Capítulo 3

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El duque Arman y la duquesa, que esperaban en el carruaje, me fulminaron con la mirada. Mi hermanastro -o debería decir, el hermanastro de Scarlett- tenía la boca ligeramente abierta.

Isar Arman era el hermanastro mayor de Scarlett. Solían ser como cualquier otros hermanos, discutían todo el tiempo pero seguían siendo bastante unidos. Sin embargo, el tiempo había hecho que se distanciaran. Por supuesto, nunca dejaban de discutir cada vez que se encontraban.

—Cierra la boca antes de que algo se meta en ella.

Woah. ¿Por qué me está escuchando?

Ignorando su mirada cargada de ridículo, subí al carruaje con ligereza. Sí, era bueno ser rico.

Los cojines eran fantásticos. Las miradas de las otras tres personas del carruaje no se apartaron de mí en todo el viaje. Bueno, no iba a perder el concurso de miradas. Si tienes algo que decir, escúpelo. La única razón por la que no había explotado ya era que quería evitar conversaciones innecesarias.

No te tengo miedo. Por supuesto, no pude evitar replicar.

El último mes y una semana habían sido un infierno. Miré fríamente al duque y a la duquesa. No creía que fueran capaces de caerme bien, por mucho que lo intentara.

Hmph.

Después de la transmigración, me había dado una vuelta por los recovecos de la mansión.

<Recovecos: Sitio escondido, rincón.>

Por supuesto, me topé varias veces con los padres de Scarlett. Y cada vez, una retahíla de advertencias -o debería decir, maldiciones- me había saludado.

El duque trataba a su propia hija como basura, y la duquesa aprovechaba cualquier oportunidad para desanimar a Scarlett...

Me maldijeron muchas veces a la cara. El duque que me miraba con una mirada de muerte probablemente se quedó mudo ante mi absurdez ahora. Me pregunto si volverá a abofetearme.

Qué animal.

Pero no, tendía a ser menos violento ante su esposa. No porque fuera considerado con ella, sino porque odiaba el desprecio que rezumaban sus ojos cuando golpeaba a alguien. Así que no, no me pegaría en el carruaje. Aunque podría empezar a gritar.

El tiempo parecía ralentizarse en el gélido silencio. Al menos hasta que la persona menos indicada para romper el silencio lo hizo de repente.

—¿Qué te pasa hoy?

Isar Arman nunca hablaba ante el duque y la duquesa. Me volví hacia él, entrecerrando los ojos con desconfianza. A decir verdad, era el único hombre de la familia con el que sentía algo parecido a comodidad.

Fue la primera persona con la que me crucé el día que transmigré.

Además, era amable con Scarlett. En la historia original, había sido el único que había intentado sacar a Scarlett de la cárcel tras recibir su sentencia de muerte. Ahora que lo pienso, Scarlett había intentado suicidarse justo antes de transmigrar.

Esto nunca se mencionó en la novela, así que no sabía porqué. Fue Isar quien la encontró primero y le salvó la vida. Me había mirado fijamente durante mucho tiempo cuando me desperté y finalmente se marchó después de decir una palabra.

—Descansa.

Por eso me sentía incómoda a su lado, pero no le odiaba. Decidí tener la cortesía de contestarle.

<¿Te sientes cómoda o no? Decídete, mujer.>

—No sé de qué me estás hablando.

—Sí que lo sabes. Ese vestido...

10 Formas de Enamorar a Un TiranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora