estaba volviendo del jardín de niños junto a Axl, quien la había ido a recoger.

Este último había notado que la pequeña estaba un tanto desanimada, lo que le extrañaba bastante.

- ¿Cómo te fue?... -Preguntó para romper el pequeño silencio incómodo que se había formado.

- Bien...

- ¿Enserio?

- Um... Va a ser el día de las mamis. Y tenemos que ir con nuestras mamis...-

Axl se maldijo en mil idiomas en ese momento.

- ¿No puedo ir yo? -La pelirroja negó con la cabeza. Este gesto traía consigo notoria tristeza- ¿No puede ir tu tío Duff con tacones?

- Tiene que ser mi mami...

- Mierda... Déjame ver qué hago, mi vida.

- Uhum.

Al llegar a la casa, Axl se encerró en su habitación.

¿Buscar el número de Erin?... No. Se lo sabía de memoria. Marcó el número en el teléfono. Milagrosamente, Erin atendió.

- ...¿Y tú qué mierda quieres? -Dijo ella.

- Tienes que ir al jardín de tu hija, te pagaré.

- ...No -Respondió, seca-. Y yo no tengo ninguna hija.

- Erin, por favor... Te daré lo que sea.

- No iré a ningún lado con tu mocosa.

- Por Dios, solo quince minutos -Insistió-. Quiero verla felíz.

- Suerte con eso entonces, no me importa tu intento de niña.

- ¡JÓDETE, MALDITA PERRA! -Exclamó, colgando el teléfono.

Axl comenzó, entonces, a destruír todo lo que tenía en frente.
Slash notó esto y se acercó a él bastante preocupado.

Slash:

- Amor, respira -Dije tratando de hacer que se calme. No sirvió de nada.

- ¡MALDITA PERRA HIJA DE PUTA! -Gritó Axl.

- ¡Axl! -Insistí tratando de no perder la paciencia. A este punto ya no me quedaba mucha.

- ¡BIEN, YA! ¡ESTOY CALMADO! -Su cara seguía roja del enojo.

- Umm... No, la verdad no lo estás.

- Es que... ¡Agh! ¡La maldita zorra de Erin!

Axl:

- ¿Hablaste con ella? -Preguntó calmado. A veces me asusta cómo puede llegar a conocerme tan bien.

- Hablé con ella -Reconocí.

- ¿Qué te dijo? -Siguió interrogando, pero de una forma calmada- ¿No irá con Eis...?

- ¿Cómo lo sabes?

- Ella me contó.

- Dijo que no tiene nada que ver con... Con ella...

Estaba a punto de llorar. Esto me destrozaba el corazón, ¿Cómo puede esta mujer ser tan insensible con su propia hija?
Me sentía un padre terrible. No quería ver a mi hija mal, no quería que sufriera y tampoco que tuviera una infancia como la mía.
Me había prometido darle la vida que nunca tuve, trato de alejarla de todo eso. Pero de algún modo parece... Que mientras más lo intento, menos me sale.
Pero, ¿Por ella? Por ella daría la vida y mucho más.