Capítulo seis

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Nicole Wallace.

El desayuno transcurre normalmente después de un breve silencio lleno de incomodidad y vergüenza. Puedo sentir mas miradas a veces pero las ignoro por completo. Antes a veces interactuamos de más, pero ahora que estamos viéndonos y demás, al interactuar siento que nos podrían pillar.

Cuando subimos al bus que nos llevará al casting, Eva se le adelanta a Gabriel, que estaba en camino de sentarse conmigo. Gabriel suelta unas cuantas maldiciones antes de sentarse con alguien detrás nuestro. Una pequeña sonrisa se me asoma pero no dejo que la vean.

—Me parece muy fuerte—me susurra Eva nada más acomodarse en el asiento.

Le echo una mirada levantando las cejas, confusa.

—¿El que?

Ella rueda los ojos.

—Que no me hayas contado lo tuyo con el papasito Gaby—responde obvia.

—No tengo nada con el papasito Gaby—replico con burla al mencionar el nuevo apodo.

Eva me da un codazo a lo que yo la miro indignada.

—Mentirosa—me señala acusatoriamente—. A mi no me tienes que esconder nada, Nicky. Juro, por el papasito Gaby, que no abriré la boca.

Escondo una sonrisa mientras que ruedo los ojos.

—Deja de llamarlo papasito Gaby.

Recibo otro codazo por su parte.

—No y no te desvíes del tema.

—Que no tengo nada con él— digo,soltando un suspiro.

—¿Te crees que no me he dado cuenta?—cuestiona—. Os tratais de otra forma.

Desvío mi mirada al paisaje de fuera, para que no vea mi sorpresa y el miedo que se arremolina en mi interior.

Si ella se ha dado cuenta, ¿cuánta gente también? No quiero ni imaginarmelo ahora. Pero se que si algun dia me llaman o me llega un correo de mi expulsión del proyecto ya sabré la razón.

Por formar lazos poco profesionales con un compañero.

Ahora me doy cuenta del gran riesgo que estamos tomando por esta aventura. Esto, la película, nos ha dado un gran empujón en el mundo del cine y nos ha hecho reconocidos por todas aquellas personas que en este instante nos idolatran. Es grave porque el y yo antes de esto, hemos trabajado durísimo y echarlo todo a perder ahora me produce una sensación de malestar; una que no se me quita a lo largo del día, incluso en el casting y ni hablar de que todo ese tiempo en el que trato de evitar a Gabriel lo más posible para recapacitar y no dejar que mis sentimientos se entrometan en esos pensamientos.

Lo odio, odio que no podamos estar juntos y disfrutar al cien por cien de lo que sea que tengamos.

Sin embargo, el esfuerzo que hago por evitar a Gabriel durante el día se va al garete cuando su mano intercepta la puerta de mi cuarto antes de ser cerrada.

—¿Que haces?—le pregunto con un ligero temblor.

Me ignora comenzando a quitarse su camiseta.

—¿No es obvio?—dice girandose para enfrentarme.

—No, ni se te ocurra—avanzo para recoger su camiseta y tirarsela a la cara—. Hoy no te dejaré dormir aquí.

Él aparta su camiseta y se cruza de brazos mirándome intensamente.

—¿Qué pasa?—me pregunta directamente—. Hoy me evitas y por el pequeño rato que quiero pasar contigo, me echas.

—No podemos seguir con esto— demando, aunque por dentro mi corazón se esté quemando del dolor al imaginarme días sin Gabriel.

Secret LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora