Seventen ; Chica lunar

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Osaka, Japón, 2009.

Axl:

Estábamos en pleno Chinese Democracy Tour. Este era nuestro primer concierto posterior al tan esperado lanzamiento del álbum del mismo nombre.
Me encontraba en los camerinos, pero esta vez me acompañaba alguien muy especial. Así como solía ser hace unos cuantos años, en la época dorada para Guns N' Roses. Sólo que esta vez, me acompañaba de otra manera.

— ¿Nerviosa? —Le pregunté viéndola, al notar que estaba temblando.

— Para nada... —Respondió jugando un poco con sus manos.

— Yo sé que puedes y que lo vas a hacer más que bien —Ella levantó la mirada y me dedicó una sonrisa—. Te amo mucho, linda.

— Yo más, papá.

— Yo más.

— Que yo más.

— ¡Que yoo!

— ¡El que lo dice primero gana!

— ...Que yo —Insistí.

— Yo puedo, yo puedo, yo puedo, yo puedo... —Dijo en tono bajo mientras juntaba sus manos.

Wow, increíble viniendo de ella.

— ...No puedo, no puedo, no puedo —Continuó.

— ¡Tú puedes! —Animé— Ya sabes, si te trabas, me buscas. ¡De todos modos estaré contigoo!

— Te amo, pa... —Habló y me abrazó—. Es mi primera presentación así, creo.

— Yo sé que puedes. Eres una Rose, naciste para esto.

Ella me sonrió. Su hermosa sonrisa que iluminaba mis días desde hacía veintitres años...
Simplemente la abracé y acaricié su cabello. Igual al mío, rojo... aunque el mío se estaba aclarando.
Ella apoyó su cabeza en mi hombro.

— No me canso de decírtelo. Te amo, hija.

— Yo más. Estoy muy felíz de tenerte.

— Yo igual, incluso más. Estoy muy orgulloso de como has crecido —Agregué con una sonrisa.

— Me vas a hacer llorar...

— Es la verdad.

— Gracias por todo, papi. Nunca voy a encontrar la forma de agradecerte por todo lo que hiciste y haces por mí.

— Dios, no me agradezcas. Haría lo que hago por tí y más...

— Te amo tanto...

— Yo a tí, linda —Miré mi reloj—. Ya va siendo hora de ir.

— Eso nunca te ha importado, ¿O sí? —Rió. Hice lo mismo.

— Tiempo pasado.

— Ajá.

— Vámonos.

Le tomé la mano y caminamos rumbo al escenario. Ella se quedó atrás, la banda y yo subimos.
Fue un sentimiento hermoso e indescriptible. Ví a mi alrededor. Era el lugar en el que amaba estar.
Tomé el micrófono y comencé a hablar mientras el público gritaba con euforia.

— Quería... presentarles a alguien muy especial —El público puso atención.

Volteé a verla. Tenía un hermoso brillo en sus verdes ojos.

— Mi querida hija, Eisley Rose, quien siempre me acompañó. Pero en esta ocasión especial, me va a acompañar en todo el show. Ven, nena...

Eisley subió al escenario, bastante tímida. Sin embargo, podía sentir su energía positiva y lo felíz que estaba.

El público sólo gritaba eufórico. 

— Diles algo... —Le susurré y ella tomó su micrófono.

— Yo... sólo quería agradecerles a todos ustedes por darme la oportunidad de estar aquí, en este gran escenario en el que siempre soñé estar. No se imaginan lo feliz que estoy en este momento pese a que no se me note mucho por los nervios —Soltó una risita nerviosa—. También le quisiera agradecer, de todo corazón, a quien tengo a mi lado esta noche —Volteó a verme mientras me dedicaba una sonrisa. El público victoreaba—. Quiero darle las gracias por todas las cosas que ha hecho por mí. Por estar ahí para mí. Para celebrar cada pequeño logro como si fuera suyo y por animarme a más. Por estar ahí en los buenos momentos como en los momentos de mierda y nunca dejarme sola. Tengo al mejor padre del mundo conmigo y estoy totalmente orgullosa de decir que mi padre es ¡W. Axl fuckin' Rose!

No podría explicar la forma en que me emocioné. Sabía que todos estos años esforzándome no habían sido en vano. Sabía que la había criado de la mejor manera.
La abracé fuerte, como si nunca quisiera soltarla. Ese abrazo se sintió eterno, como si hubiese sido el último. Me recordó, con un aire de nostalgia, a la primera vez que la sostuve en mis brazos aunque hubiese sido tan confuso. La primera vez que se durmió en ellos haciéndome saber lo segura que se sentía conmigo. Sus primeras risas, sus primeras palabras cuando repetía absolutamente todo lo que dijera. Sus primeros pasos, ¿cómo olvidarlos?
cuando correteaba por todo el backstage y luego se quedaba allí, detrás del escenario. Viéndonos tocar con toda la admiración del mundo como si fuéramos sus ídolos... porque eso éramos.

La pequeña niña que se emocionaba cuando tocábamos Patience. Que balanceaba su cabecita de un lado al otro al ritmo suave de las guitarras acústicas. La pequeña que siempre amó cantar y soñó con convertirse en una gran cantante y sí que su voz tenía potencial.
Las tardes de lluvia que pasábamos sentados en el piano tocando November Rain. Las clases de canto que le daba. Cuando, algunas veces, como todo ser humano se frustraba consigo misma al punto de llorar y decirse cosas horribles. Y ahí estaba yo para apoyarla, contenerla y animarla. Porque... eso es lo que un padre hace, ¿no?

Ahora todo eso eran sólo recuerdos. Recuerdos que jamás van a volver pero de todos modos estaban allí. Me recordaban, una vez más, que mi pequeña niña ya había crecido y mucho. Pero, para mí... para mí ella seguía siendo mi chica lunar.

Una Mini Versión de Mí - Guns N' RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora