Hechicera(Adaptación Jenlisa )

Capítulo 2(Parte 3)

—Hay una piedra de más—señaló Seulgi, encorvándose para cogerla.

–Esa esta reservada para los espíritus—improviso Jennie con rapidez—. Ahora con lentitud, machacar las agujas de pino con su pulgar e índice para liberar la antigua esencia del bosque, luego acérquese los dedos a la nariz, cierren los ojos y aspiren profundamente.

Las tres le echaron una mirada de escepticismo.

—Deben de hacer lo que les digo—insistió Jennie—, o el hechizo no funcionará.

Sintiéndose como locas, siguieron sus instrucciones.

—Bien. Ahora debemos esperar—dijo cerrando los ojos al mismo tiempo que extendía sus brazos desnudos sobre el fuego—al alarido de los espíritus.

en ese preciso instante, Joohyun recuperó la conciencia. las miro y grito tan fuerte que una bandada de murciélagos produjo un sonido ensordecedor con su silbidos al sobrevolar como una nube furiosa sobre sus cabezas. A continuación se desplomó desfallecida otra vez.

—¡Jesucristo!—blasfemó Tzuyu, espantando con la mano a un murciélago—. ¿Qué demonios le ocurre a esa joven?

—Los espíritus han aullado—sentenció Jennie con tono grave y los ojos aún cerrados—. Están entre nosotros.

Seulgi entreabrio un ojo.

—¡Cierra los ojos, Seulgi!—le reprendió Jennie.

Le obedeció, sin comprender cómo lo había adivinado ya que sus ojos parecían completamente cerrados.

—¡Oh, grandes espíritus de las tinieblas!—gimió Jennie mientras agitaba los brazos sobre el fuego—. ¡Los invoco para aliviar el dolor a estos débiles, locos, ignorantes e insignificantes mortales!

—¿Nos ha llamado insignificantes?—preguntó Tzuyu, desconcertada por su descripción.

—Debe referirse a Chaeyoung—repuso Seulgi.

—¿Qué quieres decir con eso—preguntó Chaeyoung, abriendo al mismo tiempo los ojos.

—No pensaras que se refiere a mí, Chae—se burlo Tzuyu—. Creo que esta bastante claro.

—O a mí—añadió Seulgi.

—Puede que ustedes sean las locas e ignorantes mortales—sugirió Chaeyoung de mal humor.

Jennie abrió los ojos y, colocando las manos en las caderas con exasperación, les reprendió.

—Quieren que continúe con el hechizo, ¿Verdad?

Las chicas se intercambiaron miradas de resentimiento y cerraron de nuevo los ojos.

—Bien -murmuró —espero que los espíritus no se hayan enfadado
con ustedes y se hayan ido. —Cerró los ojos y haciendo círculos con las
manos sobre el fuego continuó.

—Oh, nobles espíritus, les pido que cuiden de los cuerpos débiles
de estas guerreras del veneno, la enfermedad y el dolor y las llenen de
fuerza! —su voz iba en aumento—. ¡Liberenlas del patético sufrimiento
de los mortales; que puedan descansar bien esta noche y se sientan mejor
con la salida del sol!

El crujido ensordecedor de un trueno
rayo rompió la calma. Unas nubes oscuras y ominosas extinguieron de
seguido del haz plateado de un
repente el manto claro de la noche, y el bramido del poderoso viento
inundó el bosque.

—Por Dios, jovencita! —exclamó Tzuyu asombrada, con su rojizo pelo alborotado por el viento-.¡Diría que has despertado a esos espíritus!

Cautelosa, Seulgi levantó los ojos hacia el enfurecido cielo.—¿Crees que les ha enfadado ella?
—Quizá siempre reaccionan así —sugirió Chaeyoung.