34. Resignación

4.1K 268 71
                                    

Este capítulo está dedicado a khaty_y ElenithaRoke102910 MayuraGasai henzim livyds glitter__moon azazaz123215 MontseNava627 gracias por apoyarme con canciones para una futura playlist y por esperar pacientemente.

Alejandra.

La vida no es justa.

No, claro que no.

La vida no está llena de amor.

Sino, de obsesión.

La vida no siempre es un cuento de hadas.

Muchas veces es más parecida a una historia de terror.

En la vida, no todas las personas son buenas.

Casi siempre hay más malos que buenos.

Esto no es un sueño.

Es muy real. No por nada, existe el dicho de la "realidad supera a la ficción".

La vida no es una perra.

Nosotros la hacemos mierda. 

Ahora lo sé. Ojalá alguien me lo hubiera dicho antes.

No. Si lo pienso bien, aunque alguien me lo advirtiera no lo habría creído, tal vez me habría asustado por unos segundos, horas, quizás hasta días pero después lo olvidaría. Porque, ¿quién podría aceptar o siquiera imagínate encontrarse en mi situación?

Estoy segura que nadie. Ni siquiera sabrían como actuar ante un secuestro o una obsesión y, es que, por mucho que nos creamos preparadas y nos digamos un millón de veces que gritaríamos o les pateariamos las bolas, la realidad es qué en ese momento te quedas en shock. Además, tampoco importa. Por mucho que grites y pidas ayuda nadie te hará caso, todos están tan absortos en sus propios pensamientos y problemas que ayudar a alguien no está incluido en su chip mental, al menos que sea una persona con un verdadero sentido de la moral o justicia.

Y aquí vamos de nuevo. Regresando a mi puta y jodida realidad.

—¿Qué demonios te pasa, Alejandra? — sentí el impacto de mi cuerpo contra el colchón después de ser arrojado por Cayden. Decir que se ve enojado es poco

Ahora mismo veo en él la reencarnación de un demonio peor que Lucifer.

Mi corazón late a mil por hora. Tengo mucho miedo. Lo conozco, conozco lo peor de él, y por eso sé que es capaz de cualquier cosa, incluso de volverse más loco de lo que creo que ya es.

No tengo tiempo de pensar, cubrirme o protegerme. Antes de siquiera moverme, impactó su mano en contra de mi mejilla, puedo sentir el sabor metálico de mi sangre dentro de mi paladar.

Esa sensación arde y quema mi piel. No quiero llorar, sin embargo, el dolor es intenso y mis lágrimas se deslizan por si mismas sobre mis mejillas. Mis ojos pican y el miedo me paraliza.

—¡¿Ibas a traicionarme!? — grita, tomando de mi cabello con fuerza. — ¡Responde, maldita sea! — vuelve a vociferar y yo me exaltó en mi lugar.

Observo como su puño se cierra y lo alza dispuesto a estrellarlo en mi cara, antes de que si quiera lo haga me suelta y yo caigo al colchón una vez más. En ese momento, Cayden empieza a golpear la pared, su fuerza siempre me sorprende. Sus nudillos sangran con cada golpe, va a hacer un maldito hoyo,  ¡que alguien lo detenga!

Secuestro ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora