Gabriel Guevara.
—Eres una ladrona— le susurro mientras nos toman fotos.
Ha pasado una semana desde que un beso me hizo darme cuenta de que quería a esta chica en cada uno de mis días; a mi lado, donde siento que pertenezco.
—¿Qué dices?—pregunta confusa.
—Cada vez que pasas por mi lado me robas la respiración, es por eso que eres una ladrona—le digo divertido.
Ella me da un suave codazo, también divertida.
—¿Sabes lo penoso que suena eso, no?—responde—. No lo digas más o algo parecido, nos harías un favor.
Una suave risa no puede evitar deslizarse por mis labios. Eso provoca que su mirada se pose ahí.
—¿Qué?— cuestiono sabiendo exactamente lo que quiere en este momento.
—Nada.
—¿Segura?
La rodeo y la atraigo en mí. Los flashes aumentan más, pero ignoro todo eso y me concentro en sus ojos; radiantes de felicidad. La quiero. Es algo que me costó aceptar. Joder. Solo me miento a mi mismo diciéndome eso, en realidad, la he querido desde hace tiempo; desde que nos cruzamos en un rodaje de una serie.
—Gabriel —avisa ella entre dientes.
Mi sonrisa se extiende mas.
—¿Qué? —pregunto inocente.
Me suelta un codazo cuándo acerco mi rostro al suyo.
—Ni se te ocurra —señala las cámaras con los ojos.
Suelto un suspiro lleno de frustración, pero en ningún momento la alejo de mí, ni la suelto. Ella parece estar disfrutando de mi toque, de todos modos.
Victor se entromete entre los dos, haciéndonos separar a regañadientes. Lo fulmino con la mirada cuándo este pasa sus brazos por encima de mis hombros y seguidamente, hacer lo mismo con Nicole.
Con mi Nicole.
Ellos dos ríen y se susurran entre ellos mientras que las cámaras siguen haciendo fotos.
Y verlos tan juntos me enfurece.
La rabia se siente tan ardiente dentro de mí, amenazando con salir y hacer cosas de las que probablemente me arrepienta luego.
Nicole es mía. Y pienso recordárselo esta noche.
Como si ella escuchara mis pensamientos, me mira y yo le dedico una mirada que lo dice todo.
—Estás bastante hermosa hoy, Nicky —Victor halaga.
Su brazo rodea la pequeña cintura de mi mujer.
Suficiente.
Voy a matar a este bastardo.
—Victor, necesito hablar contigo un momento —le susurro lo más calmado posible.
Necesito atraer al ganado antes de ser devorado.
Él asiente dándole un último apretón a mi mujer, luego, me sigue hacía los camerinos. No sin antes avisar de que necesitamos tomar un descanso. Nada más cerrar la puerta, le agarro de la camisa y lo empujo hacía la pared, apretándolo contra esta.
—¿Qué cojones pretendes con ella? —le espeto entre dientes.
Miedo es lo que cruza por sus ojos ante mi intimidante mirada y lo fuerte que lo tengo agarrado. Tendría que decir que no disfruto de esto, pero joder que sí. Cuándo se trata de Nicole, no creo que tenga límites.
—Eh tío, tranquilízate —dice antes de soltar una carcajada divertida.
Lo miro confundido, pero no lo suelto.
—Ya sabía que algo había entre vosotros y necesitaba comprobarlo —admite dándome una palmada en el hombro cuándo lo termino soltando.
—Joder.
—Tranquilo, no se lo diré a nadie —me tranquiliza.
Pero no me llega a calmar.
Le fallé a Nicole por unos celos que no pude controlar. No puedo decírselo pero tampoco esconderle esto.
¿Y si se arrepiente de todo lo que pasó entre nosotros y se da cuenta del hombre con él que está estancada?
La entendería.
Soy posesivo y egoísta.
La quiero toda para mí, solo para mí.
¿Pero la dejaría ir?
Sería un no, definitivamente. La seguiría hasta el fin del mundo con tal de tenerla conmigo, incluso me daría igual ser el villano de su vida; mientras que sea parte de ella.
No la dejaré ir cómo lo hice en el último rodaje. Eso lo tengo bastante claro.
—Cómo habrás la boca Victor, juro qué acabaré con tú carrera —me aseguro de amenazarlo antes de ir a por mi mujer.
La sesión de fotos ha terminado cuándo llego, y me avisan de su retirada al hotel.
Perfecto.
Abro la puerta de su cuarto sin tocar e inmediatamente algo me rodea el cuello. Sus brazos. Su fragancia tan característica se cuela por mis fosas nasales, embriagándome del dulce olor; acerco mis labios a los suyos.
Son suaves y tienen un sabor a fresa.
—¿Y esta bienvenida? Podría acostumbrarme a ella, mon amour —le dejo unos cuantos besos por el cuello.
Su pequeña risa seductora se filtra por mis oídos.
—Te extrañé —confiesa acariciando mi mandíbula.
Nuestros ojos se conectan y es cómo si mil luces brillaran dentro de ella, iluminándola. Mataría si eso las dejaría así.
En ese momento me prometo protegerla de todo lo malo.
Aunque habría un problema.
Nadie podría protegerla de mí.
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Nota de la autora;
¡Holaa! ¿Cómo estáis? Siento tardar tanto en actualizar, andaba disfrutando de las vacaciones. Volví con un capítulo más corto que los demás, pero prometo que los siguientes serán más largos.
Espero que os haya gustado este capítulo tanto cómo a mí.
Besos.
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Secret Love
FanfictionNicole y Gabriel, dos personas que nada más cruzar miradas en el casting, supieron que era cuestión de tiempo el estar perdidos el uno por el otro. Fanfic +18 ______ Advertencias. Contenido +18. No acepto ni copias ni adaptaciones. No tolero ni un...