Nicole Wallace
Lo miro casi boquiabierta.
—¿A qué te refieres?—le pregunto insegura.
Su mirada está en mi labio inferior; el cuál acabo de morder.
—No te hagas la tonta, Nicole— niega con la cabeza—. Tu y yo sabemos el deseo que sentimos el uno por el otro.
Si, lo sabía. Pero tenía claro que nada iba a pasar entre nosotros. Estamos mezclando esto con nuestro trabajo y eso no es para nada profesional.
—No podemos dejar que esto vuelva a pasar—me bajo y comienzo a ponerme mi ropa.
Gabriel aparece en mi espalda pegado a mi, me agarra de la cintura a lo que yo me tenso. Acerca sus labios a mi oído para susurrarme.
—¿Acaso tienes miedo de enamorarte de mí, mon amour?— muerde el lóbulo de mi oreja. Gabriel y su francés hace que mis piernas se debiliten.
—¿Yo?— suelto una risa nerviosa—. Querrás decir tú.
Él se encoge de hombros.
—Yo tengo claro lo que quiero que pase entre nosotros, cosa que admito y tú no, mon amour.
Ese apodo causa mariposas estúpidas en mi estómago.
—Deja de decirme mon amour—ruedo los ojos antes de girarme a mirarlo ya totalmente vestida.
—No, después de que ya probé tus tetas exquisitas— aprovecha ese momento para chuparse los dedos con los que me masturbó.
Una sacudida de placer me pega cuando veo eso. Los quiero de nuevo dentro de mí, aunque ya no solo ellos. Sacudo mi cabeza tratando de pensar en otra cosa que no sea su parte masculina.
—Tenemos que irnos, la película estará por terminar y además, hemos tardado mucho—lo rodeo oliendo esa fragancia suya tan característica, agarro el pomo para abrir la puerta pero su mano cálida me detiene.
—Eres preciosa, mon amour— confiesa suavemente —. Solo quería que lo supieras.— aclara cuando ve mi confusión.
Mi corazón se aprieta del amor que siento por este chico. Antes dijo que si tenía miedo de enamorarme de él; pero seguramente ya lo esté.
Salimos de ahí, agitados y acalorados, o por lo menos yo. La película acaba justo cuando llegamos y aplausos nos envuelven al igual que felicitaciones. A Gabriel lo rodean a la salida para hablar con él al igual que a mí. Pero no estoy prestando atención a la mujer que me está hablando, si no, a los brazos cruzados de Gabriel y lo relajado que se ve cuando habla.
Él como si sintiera mis ojos me mira, aún hablando sigue mirándome. Yo no aparto los ojos tampoco; me niego. De un momento a otro parece que estamos en una guerra de miradas y yo soy quién acaba perdiendo. El me dedica una media sonrisa desafiante antes de girarse para hablar con otra gente que acaba de llegar.
—Y bueno, ¿me vas a contar que ha pasado entre vosotros dos?— pregunta Eva agarrándome del brazo y alejándonos para que no se nos escuche.
Nos hicimos amigas a lo largo de la película y tengo que decir qué es una amiga que siempre deseé tener. Divertida, simpática y cariñosa, ¿no es genial?
—¿Qué? Nada— miento haciéndome la tonta.
Eva se cruza de brazos y su mirada dice "eso no te lo crees ni tú ".
—Bieen— admito alargando la "e" —. Nos besamos y ya.— digo omitiendo lo demás.
Ella suelta un pequeño grito de emoción antes de abrazarme.
—¡Lo sabía!— nos señala a los dos—. ¡Sabía que algo pasaría entre ustedes en algún momento!
—¿Cómo?— cuestiono.
—Chica, todos ven como os miráis y la cantidad de indirectas que te tira Gabriel— contesta obvia.
—¿Indirectas?
Eva pasa a mirarme boquiabierta.
—Ahora mismo pareces un tío; que no captan indirectas muy directas.
Ruedo los ojos con una pequeña sonrisa de diversión.
—Ve a por el, Nicole— aconseja ella.
Niego con la cabeza ya con la diversión esfumándose.
—No, somos solo compañeros de trabajo y se supone que tenemos que ser profesionales—le digo—. Además, puede que esto este pasando ahora entre nosotros pero yo no sé si Gabriel lo hace con todas sus compañeras de trabajo.
—Deja de controlar todo y por una vez déjate llevar— me señala antes de irse a hablar con más personas.
Y así, el día termina con miradas de Gabriel en mi dirección y toques bajo las mesas dónde comemos y cenamos. También abrazos cariñosos frente las cámaras.
Por la noche, todos dormimos en el mismo hotel menos Gabriel que en algún momento se fue con amigos para asistir a un concierto. ¿Quién sería Gabriel sin asistir a un solo concierto?
El cuarto en el que me ha tocado tiene una cama doble y un cuarto de baño. Todo moderno y nuevo.
Me acuesto en la cama muy tarde por quedarme pegada a un libro leyéndolo. Luego, miró hacia el techo intentando asimilar lo que hoy llevo el día intentando olvidar; Gabriel.
¿Ignoraré mis sentimientos o seguiré con lo que sea que tenemos? ¿Qué dirán nuestros seguidores? Aunque con lo que leo día a día son los que más esperan nuestra relación, pero el director o producción, ¿Qué pensarán?
Un golpe en la puerta de mi cuarto me saca de mis pensamientos. Será mi mente traicionera ya que son por lo menos las dos de la mañana, por eso, cierro los ojos ignorándolo. Pero un golpe de nuevo me hace levantarme insegura. Miro la mirilla y veo la persona que menos esperaba.
Gabriel entra nada más abro la puerta. Miro indignada como comienza a quitarse su ropa hasta quedarse en bóxers. Luego, se tira a la cama y pasa sus brazos por detrás de su cabeza y así por fin, me mira.
—¿Qué haces?— cuestiono después de un rato mirándonos fijamente.
Me sonríe divertido.
—Voy a dormir — dice arrastrando las letras. Está borracho.
—Pero...— trato de replicar pero viendo su estado cambio de opinión.
No voy a dejarlo en el pasillo así. Busco en la habitación algún sofá pero desgraciadamente no hay. Duermo en la cama pero alejada de Gabriel.
Un rato después, me doy cuenta del grave error que acabo de cometer por que me rodea con sus brazos y pega su pecho en mi espalda abrazándome.
¿Lo peor?
Es que me siento cómoda; como si perteneciera ahí, en sus brazos.
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Secret Love
FanfictionNicole y Gabriel, dos personas que nada más cruzar miradas en el casting, supieron que era cuestión de tiempo el estar perdidos el uno por el otro. Fanfic +18 ______ Advertencias. Contenido +18. No acepto ni copias ni adaptaciones. No tolero ni un...