Subí las escaleras rápidamente y dejé el paquete encima de mi cama y estuve observándolo un rato. He de admitir que tenía curiosidad por saber que era lo que había dentro pero fuera lo que fuera, podía esperar.
Cuando bajé las escaleras mi madre ya se había ido y Stefanny estaba cerrando la puerta.
- Bueno -dije yendo hacia la sala de estar para que me siguiera- ¿Qué quieres hacer?
- Ya nos hemos puesto al día en todo menos en una cosa -nos sentamos en el sofá y me echó una mirada de interesada y pícara- ¿Qué tal con los chicos?
- Me parece que si el chaval del parque al que no conozco de nada no cuenta, vamos mal
Las dos reimos un momento antes de que yo preguntara
- ¿Y tú que tal con el amor?
- Creo que mi novio Adam está convencido de que lo nuestro es amor. Así que sí, voy bien con el amor.
- ¿Y como es que no me habías contado nada? Eso no se le hace a tu mejor amiga
- Te lo habría dicho si pudiera, pero me robaron el teléfono y tuve que comprarme otro, pero perdí todos los contactos y no sabía como llamarte. Esa es una de las razones por las que estoy aquí.
- Bueno si es por eso te perdono -aprové su explicación- pero si esa es solo una de las razones de que estés aquí ¿Cuales son exactamente las otras?
- Para empezar, necesitaba un cambio de aires y el bachiller me agobia muchísimo en Alemania así que he decidido continuarlo aquí en Manhattan durante un tiempo. ¡Lo que significa que vamos a estudiar juntas!
- ¡Bieeeen!
Las dos nos abrazamos y empezamos a dar saltos, a gritar y a girar por el salón como las locas que eramos.
- Increíble -grité entusismada- pero ¿donde te vas a alojar durante este tiempo?
- Mi hermano está reservando un piso desde Alemania hablando con un amigo suyo que tiene una hermana que vive por aquí
- ¿Estás loca? Esta casa es enorme para mí sola. Quédate conmigo, aquí hay cuatro habitaciones de sobra con camas preparadas. A demás -añadí- será divertido vivir juntas, y en unos meses la asa será oficialmente mía porque seré legalmente mayor de edad.
- ¿En serio no te importa que me quede aquí? No quiero molestaros a ti ni a tu madre
- ¿Los alemanes te han hecho tonta o qué? Claro que no molestas
- Muchas gracias -me abrazó- te devolveré el favor en cuanto pueda. Pero espera, tengo que llamar a mi hermano para que avise de que no iré a casa de su amigo.
- Vale. Mientras tú llamas yo haré la comida.
Subió las escaleras y entró en mi cuarto teléfono en mano. Yo me dirigi a mi enorme y moderna cocina pensando lo que iba a preparar. Cogí un libro de recetas del armario y me senté en uno de los taburetes de la isla de cocina. Abrí el libro y empecé a pasar las paginas buscando recetas para las que tuviera ingredientes, y encontré un pastel de verduras que parecía estar buenísimo a juzgar por la foto.
Mientras sacaba las verduras de la nevera escuché a Fanny hablando en alemán muy deprisa y después riendo, me hacía gracia escuchar ese acento e imaginar de qué estarian hablando.
Seguí cocinando cuando ella entró en la cocina y abrió los cajones y armarios buscando los cubiertos para poner la mesa.
- ¿Qué haces? -dije riendo por su desesperación al no encontrar nada.
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Ahora me dejas?
Ficção AdolescenteTodos sabemos que las relaciones adolescentes son muy intensas y mueren pronto. Y Prins lo va a entender por su cuenta ¿o quizas no? Es posible que Bryan y ella vivan un amor eterno mas intenso con cada problema? Creen que sí pero ¿superarán... el r...