Las flores estaban acomodadas, y las personas comenzaban a llegar.
-¡Sophie! - mi madre corría detrás de la pequeña intentando arreglar su vestido negro.
Negro.
Al igual que la ropa de todas las personas que llegaban al lugar, y al igual que la que yo usaba.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, y aunque estaba sentado me sentía completamente mareado. Limpié mi nariz nuevamente y pase mi mano por mi cabello intentando relajarme un poco de todo el caos al qué me estaba enfrentando.
Antes de que todos lograrán ubicarme me levante y camine hacia el auto encerrandome en este durante unos minutos.
Aún fantasíaba con su risa, sus manos y sus ojos.
Las lágrimas corrieron rápidamente por mis mejillas, cerré con fuerza mis ojos intentando que todo lo que estaba pasando no fuera realidad, qué todos los momentos junto a ella volvieran y tuviera la oportunidad de volver a disfrutarlos.
Sus historias, la forma en la que se expresaba y como me hacía sentir. La calidez que sentía en mi pecho cada vez que la recordaba o estaba con ella.
Mi mirada se dirigió a aquel ataúd qué descansaba en el suelo esperando a ser enterrado, mis ojos volvieron a cerrarse dejando salir a la fuerza las lágrimas qué se acumulaban. Puse mis manos sobre mis ojos intentando dejar de llorar, pero era inútil.
Sin querer y por más cliché qué sonara.
Mi corazón estaba en aquel ataúd.
Unos golpes en el vidrio del auto me hicieron despertar de aquel sufrimiento. Las pequeñas manos de Sophie eran lo único que alcanzaba a ver debido a su altura. Abrí la puerta y escaló hasta sentarse en mi regazo.
-¿Necesitas un abrazo papá? - una mueca fue lo único que atiné a darle y ella me redeo con sus pequeños brazos.
Las lágrimas volvieron a salir, no me atrevía a ir a enfrentarme a esas personas que esperaban por mi.
-Ella está bien- mire a Sophie y con sus pequeñas manos seco las lágrimas qué caían por mis mejillas.
-¿Como lo sabes?
-Ella me dijo que estaría bien y que debía cuidarte, qué no te dejara estar triste por siempre- y aunque no quería sus palabras me derrumbaron.
-no puedo hacerlo- cerré mis ojos con impotencia y más lágrimas cayeron.
-Si puedes, hazlo por ella- era curioso que mi hija de cinco años me estuviera dando tal lección.
Mire a aquel lugar y abrí la puerta con la intención de salir, pero la inseguridad me gano y no fui capaz, hasta sentir la cálida mano de mi hija tomar la mía.
Ambos salimos del auto y nos dirigimos al mar de gente que nos esperaba para comenzar el entierro.
Muchas personas me hablaron pero no recordaba nada de lo que ellos decían, solo intentaba sonreir y demostrar que no estaba tan rotó como en realidad lo estaba.
El entierro comenzó y el sacerdote comenzó a decir las palabras cotidianas qué se daban en los entierros.
Todo iba normal hasta que llego mi momento de hablar, las lágrimas inundaron mis ojos y la voz no me salía de la garganta.
En ese pequeño momento recordé la mayoría de tiempo a su lado, y ese fue el detonante para que mis lágrimas cayeran.
"-Ella es Emma, es una amiga- nos presentó Kelly.
Emma me miró con una sonrisa y estrecho mi mano.
-Hola Timothée es un placer conocerte."
"De lejos pude reconocerla, Emma daba vueltas por la tienda con su carrito buscando que era lo que faltaba.
Intentando ejecutar mi plan camine cruzandome con ella haciendome el que no la había visto, al ver su sonrisa me di cuenta de que había funcionado."
" Sus manos sostenían la dona y se reía a carcajadas de como por cada mordida se manchaba de chocolate.
-¡oh no puede ser! - dijo intentando limpiar con una mano su blusa.
Con una mano tome su mentón y sin esperar más la bese, respondió al beso y con una sonrisa volvió a responder. "
" mis manos sujetaban la prueba de embarazo, no me lo esperaba en absoluto, sus ojos estaban inundados en lágrimas con vergüenza.
Y lo comprendía, tan solo teníamos veintitrés años, y intentabamos vivir nuestra vida al máximo.
-¿Que haremos? -dijo mirándome con miedo.
-lo tendremos, y no me importa lo que me cueste, lograré darle la mejor vida a ese bebé ¿no es así?
Y ella asintió. "
" -tiene cáncer.
Esa pequeña frase destrozó nuestras vidas en segundos, como una inminente guerra qué no ganamos.
Su mano soltó la mía y sus ojos se perdieron en la habitación de hospital."
"Sus ojos se abrieron luego de varios días dormida por la operación.
La cánula en su nariz era nueva para nosotros, pero sabríamos llevarlo.
Sus manos restregaron sus ojos y pasaron por su cuero cabelludo ahora sin ningún cabello.
Me sonrió y acarició mi mejilla. "
" Corri por el hospital con Emma en brazos, apretaba sus brazos en su pecho intentando respirar, los sonidos qué salían de su boca eran agonizantes y hacían qué mi corazón se estrujara cada vez más.
Al dejarla en la camilla y verla irse me hizo desesperarme, me ponía nervioso no saber como saldría y no poder estar cada segundo lejos de ella. "
" -lo siento, no lo logró. "
Mis ojos soltaron las lágrimas y respire intentando calmarme.
-no puedo dar un discurso de despedida por que me niego a despedirme de ella, Emma fue más que mi novia y la mamá de mi hija.
«El saber que ya no estará hace qué me sienta vacío, en ese ataúd esta mi vida y todo lo que alguna vez fui, por que ella era mi razón. Nunca dejaré de agradecerle a Kelly por haberme presentado a la mejor mujer que algún día pude conocer. Emma además de ser una madre, era de esas personas de las que nunca te quieres olvidar, y es curioso que su mayor miedo fuera ese.
El olvido, siempre quizo ser alguien para recordar, y lo fue, al menos para mi lo fue, siempre será la mujer más fuerte que jamás conocí, y se que para muchos es así.»
Suspire.
-Y Emma, mi amor si es que logras escucharme, Gracias por hacer de mi vida la mejor durante el tiempo en el que estuviste junto a mi.
×
That is so sad, como andan mi gente, díganme q les pareció lo q acaban de leer.
Coménteme q me gusta saber sus reacciones cndo leén.
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