Nicole y Gabriel, dos personas que nada más cruzar miradas en el casting, supieron que era cuestión de tiempo el estar perdidos el uno por el otro.
Fanfic +18
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Advertencias.
Contenido +18.
No acepto ni copias ni adaptaciones.
No tolero ni un...
Eso es lo que era Gabriel, ese chico tan insufrible y encantador al mismo tiempo.
Esta mañana me desperté, y él sin dejarme respirar, se abalanzó a mí para seguir con lo que no terminamos ayer por culpa del sueño. No podría decir el número exacto de rondas que nos echamos ya que el placer era lo único que invadía mi mente.
Eso no es por lo que estoy maldiciendo, sino por los chupones bastante visibles localizados en mi cuello. Que sorpresa;
Hoy teníamos una sesión de fotos.
Me encuentro tapándolos frustrada por la calor que me envuelve al recordarlo admirando mi cuerpo y haciéndome suya.
¿Suya?
No. No puedo permitir que esto pase más entre nosotros, pero aunque diga eso es imposible seguir pensando en él o en sus labios sobre mi piel. O en esa sonrisa suave y llena de ternura que usa conmigo. ¿Solo conmigo? Pensar en él con otra hace que hierva por dentro y no por excitación.
Sacudo mis pensamientos para concentrarme en terminar mi maquillaje.
Gabriel se fue después de darse una ducha para prepararse para desayunar con los demás y luego acudir a la sesión de fotos. No ha pasado ni una hora y ya estoy extrañándolo, más cuándo salgo y veo la cama desordenada.
Me pongo una camiseta blanca de mangas cortas y una falta larga negra, luego, me cuelgo un bolso pequeño negro dónde el móvil justo comienza a sonar con varios mensajes. Lo saco esperando ver el número de mi madre, sin embargo, es el chico que me vuelve loca.
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Ruedo los ojos al ver lo innecesario de enviar cuatro mensajes. Le respondo y el me responde al segundo.
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No puedo evitar soltar una carcajada. Gabriel por muy joven que sea en realidad es un viejo, aún sigue utilizando emojis. Siempre ha sido así y nunca me atreví a decírselo porque me gusta reírme de él.
Salgo de mi cuarto para dirigirme a la cafetería del hotel, dónde a lo lejos veo a Gabriel junto a Mercedes Ron. Inmediatamente, nuestras miradas se unen como si fuesen imanes, él me dedica la sonrisa tan brillante que tanto me gusta.