Capítulo VIII
Me negaba a creer que fuera Callahan quien me había enviado esos mensajes. Sorprendida, y con algo de recelo, giré la cabeza en todas direcciones en busca de alguien más.
―Ha pasado tiempo. ―dijo con algo de diversión en la voz.
Hice una ligera mueca al asegurarme de que estábamos solos en la habitación. Di unos pasos hacia atrás quedando bastante cerca de la puerta mientras llevaba mis ojos hacia los suyos. Una punzante sensación de incomodidad comenzó a nacer en mí.
―Si.
―¿Qué te trae por aquí? ―tenía una sonrisa de boca cerrada.
―Una equivocación. ―dejé ir un suspiro. ―Al parecer alguien me trajo al sitio incorrecto, o yo me equivoqué de puerta. No importa realmente.
Él dejó ir la sonrisa. Su rostro se tornó serio y sus ojos se posaron fijamente en los míos. En ese momento tenía muchas dudas
«No puede ser él»
―Tu. ―mi expresión debió ser un desastre, estaba totalmente descolocada. ―Pero ¿cómo?
―¿Demasiado sorpresivo para ti? ―dijo con burla.
―Eso es imposible. Eres TÚ. ―dije mientras señalaba su cuerpo de pies a cabeza.
―¿Aun no lo digieres? ―preguntó. ―Si quieres te doy unos minutos.
Achiqué los ojos deseando que de ellos salieran flechas directas a su corazón, ese que debía estar palpitando en su pecho. Debía, porque para ese entonces yo tenía mis dudas sobre la existencia de ese supuesto corazón.
―Tranquilo. No hace falta.
―Bien, no tengo mucho tiempo hoy.
―Me enviaste un mensaje. Me citaste. ―Le recordé.
―Lo sé. Quiero que hagamos un trato para enfrentarnos a la situación.
―¿Qué tipo de trato?
―Algo simple. Será una especie de contrato de amistad. ―hizo una ligera mueca al decir esa última palabra. ―tú me sirves de apoyo y yo te brindaré, eventualmente, toda la información que tengo, aunque para ello debo confiar en ti. Ser de los míos tiene sus ventajas.
―¿De los tuyos?
―Exacto, aunque para ello debes aceptar primero.
―¿Quiénes son los tuyos?
―Eso lo sabrás más adelante, solo puedo decirte que no estoy con ellos. ―explicó haciendo énfasis en la última palabra.
Asentí tratando de encontrar algo que decir. Solté un suspiro.
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DESCENSO (Balada de los Hijos de la Luna, Libro I)
FantasyEn un mundo donde los encantos se entrelazan con las traiciones y el deseo arde como un fuego inextinguible, se desenvuelve la saga de los Sempiternos: seres de una belleza sobrecogedora, condenados a una perdición inevitable. Rubí, nieta de la Mona...