Gabriel Guevara
—Que seas mía.
Ella abre los ojos poco a poco y lo que veo ahí es pura excitación. Sus preciosos ojos, de una mezcla de color verde y azul, me pedían a gritos que así fuera, que la follara aquí y ahora. Sin embargo, me resisto esperando su respuesta.
—Gabriel...— murmura mi nombre y se remueve un poco por encima de mi dolorosa erección.
Ese simple movimiento me hace perder completamente el control. En un segundo ya la tengo por debajo de mí y nuestros labios juntos en un desesperado beso. Paso mi mano por sus suaves curvas antes de comenzar a quitarle la ropa poco a poco. Ella me ayuda a quitarle el sujetador, cuando se lo quito, sus tetas; ni grandes ni pequeñas, el tamaño perfecto para ahuecarlas con mis manos, saltan en mi vista. Nicole suelta un gemido cuando envuelvo mis labios por encima de sus tetas, lamiéndoselas y mordiéndolas. Todo esto mirándola mientras que ella se retuerce por debajo de mí, buscando más atención en otras partes además de sus pechos.
—¿Que necesitas, mon amour?—le pregunto apoyando mi mano por encima su intimidad, logrando que murmure cosas incoherentes.
—Tú sabes lo que necesito— suelta frustrada.
¿Ya dije que se veía hermosa cuando se frustra? Esos labios rosados se fruncen y sus cejas también. Ni hablemos de su voz, es como una dulce melodía para mí.
—No lo sé—miento haciéndome el inocente.
Nicole se sonroja avergonzada e intenta levantarse pero la detengo.
—¿Y me decías que eras madura?— me burlo de ella para pincharla.
Eso parece funcionar.
—Quiero que me folles, Gabriel, ¿contento?
Sin palabra alguna, le bajo el pantalón corto y le quito sus bragas, las cuáles resultan mojadas. Al ver su dulce coño mi polla se pone aún más dura, tanto que hasta duele. Sin juegos preliminares saco un condón de mi bolsillo y Nicole lo mira confusa.
—¿Que hace un condón en tu bolsillo?—pregunta y sé enseguida que intenta esconder sus celos.
Esos celos no me molestan, al revés, ellos me confirman que algo siente por mí y eso me encanta.
Mi pequeña celosa. Mía.
—¿Realmente creíste que ayer vine a tu cuarto por casualidad, y más estando borracho?— suelto una risa ronca.
—Idiota— me da un manotazo en el brazo sonrojándose salvajemente.
Solo a ella le permito insultarme, porque se ve muy adorable. ¿Me convierte en masoquista querer más insultos viniendo de ella? No lo sé, lo que si tengo claro es que está chica me tiene a sus pies.
Agarro su mano y le coloco el condón ya sin envoltorio a su alrededor. Lo mira confusa y luego me mira a mí, ella parece ver lo que busco en mi mirada. Su pequeña mano desliza el condón por mi longitud, eso me excita de sobremanera, además, su mano alrededor de mi polla es con lo que siempre soñé tener.
Luego, dirijo mi punta a su entrada pero no la meto, en su lugar, espero mirándola a ella.
—Gabriel...—suspira intentando meterla ella, pero la aparto—. ¿A qué esperas?
—Primero quiero que me digas a quién le perteneces— demando sin quitarle la mirada.
Ella niega soltando un bufido.
—No le pertenezco a nadie.
—¿Ah sí? Que me dices si ahora me subo el pantalón y me largo dejándote excitada y con lo único que podrías aliviarte es con tus dedos; que no te darán placer ni la mitad de lo que podrá mi polla.
La indecisión aún ronda por su mente, así que recurro a darle caricias con mis dedos a su clitoris. Le hace retorcerse y jadear en busca de más.
—Por última vez, mon amour, ¿a quién le perteneces?— le pregunto.
—A ti— admite desesperada—. Soy tuya, Gabriel Guevara.
Deslizo mi longitud por su estrecha entrada, suelto un ronco jadeo deleitándome de su calor envolviéndome. Cuándo estoy completamente dentro, le agarro de la barbilla gentilmente.
—¿Estas bien?—le pregunto antes de seguir.
Nicole, con los labios hinchados por mi culpa y ese rubor en sus mejillas que tanto me vuelven loco, asiente alentándome seguir. Comienzo a entrar y salir con sus uñas clavándose en mi espalda, marcándome al igual que yo aprovecho para marcarla con chupones en su cuello. Es cuestión de segundos o minutos, que aumento la velocidad; provocando que nuestros cuerpos choquen y nuestras respiraciones sea lo único que se escuche en el cuarto.
Beso, lamo y chupo sus tetas, sin querer dejarlas desatendidas. Ahora me encargaré de todo lo que necesite Nicole, la cuidaré y estaré ahí para ella. Seré el único hombre con el que se duerma y se despierte; con el que tome helados y se bañe; con el que comparta logros y recuerdos tristes. Seremos solo ella y yo contra el mundo si es necesario.
Ella se viene fuertemente y espero para correrme también en el condón. Me aparto poco a poco y luego le doy un suave beso en la frente antes de ir a traer papel y limpiar su entrepierna. Cuando me acuesto a su lado la envuelvo con mis brazos atrayéndola a mí, sonrío al ver que ella no se resiste, al revés, se apega más a mí.
No hablamos, solo esperamos escuchando nuestras respiraciones calmarse. Un rato después, la siento dormirse, así y aquí, en mi pecho.
Viéndola tan vulnerable y adorable dormida junto a mí, a este punto de mi carrera me hace replantearme muchas cosas que antes no había permitido pensar.
¿Podría tirar todo por la borda solo por estar con ella?
Si eso me lo hubieras preguntado hace un tiempo, la respuesta habría sido inmediata; no. Pero ahora, sé qué estoy más inclinado al "sí" que al "no" y eso me asusta, al igual que me asusta estar lejos de esta chica; la dueña de mi corazón.
_____________
Nota de la autora:
¡Holaa! ¿Que os pareció el capítulo? Como me pedisteis perspectiva de Gabriel lo escribí nada más despertarme ya que tenía ganas. Quizás hoy actualice más tarde, pero no lo tengo claro.
¿Queréis más puntos de vista de Gabriel? ¿Los capítulos os parecen cortos o están bien cómo están?
Un besito<3
ESTÁS LEYENDO
Secret Love
FanficNicole y Gabriel, dos personas que nada más cruzar miradas en el casting, supieron que era cuestión de tiempo el estar perdidos el uno por el otro. Fanfic +18 ______ Advertencias. Contenido +18. No acepto ni copias ni adaptaciones. No tolero ni un...