DEJAME YA... [kookmin]

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– pues que te puedo decir, tu sabes como es Jimin de terco.

– Lía debiste insistirle para que no se fuera.

– Jungkook tu nunca contaste conmigo para absolutamente nada ¿porque ahora vienes a decirme que debí insitrle más a Jimin?

– Pues porque tu eres su amiga y no conozco a nadie más que sea su amiga, y porque a mi no me hubiese escuchado ni un poco.

– Pues ya lo ves, ni a mi que soy su amiga quizo escucharme... Solo se paciente.

– Es difícil, cuando llego a casa me siento muy solo... Y solo ha pasado una semana ¡me voy a volver loco!

Lía miraba al pobre chico que estaba en su sofá, con esta era la tercera vez que llegaba a cenar a casa de lía, le había pedido de favor eso, pero solo lo hacía porque no quería comer en  algún restaurante y tampoco se sentía bien cenar solo en casa.

– Vas a pagarme a fin de mes verdad.

– Claro que si voy a pagarte... ¿Has hablado con él?

– Mmm no, me dijo que no hiba a usar su teléfono el tiempo que estuviera allá.

– Por si llegaras hablar con él, dile que lo amo y que lo extraño, a los dos.

– Eres cursi Jungkook, no pensé que lo fueras, siempre tenias cara de amargado. Lo siento --la chica se tapo la boca enseguida--

– Ya lo se, no te disculpes, soy amable y cariñoso es solo que no me gusta demostrarlo mucho.

– bueno ya no estés tan triste, toma --la chica puso unos platos sobre la mesa-- Jimin no dijo que te dejaría ¿o si?

– Gracias, no, solo djo que se iría un tiempo --Jungkook tomo un trozo de carne y lo llevo a su boca con un poco de arroz-- Pero... Di-jo que... Podría ver a Sugnmin des-después de un mes. --hablaba sin dejar de comer--  eso significa que no volverá al pasar un mes.

– Entonces si lo amas vas a tener que esperarlos --lía puso una soda y un vaso en la mesa--

– Ya lo se.

La pelirroja veía a Jungkook comer con ganas, se veía cansado, quizás por el trabajo y por estar triste por no tener a su esposo y a su hijo con el.
Se sentía algo mal porque ella si hablaba con Jimin todos los días pero no podía decirle eso a Jungkook.

Jeon terminó toda su comida y luego se fue a casa, al entrar vio que había algo de desorden, no tanto porque la casa se mantenía sola, pero si habían algunos platos y vasos en la mesa, sus zapatos estaban desordenados, había una manta en el sofá y una almohada porque su cama se sentía muy grande sola, todo estaba en silencio total. Dejó  su maleta en el estante que estaba cerca de la puerta al igual que sus zapatos, vio todo y suspiro cansado.

– ¿Como estarán ustedes? --tomó la foto de los tres, la cual había puesto en un marco-- Los extraño tanto.

Volvió a dejar la foto en la mesita y volvió a ver su casa, Jimin se pondría furioso si supiera como estaba esa casa, pero ahora estaba muy cansado y no tenia muchas ganas de arreglar, quizás lo haría el fin de semana, ya que no tendría nada que hacer. Solo fue a darse una ducha, se cambió y mientras secaba su cabello fue a la habitación de Sugnmin, tocó sus juguetes y sonrió triste, luego de eso fue al sofá en donde se quedaba a dormir, puso la tv para tratar de distraerse hasta que el sueño se apoderara de él.

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– Sugnmin basta -- Jimin se movía de un lado a otro con el bebé que no dejaba de llorar--

– Damelo, voy a dormirlo yo

Su mamá se lo quito de los brazos para tratar de calmarlo ella, era muy raro que Sugnmin llorara así pero en la semana hiba habiéndolo dos veces, quizás sentía que no era su casa o algo así. Cuando Sugnmin se ponía así Jimin se frustraba porque sentia que no podía cuidar solo de su hijo.

Se sentó en el sofá viendo a su mamá que tarareaba y se movía lentamente y Sugnmin fue callando de a poco.

– ¿Has hablado con Jungkook?

– No lo hecho...

– Jimin ya se que ustedes no están bien, se te nota y no quiero entrometerme mucho pero Sugnmin necesita pasar tiempo con su papá.

– Ya se... Pronto regresaré a casa y todo estará bien.

Su móvil sonó indicando que había llegado un mensaje, lo vio frunciendo el ceño ya que era de un número desconocido pero no quiso leer el mensaje todavía, si veían que estaba en línea empezarían a escribirle, wonho, lía y Jungkook y no tenía muchas ganas de responder mensajes, aunque solo respondía a Lía. Su móvil volvió a sonar por lo que volvió a verlo y de nuevo era un mensaje de ese número, solo pudo leer algo que decía. Lo siento... Y eso lo hizo tener duda así que abrió el mensaje.

– Sugnmin se durmió, y yo también me siento agotada.

La señora Park le entregó el bebé a su papá y dándole un beso a su hijo fue a su habitación, Jimin también fue a su habitación pare poner a Sugnmin en la cama, acomodo todo para que esté no se moviera y volvió a tomar su móvil.

Lía <3

Tu esposo se acaba de ir de mi casa, estoy considerando hacerme amiga de el y ya no tuya, vuleve ingrato, nos abandonaste a ambos.

Jimin sonrió ante el mensaje, pero como era eso que Jungkook se acaba de ir de su casa.

– ¿porque Jungkook estaba en tu casa? Fue a sacarte información.

– No, el me contrato como su cocinera porque no quiere comer solo en su casa, van tres días que viene a cenar, me habla de ti y luego se va.

– ¿Enserio?  No pensé que fuera a ti a pedirte ayuda con eso de la comida.

– Bueno pues aquí te lo tengo vigilado, Jimin regresa ya extraño a Sugnmin y a ti también pero más a él.

– Solo falta una semana, no le digas  Jungkook ok.

Ya no le respondió a Lía y solo se quedó viendo el chat de Jungkook, no se conectaba desde la mañana, exactamente desde las diez de la mañana. Y luego vio el otro mensaje el cual suspiro al leerlo.

Desconocido...

Hola, quizás no me conozcas o quizás si, yo me llamo Jung Hoseok, quisiera poder conversar contigo en persona, es un tema muy delicado, quizás sepas de que se trata pero quisiera que porfavor me escucharas, podríamos encontrarnos en el lugar que tu me digas.

Lo siento si soy muy imprudente al escribirte así de repente, solo quiero terminar con todo eso. Espero tu respuesta.

Jimin suspiro pesado, por el apellido sabía que era el amante de Jungkook, pero no entendía como tenía el descaro de escribirle para pedirle verse.

¿Se querría burlar de él?

¿Le diría que Jungkook y el ahora estaban juntos?

No sabía pero aún así le respondió.

Jueves de la semana que viene, en el café que está cerca la biblioteca, a las cuatro.

Fue lo único que respondió, quizás era algo malo pero tenía duda.