𝟶𝟷𝟾

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ㅤTras media hora de búsqueda, sacaron grandes cajas etiquetadas. En una de ellas habían decenas de dagas hechas con beskar, otra tenía lingotes que aún no habían utilizado y la última llevaban varias lanzas similares a la que le regalaron a Din. Llevaron cada caja entre dos hacia el asentamiento, seguidos de Bo-Katan tras lanzar un par de bombas a las paredes de la entrada. Din bajó a Espectro con su cuerda (tras una pequeña discusión que acabó con él alzándola en volandas en contra de los deseos de ella) hacia dónde la esperaba su speeder. Cuando tocó suelo empujó al mandaloriano que apenas dió un paso atrás y contenía la sonrisa por su reacción antes de verla subir a su speeder. Al darse cuenta de que tendría que montar detrás si quería regresar antes del ocaso hizo una mueca disconforme antes de subir, negándose a sujetarse, al menos hasta que salió disparada hacia adelante con la rapidez con la que aceleró y se aferró a la forma de sus caderas para vergüenza de él y burla de ella, escuchando a sus espaldas las explosiones.
ㅤPara cuando llegaron, los demás parecían haber comunicado la situación a los que aún estaban allí y recibieron a ambos con vítores y enhorabuenas para desgracia de la morena, quién ahora sin su preciada máscara no podía hacer muecas sin ser descubierta.

ㅤBajó despacio del vehículo bajo la mirada de Din, que parecía no querer perderse gesto de ella después de descubrir que había comenzado a sangrar, y le tuvo como una sombra mientras caminaba hacia la habitación en la que habían dormido la noche anterior.

“Espectro, me gustaría darte mi más sincera gratitud.”

La voz de la armera la hizo parar en la puerta, a escasos metros del lugar al que quería llegar, aferrándose al umbral como si la atmósfera del planeta se hubiese vuelto más pesada. Djarin se lanzó rápido a por ella cuando ésta cayó, haciendo que los demás se girasen a mirarla, pero él no se paró a ver cuánto espectáculo tenían mientras la alzaba en brazos corroborando lo liviana que era tal como había pensado antes y la dejaba sobre la cama.

“Yo me encargo, vosotros seguid.”

Pudo escuchar la voz de la armera hablar al público que se había quedado a mirar antes de que el movimiento volviese a escucharse y la puerta se cerró. Din tomó asiento en la cama en la que estuvo él tumbado, mirando preocupado la figura inconsciente de la morena.

“¿Esto tiene que ver con la fuerza?”   Bo-Katan sonó en el espacio reducido, apoyada en la mesa cruzada de brazos con aspecto preocupado.

ㅤ“¿Qué es exactamente lo que ha ocurrido?”   La armera mantenía un porte calmado, arrodillándose junto a la cama de Evana y alzando una mano que sujetaba un pañuelo para limpiar la sangre de su nariz y boca.

“Fue... Impresionante, debo admitir. Era un caza imperial. Toda una nave entera, y ella lo convirtió en una pelota gigante y la lanzó.”   Bo-Katan, por el contrario que Din Djarin, nunca había visto una demostración de la fuerza de tal calibre y aún seguía sorprendida.

“Luego me mantuvo a mí...”   Susurró Din con voz queda, avergonzado mientras bajaba la mirada a sus botas.   “Una bomba nos alcanzó a los tres y a mí me lanzó afuera. Ella me sostuvo y me acercó al borde.”

ㅤ“¿Por qué no usaste la mochila propulsora?”

ㅤ“La explosión debió dañarla.”

La armera asintió con la cabeza y puso el pañuelo después de humedecerlo sobre la frente a la morena.

ㅤ“La fuerza depende de una gran concentración y firmeza. Hay que practicarla y practicarla hasta que resulte tan fácil como respirar. A los jedi les lleva años manejarla sin que cause caos. La fuerza es peligrosa si no se maneja con cuidado. Ella probablemente no ha utilizado tal magnitud de fuerza antes, al menos, no hace poco tiempo, y hacer algo tan grande como deformar toda una nave y luego sostener una persona ha debido agotar su vitalidad. Me sorprende que haya llegado hasta aquí por su propio pie, aunque sigue siendo igual de tozuda de lo que la recordaba.”

ㅤ“¿Cuándo despertará?”

ㅤ“No lo sé. Su cuerpo está recuperando su vitalidad. Pueden ser minutos, horas, tal vez días.”

ㅤ“¿Días?”   Exclamó preocupado Din.

“Por suerte su lado jedi la ayudará a recuperarse pronto. Tranquilo, Din Djarin, Evana pronto volverá a levantarse.”

La mandaloriana se puso en pie, saliendo del habitáculo como si no hubiese ocurrido nada. Din se llevó las manos a la cabeza con un quejido, negando mientras tanto.

“No te culpes por sus decisiones.”    Habló Bo-Katan posando una mano en su hombro.   “Por experiencia personal, sé que no es la mejor de las opciones.”

ㅤ“Estaba a mi cargo.”

ㅤ“No es cierto. Ella es mayor para tomar sus propias decisiones, no es como Grogu, Din.”

El nombrado, como si hubiese sido llamado, apareció entre los pies de mando mirándole con la cabeza ladeada. Él, con un suspiro, lo atrajo a su regazo y ambos miraron la figura de la morena, que parecía dormir plácidamente.

“Ella despertará, solo necesita descansar. Y tiene aquí quienes estarán al tanto de su estado.Te dejaré descansar a tí también.”

Se puso en pie palmeando su hombro antes de abandonar el reducido espacio. Grogu alzó la cabeza con un sonido antes de mirar a Evana.

“Está durmiendo, Grogu.”

No podía decirle lo que en realidad pasaba, no sabía si iba a comprenderlo y tampoco quería preocuparle, después de notar lo mucho que aquella mujer había parecido agradarle al pequeño mandaloriano.

“¿Qué tal si comemos un poco? Debes tener hambre.”

Se puso en pie con un quejido, como si de pronto pesara más de lo habitual, y se deslizó por el pequeño lugar hasta la mesa, tomando asiento una de las dos sillas allí dispuestas después de servir dos cuencos de sopa. Observó unos segundos la puerta cerrada antes de quitarse el casco y dejarlo a un lado. Se sentía expuesto sin él, sobretodo ante la mirada curiosa de su hijo, pero le era imposible cambiar su aspecto preocupado y decaído cuando lo único en lo que podía pensar era que aquella mujer fuerte y testaruda que incluso había puesto su vida en peligro por él ahora yacía en la cama inconsciente y no sabía cuándo volvería a ver de nuevo el azul de aquellos ojos llenos de vida.

𝐒𝐏𝐄𝐂𝐓𝐑𝐔𝐌 |  𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘢𝘯𝘥𝘢𝘭𝘰𝘳𝘪𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora