Matriarca de un imperio

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Desde el fondo de mi corazón, deseo contarles mi historia. Soy Lillian Luthor, una mujer cuyo pasado ha dejado cicatrices profundas y resentimiento ardiente. Mi historia está entrelazada con mi esposo, Lionel Luthor, y nuestros dos hijos, Lex y Lena.

Hubo un tiempo en que Lionel y yo éramos una pareja apasionada y prometedora. Construimos un imperio juntos, un nombre que resonaba en los círculos más poderosos. Nuestro hijo mayor, Lex, era una mente brillante, un genio sin igual. Estaba tan orgullosa de él y de todas sus proezas intelectuales. Veía en él el futuro de los Luthor, la personificación de nuestra astucia y ambición.

Sin embargo, el brillo de Lex se desvaneció cuando se obsesionó con Superman, ese extraterrestre que llegó a nuestro planeta haciéndose pasar por un héroe. Mi hijo, mi amado Lex, creía fervientemente que Superman representaba una amenaza para la humanidad. Lo vi sumergirse en una oscuridad inquietante, consumido por su lucha contra este invasor alienígena.

En lugar de apoyar a mi hijo, el mundo parecía negarse a reconocer la verdadera naturaleza de Superman. Me enfurecía ver cómo la gente lo idolatraba ciegamente, sin darse cuenta del peligro que representaba. Sentía que el mundo era ingenuo, complaciente y estaba cegado por la apariencia encantadora de Superman, sin ver su verdadero potencial destructivo.

En mi desesperación, culpé al mundo por su falta de comprensión y visión. Mi ira se mezcló con un orgullo arraigado hacia Lex, quien era el único que veía la verdad y se atrevía a enfrentarse al engaño de Superman. Aunque nuestras opiniones divergían en ocasiones, admiraba su valentía y su determinación inquebrantable para proteger a la humanidad de lo que él consideraba una invasión alienígena.

En mi corazón, luchaba con una dualidad de emociones: el orgullo desbordante hacia mi hijo Lex y mi resentimiento hacia un mundo que parecía estar ciego a la verdad que él exponía. Era un conflicto interno que me atormentaba y me empujaba a actuar con una feroz determinación para defender a mi familia y a la humanidad de los peligros ocultos.

Mi historia con Lena está llena de dolor, resentimiento y una lucha constante por el poder. Pero también hay momentos en los que me encuentro preguntándome si hay una oportunidad para la redención, si puedo aprender a perdonar y dejar de lado la amargura que me consume. Solo el tiempo dirá si puedo encontrar el coraje para cambiar el curso de nuestra historia y encontrar una forma de amar y aceptar a Lena como parte de la familia Luthor. Al mismo tiempo, nunca dejaré de apoyar a mi hijo Lex en su búsqueda de la verdad y la protección de la humanidad.

A medida que la obsesión de Lex con Superman se intensificaba, mi papel como madre se volvía más desafiante. Veía cómo se sumergía en un abismo de conspiraciones, experimentos y estrategias para derrotar al Hombre de Acero. Me preocupaba por su bienestar y su cordura, pero también sentía un extraño sentido de admiración por su dedicación y su mente brillante.

A pesar de nuestros desacuerdos, siempre estuve allí para apoyarlo en sus esfuerzos. Juntos, construimos una red de recursos y tecnología para contrarrestar las amenazas alienígenas que Lex percibía. Mi amor de madre se entremezclaba con mi creencia de que él era un visionario, un líder que veía más allá de las apariencias y comprendía las verdaderas intenciones de aquellos que venían de otros mundos.

Sin embargo, el camino que Lex eligió seguir fue oscuro y peligroso. Sus acciones se volvieron cada vez más extremas, y nuestras relaciones con el mundo exterior se erosionaron. Mientras él se hundía en su lucha, me encontré tratando de mantener un equilibrio entre el apoyo a su causa y la protección de nuestra familia y reputación.

Pero incluso en medio de la oscuridad, nunca dejé de sentir un orgullo desbordante por mi hijo. Su inteligencia y determinación eran inigualables, y aunque sus métodos eran cuestionables, no podía evitar maravillarme ante su capacidad para ejecutar planes audaces y desafiar a aquellos que consideraba una amenaza para la humanidad.

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