- ¿Cómo que un infiltrado? - balbuceé-. Tiene que ser un error. Todos nos conocemos bien y ninguno haría eso.
- Lo siento cariño. Es la única explicación posible.
- No es posible - replicó Robert-, esto tiene que ser una broma. No hay ningún topo en el grupo.
Todos nos negábamos a creer aquel disparate. Alguien había traicionado a su propio círculo de amigos.
Me había quedado perpleja y paralizada. Muda, sin poder decir una palabra o gesticular un ligero movimiento.
- Creo que este tema debéis resolverlo entre vosotros - dijo la doctora.- Dime el nombre -las palabras salieron de mi boca sin sentido. ¿Por que he dicho eso y el nombre de quién? -.
- ¿El nombre de qué? -preguntó Jake.
- Prins, ¿estás bien? -dijo Annie.
- Lo siento. Se me ha ido la olla, estoy muy cansada y todo esto es muy difícil de asimilar.
- Todos estamos cansados -dijo Karl-. Vámonos a casa y ya arreglaremos esto.
- Me parece bien -respondió Stefanny.
La vuelta a casa fue más rápida de lo que esperaba. Al llegar, lo primero que hice fue ir a ponerme el pijama y bajar al salón a ver la televisión con Fanny.
- ¿Tienes hambre? -me preguntó.- Un poco. ¿Qué hora es?
- Son las 10
- ¿Ya? -me asombró lo rápido que se me había pasado el día en el médico.
- A mí también se me ha pasado rápido -dijo leyéndome la mente. Voy a hacer la cena.
- Yo te ayudo.
- No. Voy a hacerla yo, y tú vas a descansar.
- ¿Estas segura?
- Por supuesto, tú ya haces mucho por mí y ahora me toca devolverte el favor.
- Vale. Pero mira las fechas de caducidad de lo que cocines. No puedo garantizar que toda la comida esté en buen estado -bromeé.
- Descuida. Yo me ocupo.
Mientras esa chica rubia que tenia por mejor amiga se dirigía a crear una catástrofe natural en mi cocina, yo me quedé pensando en mis palabras en la consulta. ¿A que nombre me referiría?
Debería dejar de darle vueltas. Al fin y al cabo, si no se a que me refería tampoco sería tan importante.
- Ya estoy aquí y lo que es mas importante, no he quemado nada.Le heché una mirada fulminante.
- Vale. Puede que se me haya quemado un poquito.Le lancé otra mirada incrédula.
- Bueno se me ha quemado mucho y he tenido que hacer otra cena diferente.- Lo sabía -me reí-. A mí no me puedes engañar.
- Ya lo sé, es que la comida no es mi fuerte.
- Bueno ¿y que has hecho al final?.
- Ensalada.
- ¿Tanto has cagado la primera opción?
- Es broma. He hecho artoz tres delicias.
- Increíble, has puesto la bolsita en el microondas sin explotarme la cocina.
- Me has ofendido -rió-. Esta me la guardo.
-Para compensarte, yo pongo la mesa.
- Bueno, eso arreglaría un poco las cosas.
Puse la mesa y empezamos a cenar. Después de todo, tampoco estaba tan mal.
- Te veo muy callada -me dijo.- Todo lo de hoy me tiene trastocada.
- Yo tampoco acabo de asimilar lo del infiltrado.
- Hablemos de algo menos serio.
- ¿Y que propones? -dijo tragando lo que tenia en la boca.
- Dime ¿que tal lo pasaste con Karl? Por que hasta ahora sólo hemos hablado de mí y Rob.
- Nos llevamos bien. Nada más.
- A mi no me engañas... -me acerqué a ella.
- Bueno... ¡Me encanta!
- Lo sabía. Cuéntame.
- Me siento muy culpable. Se supone que debería amar a Adam.
- ¿Qué dices? Tienes 18 años, no te vas a enamorar ahora.
- Ya, pero se supone que si estoy saliendo con un chico no debería gustarme otro -veía un brillo triste en sus ojos.
- Tú tranquila. Por ahora disfruta de tu juventud y ya te aclararás las ideas von el paso del tiempo.
- Tienes razón, me preocupo demasiado.
- Y ahora vámonos a dormir. Ya recogerrmos la mesa mañana.
- Me parece perfecto.
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Ahora me dejas?
Teen FictionTodos sabemos que las relaciones adolescentes son muy intensas y mueren pronto. Y Prins lo va a entender por su cuenta ¿o quizas no? Es posible que Bryan y ella vivan un amor eterno mas intenso con cada problema? Creen que sí pero ¿superarán... el r...