Capítulo 1 (parte 1)

76 7 4
                                    

Seoul, Corea del sur, verano de 1209

Le dolía la espalda al estar apoyada contra el gélido muro y se esforzaba por levantarse con tranquila dignidad.

Entrecerrando los ojos frente al tenue velo de luz parpadeante de una antorcha, vislumbro la fornida silueta de su carcelero, Sim. Otros dos merodeaban detrás de él, sus caras prácticamente ennegrecidas por la oscuridad. Los estudió por un momento, luego dejó de apretar la pequeña piedra de puntas afiladas que tenía en la mano.

Min-Joon no estaba con ellos

-Están listos esperándote- anuncio Sim-Además hace un día espléndido para la ocasión- añadió torciendo con malévolo placer la caverna negruzca de su putrefacta boca-.El viento es perfecto.

Luchando contra el deseo de estampar su puño contra su cara, Jennie avanzó

-Dame las manos-le ordenó blandiendo una larga soga.

Cerró los dedos en un puño, escondiendo su insignificante arma mientras la cuerda se clavaba en sus muñecas. No podía entender el miedo de MinJoon a que pudiera hacer algo mientras era escoltada hacia la muerte por aquellos fornidos guerreros. Una vez que las ataduras estuvieron aseguradas hasta producirle dolor, los dos hombres la agarraron por los brazos y la empujaron hacia el lóbrego pasillo. El hedor corporal, la comida podrida y a excrementos humanos, inundó sus pulmones. Se apresuró por el pasaje embarrizado, sus pies chapoteaban en la oscuros charcos de agua. Una masa se escabulló huidiza a su paso. Se detuvo sobresaltada.

Los guerreros se rieron.

-¡Una bruja asustada de una minúscula ratita!-dijo con un resoplido uno de ellos-¿No les arrancarás las cabezas de un mordisco antes de desangrarlas en sus pócimas?-

-¿Por qué no le echas un maleficio, como hiciste con tu pobre padre?-se mofo el otro

-Estoy reservando mis poderes para el hechizo que estoy planeando para ti-le contesto Jennie, que sintió una alegría amarga al notar su repentino miedo.

Subieron las escaleras que dirigían a la planta principal del castillo. Allí el terrible hedor de los calabozos daba paso al fuerte olor a cerveza derramada y carne asada. Se estaba preparando una magnífica fiesta para su muerte; todo el clan había sido invitado a unirse al jefe del clan o laird Kim y a su familia en esta memorable ocasión. El grasiento y fuerte olor a carne chamuscada de venado le revolvio el estomago, paso deprisa junto a los guardias que reían con afectación en la puerta y salió al aire cálido de la tarde.

-¡Ahí está!- gritó alguien con voz aguda e histérica

-¡Bruja!-vociferó una joven con mirada de odio, apretando contra el pecho a su bebé-¡Tu le has provocado la fiebre a mi pequeño!

-¡Asesina diabólica!- se desgañitó un joven delgaducho que no aparentaba tener más de trece años-¡Fuiste tu quien mato a mi madre el mes pasado! ¿Verdad?

-¡E hiciste que mi pobre hijo se rompiera la pierna bajo aquel árbol-gritó una mujer atormentada de cabello gris- dejándole lisiado, ramera de satán!

Todo el mundo allí reunido comenzó a proferir insultos y acusaciones contra ella, tenían las caras contraídas por el odio y sus cuerpos tensos por la violencia. Jennie se detuvo, asustada.

-¡Vamos, bruja!-gruñó uno de los guardias-.¡Muévete!- la empujó haciéndole dar un traspié.

La muchedumbre se abalanzó en un instante, agarrándole del pelo, del vestido y arañándole la cara.

-¡Esbirra del diablo!

-¡Semilla de Satán!

-¡Sucia ramera!

Hechicera(Adaptación Jenlisa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora