Hechicera(Adaptación Jenlisa )

Capítulo 2 (parte 1)

Era de nuevo una prisionera.

Manoban y sus guerreras habían cabalgado sin cesar durante varias horas sin hablar ni una sola vez durante el trayecto. Jennie encontró el ritmo agotador, pero su cansancio no era nada comparado con el regocijo que le producía el sentirse libre. Había girado la cara contra el viento sintiéndolo soplar con delicadeza contra ella, llevándose el hedor a humo, muerte y odio; eliminando incluso de sus sentidos el aire cargado de los calabozos del castillo hasta que sólo fue consciente de la cálida noche de verano y de la libertad que se extendía a su alrededor a cientos de kilómetros. Se había mantenido pegada a ella, sujetándose con fuerza a Manoban y jurándose recompensar de cualquier manera a esta loca y magnífica Laidy que había arriesgado todo por su vida.

Eso fue antes de que le bajara con brusquedad del caballo, le atara sus doloridas muñecas y la sujetará contra un árbol junto a Joohyun.

—¡No puedes tratarme así!—dijo Joohyun con un bramido luchando contra las ataduras—¡Soy hija del Laird Kim!¡No pueden dejarme aquí junto a esa bruja!

—¡Por todos los santos, Seulgi! ¿No puedes hacer que se calle?—refunfuño Manoban.

Este sacó una torta de avena de su alforja y se acercó lentamente a su prisionera.

—Debes de estar cansada, milady—Remarcó con tono cordial—, y apuesto que también hambrienta

—¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo, bruto salvaje?—dijo Irene encolerizada—. ¡Te odio!

—Baechu, me hieres—Le contesto Seulgi acortando su nombre y con aire de herido—. Nunca tuve intención de hacerte daño.

—¡Mentirosa!—Le hizo callar—. Una palabra de tu loca jefe y como un salvaje me hubieras cortado el cuello.

—Jamás—protestó con tono tranquilizador—. Tu cuello es demasiado adorable para estropearlo. Aquí tienes, te he traído algo para comer —añadió ofreciéndole la torta de avena.

—¡Antes me tragaría el más repulsivo y fétido de los venenos que aceptar algo de una granuja grosera como tú!— Le aseguro con arrogancia—¡ Y cuando los hombres de mi padre lleguen, disfrutaran abriéndole lentamente para que puedas ver tus calientes y sangrientas entrañas salir una a una empapadas y vaporizarse al tocar la tierra helada!

—Una imagen muy alentadora, si señor—Comento Seulgi asombrada
—¿Has visto alguna vez como lo hacían?
—¡Docenas de veces!—Le espetó—¡Después te despellejarán, te cortarán en pedazos y luego se los echarán a la comida a los lobos!
—Bien, eso no tiene mucho sentido, dulce Baechu—Remarcó haciendo un gesto negativo con la cabeza —. ¿Por qué iban a tomarse la molestia de despellejarme si van a cortarme a pedazos?
—¡Lo harán Por qué me divertirá verlo a mí!—Le replicó a voces.

El ruido era como si estuvieran marilleando en la cabeza de Lalisa Manoban.

—Seulgi—empezó con la voz tensa—, no puedo soportarlo más.
—Toma un poco de tortita, milady—Le sugirió Seulgi intentando tentarle con la galleta—. Te sentirás mejor si comes algo.
—Ya te lo he dicho—estalló con furia Joohyun —, antes me tragaría...
—Veneno—terminó Seulgi introduciendo un buen trozo de torta en su boca, haciéndola callar con éxito.
—Es una pena que no tengamos un poco—dijo entre dientes Lalisa.

—Así es, muy bien—continuó Seulgi mientras Joohyun se esforzaba por masticar la torta reseca—. Esto te tendrá ocupada por un momento al menos. ¿Y que hay de ti, bella Jennie?—dijo moviéndose ahora hacia el lado del árbol en el que se encontraba ella—. ¿Te gustaría comer algo?

La mujer de los ojos gatunos la miró airada

—Deberías comer algo—insistió levantando un trozo hacia sus labios—. No es mucho, pero es mejor que el dolor huecos del estómago.