Capítulo dos, parte tres

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"Soy Mikado Shinsen, un empleado de oficina".

"¿Estás interesado en las subastas?"

"No, no estoy realmente interesado en ese tipo de cosas".

"En ese caso... ¿Por qué estás aquí?"

"Los vi".

"Viste... ¿El qué?"

"Es el destino. No soy ni un vidente ni un sacerdote, pero puedo verlos. Los muertos que llegaron aquí y los muertos que seguirán".

"Ves a los muertos..."

"No siempre. Pero cuando lo hago, veo verdaderos horrores" dijo con una voz y una mirada amable.

"¿Qué has visto?"

"Realmente nunca veo algo en concreto, pero lo puedes imaginar como sombras grandes y terroríficas".

Una sombra... Escuchando las palabras de Shinsen, no pude soportar sentir un sudor frío corriendo por mi espalda. Los demás miraron a Shinsen de una forma extraña, habiendo escuchado la conversación, pero no podía negar sus palabras. Era posible, porque ya conocía algo similar. Kyoko Kirigiri también era capaz de sentir el peligro y las muertes. Había hablado bien de las huellas de un dios de la muerte... Era lo más seguro algo que no podía escuchar; era más una cosa visual. Él podía ver si un lugar había albergado un horrible asesinato, y estaba en lo cierto. Este hotel abandonado se había convertido en la escena donde ocurriría el Duelo Negro. Fue tanto una bendición como una maldición, y había visto algunas cosas merodeando en las sombras de este lugar.

"Él no participa en la subasta pero, ¿es contado dentro del número de personas?" dijo Toyano'oh de manera perturbada. La única persona que podía contestar esta pregunta era el culpable escondido en las sombras y, por supuesto, nadie iba a contestar. 

"Siguiente... ¿Sae Yuzuru?"

Ella estaba sentada descuidadamente en el reposabrazos del sofá. Mi presentación, que había sido en el sentido de las agujas del reloj, paró aquí; mas continuaba durmiendo con su cara en el suelo. Tenía un precioso pelo largo y negro, casi parecía como si fuese perfecta.

"Señora Yuzuru, es su turno ahora" dijo Shinsen mientras levantaba la manta sobre Yuzuru.

"Gracias por despertarme, pero solo quiero morir". Yuzuru me observó con una mirada atontada. "¿Hay nuevas personas ahora? Quiero morir de verdad".

"Somos diez ahora".

"¿Va a comenzar la subasta?"

"Probablemente" dijo Shinsen a Yuzuru sin mirarla.

"Bueno... Me pregunto si el organizador muerto también vendrá".

"Oh..." solté, sin saber qué decir. Abrió su boca para hablar conmigo.

"Soy la esposa del organizador. Mi marido falleció, dejando solo una tarjeta de invitación para esta subasta".

"¿Recibiste alguna instrucción de su esposo?" Yuzuru cerró los ojos.

"Mi marido era un hombre silencioso. Por eso vine aquí," dijo, poniéndose cómoda como si fuera a dormir. En uno de sus brazos, más precisamente en el interior de su muñeca, había varios cortes. Las cicatrices hablaban por sí solas.

La introducción de las seis personas terminó así. Quedaba una más.

La séptima persona era una mujer que llevaba un delantal de sirvienta. Llegaba hasta la mitad del hombro y debajo de sus rodillas. Tenía unas pestañas largas y grises en una piel blanca. A primera vista, parecía el estilo de una gothic lolita, pero los accesorios y el maquillaje eran demasiado simples.

"Vine aquí para encargarme de los asuntos personales y de los invitados a petición del subastador. Me llamo Uozumi Taehime y tengo 20 años". No confiaba en ella.

"Así que, ¿no eres una invitada?"

"Sí, pero me pidieron que me ocupara de las comidas y limpiase las habitaciones".

Debe haber sido el culpable quien contrató a una sirvienta. Puede que sea una parte integral de su plan. Incluso si estamos aquí en este hotel abandonado, podemos dormir más o menos seguros. Me sentí aliviada, porque estaba un poco preocupada por ese asunto. Había traído conmigo un montón de comidas calóricas en mi mochila, pero parecía que no las iba a necesitar.

"Las probabilidades de que estas invitaciones sean falsan son muy altas, ¿no?"

"El culpable tomará acción antes del principio de Año Nuevo, creo".

"Entonces, ¿solo quedan cinco días?" dijo Toyano'oh. "¿En serio vamos a estar aquí todo ese tiempo?"

"No lo sé, pero debemos permanecer lo más calmado posible. ¡Y esta chica de aquí es muy buena detective!"

"No soy nadie. Suisei es el verdadero detective" respondió Kyoko.

"Espera, ¿esta niña pequeña es también detective?"

"Sí".

"Mientras estemos aquí, el criminal no será capaz de hacer lo que quiere. Estamos aquí para pararlo".

"Wow, ¡también podéis contar en mis poderes! Son muy fiables" dijo Mifune mientras balanceaba sus piernas, sentándose en el sofá. Curiosamente, no estaba del todo confiada.


Danganronpa Kirigiri (Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora