Estaba claro que no le habría complacido escuchar una profecía, independientemente de su contenido. Carlomagno habría dicho lo mismo a quien hubiera estado en mi lugar. Él tenía un trauma con respecto a ellos, después de todo.
—Su Majestad, estoy bien.
Parecía escéptico. Vaya. ¿Era realmente el tipo que le cortaba la cabeza a la gente? Riendo torpemente por vergüenza, decidí hablar con honestidad esta vez. –Estoy realmente bien. No me importará, como has dicho. Sabes, sólo puedes vivir el ahora, independientemente de la vida que lleves. Así que si estás satisfecho con cómo has vivido hasta ahora, ¡eso es lo que importa! Ése es mi principio.
Aunque un poco cursi. Carlomagno no reaccionó mucho a lo que dije, pero el aire pesado que le rodeaba se había disipado, así que me limité a sonreír.
Asintiendo ante el ambiente más ligero, añadí: —Hoy... ha sido satisfactorio para mí, Majestad. Espero que disfrute... de la toronja.
Su respuesta llegó al cabo de un rato. O, más exactamente, su respuesta llegó en forma de suspiro. Pero fue una respuesta más contundente que cualquier cosa que pudiera haber dicho. Me esforzaba por contener la risa cuando Carlomagno me puso ligeramente una mano en la cintura y entonces...
—¡Vaya!— Las calles por las que había caminado antes pasaron borrosas mientras volábamos como el viento.
—¡Qué!¿Me hizo caminar cuando podría haber hecho esto? Y el canciller, ¡teniendo el descaro de dormitar frente a la entrada de la prisión! Carlomagno no se detuvo, pasando al lado del canciller. Entonces, estábamos en las puertas de la mansión Arman en un abrir y cerrar de ojos.
—Wow.
Debería estar enojada, pero eso fue tan genial...
—Te veré en nuestra próxima reunión.
Me di la vuelta en cuanto mis pies tocaron el suelo, pero el tirano ya se había ido.
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–Majestad.— Clover entró en el despacho como de costumbre, sin dar muestras de haber estado dormido. —¿Ha ocurrido algo?— Con expresión preocupada, miró a su señor sentado en el alféizar de la ventana.
—Bueno... No me ha pasado nada.
—¿Y a la señora?
El canciller había organizado el evento a propósito para saber más de los Arman y de la propia Scarlett. Después de todo, había sido él quien lo había sugerido.
—¿Fran dijo algo?
Pero él estaba empezando a pensar que tal vez esto había sido un acto precipitado. Fran era uno de los pocos profetas que quedaban en esta época. Ella, que se había desviado hacia el palacio real por el camino que llevaba a los Armanes, y luego se había hecho un hueco en lo más profundo de las mazmorras... ¡Esa mujer tan molesta!
—Ella dijo algo, ¿verdad? Dios mío, no puedo creer que haya hablado de verdad. La sangre Arman es realmente notable.
Aunque Carlomagno no había respondido a ninguna de sus preguntas, el canciller continuó sin esfuerzo con sus pensamientos como si estuviera acostumbrado. Era un truco que había aprendido tras largos años de servir al hombre. Si no lo niega, es que es verdad. Pero hoy, el aire alrededor del tirano parecía un poco diferente para seguir así.
Después de que el canciller trató de leer la cara del tirano por un momento, preguntó: —¿Fran le dijo algo a Lady Scarlett?
–Dijo que era una niña pobre.
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10 Formas de Enamorar a Un Tirano
Romance10 formas de ser abandonada por un tirano. Ese es el título correctamente traducido. Volumen 1. Títulos: Ten Ways to get dumped by Tyrant (Inglés), 폭군에게 차이는 10가지 방법(Coreano). Autor: 서귀조 , Mismo autor que Cuando la villana ama. (En inglés es Gwijo Se...