Felix es un magizoologo al cual el ministerio de magia de Inglaterra está pidiendo ayuda, Hyunjin es el líder del departamento de criaturas mágicas quien está particularmente emocionado por la incorporación del rubio magizoologo a su equipo de traba...
—Hyunjin. — Se quejó el pecoso mientras se dejaba llevar por la pasión del beso — enserio nada de sexo o vas a desangrarte.
—Bien. — Rodo los ojos jalando al pecoso hasta el cuarto de baño —, de todos modos sigo necesitando ayuda con mi baño.
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Una hora después el paraguas que estaba en la sala del pecoso comenzó a temblar en su lugar haciendo evidente que el traslador había comenzando a funcionar y que solo disponían de cinco segundos para poner ambos sus manos sobre el objeto o de lo contrario este sería inútil.
Viajar de esa manera seguía siendo incomodo, aun mas para Hyunjin ya que la sensación de ser jalado desde el ombligo hacia atrás era además de molesta, muy dolorosa para él, en pocos segundo estuvieron en un hall muy parecido a un hotel en donde se podían ver dos ascensores que no se detenían y tampoco tenían puerta, eran lo suficientemente lentos como para meterse pero lo suficientemente rápidos como golpearte en la cabeza si te demorabas mucho en subir.
A los pocos segundos otras dos personas hicieron aparición junto a ellos, se trataba de Minho y Jisung, los cuatros se miraron en silencio por algunos segundos hasta que el entendimiento comenzó a caer sobre ellos.
Minho y Jisung miraban asombrados el semblante de Hyunjin, luciendo algo ojeroso y pálido, sumado a su fina cicatriz sobre su ojo izquierdo, mientras Felix miraba con el ceño fruncido a sus otros dos interlocutores por la evidente relación que tenían y de la cual no había tenido la delicadeza de contarles.
— ¿Que carajos te paso? — el mayor rompió el silencio aunque lo que había pasado con el azabache era bastante obvio.
—Nos atacaron hace algunas noches — fue la breve explicación — ¿Y ustedes? La última vez que nos vimos supuestamente Jisung estaba en peligro de muerte.
—Quizás exagere un poco... — el pecoso quería hechizar sus labios y pegarlos para siempre por mentiroso — no es que este del todo seguro, pero era más urgente hacer que volviera conmigo que tranquilizarlos a ustedes.
—Tomare eso en cuenta en el futuro — contesto el pecoso.
—Ya lo hiciste — reclamo el castaño — Llevas días sin comunicarte con nadie, Jeongin me ha estado mensajeando para saber algo de ti, ten piedad con ese pobre muchacho y al menos hazle saber que estas vivo. — regaño.
—Estuve ocupado — apunto hacia Hyunjin — No supe cuánto tiempo había pasado y solo olvide mi teléfono en algún lugar, voy a visitarlo en cuanto terminemos aquí con Chaeryeong.
—A propósito... ¿cómo conoces a esa periodista? — interrogo Minho.
—Es mi prima y definitivamente tú no lo caes bien.