One ; 𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝑵𝒊𝒏̃𝒂 𝑴𝒊𝒂

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Los Angeles, California, Marzo de 1986.

"She got eyes of the bluest skies, as if they thought of rain.
I'd hate to look into those eyes and see an ounce of pain"

Transcurría el año 1986. Era un miércoles, en aquel departamento de Los Angeles, dónde la pareja se encontraba viviendo.

Ya estaba clara la clase de amor que llevaban... Y algún que otro golpe para matar el tiempo no venía mal.

Ella le reclamaba el hecho de que se haya acostado quién sabe con cuántas mujeres, y el no haberse aparecido en su casa durante toda una semana.
Él solo la veía con desinterés en lo que hiciera o dijera.

— ¿Y qué quieres que haga, eh?

— ¡¿Quedarte con la persona a la que extorsionaste para que se casara contigo?! —Vociferó molesta.— ¡Si tanto me querías, aquí me tienes, maldito enfermo!

— ¿¡Podrías calmarte, Mujer!?, eres tan paranóica, No fue para tanto.

— ¡¿Y todavía dices que no fue para tanto?!

— ¿Por estar casado significa que no me puedo acostar con otras mujeres?, estás embarazada, no sirve de nada...

Así es, la chica tenía tres meses de embarazo. ¿Cómo pasó? La típica "reconciliación" luego de alguna pelea.

— Sí, yo me embaracé sola.

— ¡Ya te dije que abortes!, Ja, de seguro que ese hijo ni es mío...

— ¡¿Y de quién más va a ser?! ¡¿De tus amiguitos?!

— ¡A ver, serías capaz!

— ...Sí, pero no es así esta vez.

Al oír esto, él se levantó rápidamente para darle un golpe.. no muy suave, con el cual ésta terminaría en el suelo.

— ¡¿QUÉ MIERDA TIENES EN LA CABEZA?! —Reclamó una vez en el suelo.

— ¡¿PODRÍAS CALLARTE?!

— ¡CÁLLAME!

Ésta vez la tomó por el cabello, comenzando a golpearla fuertemente, hasta dejarla sangrando. Sin embargo, esto no era suficiente para él.
Y estos arranques de ira eran cosa de todos los días, como usar a su mujer como saco de boxeo, también.

— ¿Ya te desquitaste? Suéltame, ahora.

— No lo haré.

— ¡SUÉLTAME!

— ¡TE DIJE QUE NO, MIERDA!

Otro golpe seco, y Everly ya casi no tenía fuerzas.

— ¡Suéltame, maldito hijo de puta, suéltame!

— ¡TE DIJE QUE DE AQUÍ NO TE IRÁS!

Ella sabía que tenía que salir de allí o su bebé terminaría mal..
Solo trató de zafarse del agarre de su contrario, pero era inútil, él tenía más fuerza.
Comenzó a sentir fuertes puntadas en su vientre, y un dolor que se iba intensificando con el pasar de los minutos, lo cuál comenzó a desesperarla.

— ...déjame, por favor.

— Pues, tendrás que rogarme al parecer...

— ¡SUÉLTAME, MALDITO HIJO DE PERRA! —Exclamó lanzando golpes al aire.

— No, nada de eso... —Exclamó acercando su rostro al de ella... Antes de dar su próximo golpe.

Esa había sido la primera vez que en ella temió por su vida, a manos de ese chico quién le juraba amor eterno.

Una Mini Versión de Mí - Guns N' RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora