Capítulo 14.

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Jennie's pov.

Casi grito cuando alguien jala de mi brazo, de no ser porque puso su mano en mi boca; entonces el aroma de Beth me envuelve y sé que es ella.

— Beth, — Digo, intentando contener mis lágrimas. — han entrado a...

— Lo sé. — Sus ojos color celeste claro están expandidos, luce preocupada. — Tenemos que irnos. Ahora.

Niego. — P-Pero, Lisa... Ella—

— Lisa no importa, joder. — Su tono de voz es duro y no me deja opción. — Ella estará bien. Ahora vámonos.

Me jala una vez más del brazo y comenzamos a correr. Estoy descalza, pero ella me da sus calcetines y eso logra detener el dolor en mis pies. Me siento cansada y sin fuerzas, pero sigo corriendo de todos modos.
Ella sigue alentándome con suaves "vamos." Como si realmente tuviésemos un lugar a dónde ir y como si tuviésemos escapator...

Una maldita avioneta.

Ella. Conducirá. Una. Maldita. Avioneta.

Niego. Lágrimas se deslizan por mis mejillas y todo da vueltas.
Intenta agarrarme el brazo, pero me alejo, sollozando.

— ¡Jennie! Escúchame. — Toma mi rostro.
— Están viniendo hacia aquí por ti. Podemos salvar a nuestro bebé y a ti, cariño. Por favor, tienes que subir. — Sostiene mi rostro.

Limpia las gotas saladas que impactan contra mi piel y luego corre hacia el hangar. Abre las puertas de una patada y corro como puedo hacia ella. Los autos se escuchan no muy lejos, tengo que ser rápida.
Se mete a la avioneta y lo hago también. Me entrega unos audífonos para la altura y se coloca unos que estaban colgados por ahí y emprende vuelo.

De repente, algo cruje en mi interior.

Sostengo mi vientre con terror y vuelvo a sentir el crujido, seguido de un dolor. Emito un quejido y, horrorizada, miro a Beth, que se encuentra dejando lo que hace al ver el charco de sangre que hay debajo de mí.
Siento mi cuerpo hacer una rebelión contra mí, y a pesar de esa mierda, en lo único que pienso es en el bebé.

— E-El bebé. — Mascullo apenas.

— Joder. ¡Joder! — Golpea el manubrio del avión. — Jennie, tienes que aguantar.

Asiento. Mis contracciones son leves, pero para cuando estamos en el aire, quiero vomitar. Apenas logro tomar una bolsa de papel que mi compañera pelirroja me da, y al soltar todo mi estómago, siento un dolor aún más fuerte en mi zona cenital y en mi abdomen.

— ¡Beth! — Grito, cuando la sangre comienza a brotar aún más de mi cuerpo.

— Aguanta. — Dice apenas, concentrada en manejar.

— ¡Jodidamente no puedo aguantar!
— Gruño, golpeando el asiento.

Veo por la ventanilla las luces de los autos de esos hombres a un lado del hangar. Cierro los ojos, sollozando en gritos desgarradores mientras lucho contra el dolor que siento.
Elizabeth me tiende un trapo para morder y lo tomo entre mis dientes, soltando un gemido lastimero cuando una contracción viene más fuerte que las otras. No quiero pujar, porque sé que si lo hago, no estaré lista para verlo.

O verla.

Aprieto mis ojos y mi cuerpo se retuerce de dolor mientras mi acompañante maneja a la máxima velocidad que puede permitirse.
El tiempo pasa y he perdido demasiada sangre, hasta el punto de no retorno; apenas puedo abrir los ojos.

— Jennie, — La voz de Beth vacila.
— Estamos llegando.

Manotea mi brazo, pero no tengo la fuerza suficiente para decirle que aún sigo aquí.

𝗧𝗼𝘅𝗶𝗰 𝗟𝗼𝘃𝗲 | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora