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ㅤ“Solo queda una cosa.”

ㅤ“No me gustan las adivinanzas, Luke.”   Se quejó Evana dándole un mordisco a una rana cocinada al fuego insertada en un palo.   “¿Qué es?”

ㅤ“Una batalla.”

ㅤ“Lo que quieres es una revancha.”   Se burló con una torcida sonrisa la morena, siendo respondida por una sonrisa del jedi.   “¿Dónde?”

ㅤ“En el interior del bosque.”   Sus ojos se dirigieron a padre e hijo entonces.   “Si nos váis a acompañar, debo advertiros de que podría resultar peligroso.”

ㅤ“Lo sabemos. Tendremos cuidado.”   Afirmó Din, tras haber dejado su cena en manos del pequeño Grogu, quién estaba comiendo su segunda rana.


ㅤLa oscuridad era casi total para cuando llegaron al lugar, o al menos cuando Luke paró su caminata. Mando llevaba en brazos a Grogu, que apenas veía nada, mientras que su padre se puso en su visor la visión nocturna.
ㅤSkywalker se giró hacia su nueva contrincante y se quitó el abrigo dejándolo caer al suelo, su mano alcanzando el sable que descansaba en su cadera mientras sus ojos se mantenían en la grácil figura femenina que se movía con elegancia mientras dejaba su abrigo también y sacaba su sable. Ambas luces láser iluminaron la oscura escena, el verde y el azul contrastados en los rostros de ambos oponentes.

“¿Preparada?”

ㅤ“Nací preparada, Skywalker. Que empiece el baile.”

Con una sonrisa por parte de Luke ambos se acercaron el uno al otro. El silbante sonido de los sables sonaron mientras eran movidas en el aire, el choque de ellas sonando con eco entre los árboles. Luke seguía sorprendido por la forma en la que batallaba Evana, como sus movimientos eran tan elegantes y al mismo tiempo tan poderosos que podría deshacerse de sus contrincantes con la tranquilidad de un suspiro, por eso sabía que iba a ser una digna adversaria.
ㅤDjarin podía ver como los dos peleaban en una batalla digna de admiración apoyado en un tronco lo suficientemente alejado como para no acabar siendo atacado. Dos guerreros poderosos peleaban mano a mano por la dominación del duelo.
ㅤLuke alzó su mano libre, un tronco caído se elevó en el aire y se lanzó en dirección a la mestiza, quién, ante los ojos de ambos, cortó el tronco con un movimiento de su espada sin moverse un solo centímetro. Evana levantó entonces su mano, ambos trozos del árbol apuntaron a Skywalker como si tuviesen vida propia antes de abalanzarse hacia el jedi. Se apartó con un rápido movimiento antes de ser aplastado, alzando la mano que empuñaba su sable al tiempo que el de la morena lo atacaba. Tuvo un pequeño dejavu al recordar como ella, tiempo atrás, logró tenerle entre la espada y la pared casi de forma literal antes de que el pequeño mandaloriano irrumpiera.

ㅤ“No dejas de sorprenderme, Evana.”

ㅤEl jedi se giró hacia la derecha en un rápido movimiento para apartarse, apuntándola con su sable láser. A pesar de no haber pasado más de una semana desde que despertó del coma, aquella mujer seguía teniendo una vitalidad y una firmeza en cada uno de sus movimientos que era digna de admirar.

“¿Vamos a pelear o vamos a halagarnos?”   Preguntó la morena con una jocosa sonrisa.

ㅤUna sonrisa apareció en los labios del jedi mirándola a la luz de su sable en aquella noche oscura, viendo el reflejo de alguien a quién no tuvo oportunidad de conocer como el destello de un cometa al pasar.
ㅤSe acercó con una zancada, su sable zumbando con cada movimiento que ejecutaba que era contrarrestado por los de la morena, con gestos medidos y elegantes. Recordaba a un espadachín experto, a alguien que había vivido toda una vida de batalla en batalla.
ㅤMando observaba todo como un mero espectador, sin poder quitar la mirada de Evana, quién parecía moverse como un sueño. No temía por su seguridad, no cuándo se la veía tan confiada y decidida. Era una bailarina experta en el arte de la guerra, y solo podía disfrutar la imagen mientras su corazón latía frenético contra su caja torácica.
ㅤTras un rápido giro en el aire apartándose de un ataque rápido de Skywalker, el pie de la mestiza se estiró hasta golpear el pecho del ojiazul, empujándole hacia atrás hasta caerlo de culo al suelo. Éste se quedó sentado con las piernas extendidas, un semblante divertido y sorprendido a partes iguales. Tras unos segundos de silencio, una carcajada salió de Luke.

“Realmente eres algo, Evana.”  Dijo con aire divertido el jedi, que se puso en pie frotándose la túnica oscura para limpiar la tierra de la tela.  “Definitivamente has recuperado todas tus facultades.”

ㅤ“En realidad me siento incluso mejor, y todo gracias a tí.”  

Los agradecimientos no eran algo a lo que estuviese acostumbrada, por lo que esa fue su mejor forma de agradecerle todo aquello. Él lo sabía, la sonrisa que le mostró lo declaró.

“El placer de tu compañía ha sido un soplo de aire fresco. Espero que volváis pronto alguna vez, aunque sea para visitarme. Me gustaría saber de tu proceso y el del pequeño mandaloriano.”

Ambos miraron a Grogu, que aún seguía en brazos del padre y había estado observando ensimismado la pelea como si no pudiese comprender del todo la situación por la fluidez de todos aquellos movimientos. Torció su cabeza en señal de curiosidad, sabía que hablaban de él y le gustaba, sobretodo de parte de Evana. Se había formado un vínculo especial entre ellos dos sin siquiera notarlo, al igual que ocurrió entre Din y ella, aunque ese vínculo era más extraño y confuso para ambos, ya que nunca habían sentido algo así por nadie y aún estaban intentando comprender todo aquello.

“Eso está hecho, Skyguy. Me gustaría ver como te va en la escuela jedi en un futuro.”   Respondió Evana con una pequeña sonrisa, siendo respondida de igual forma por él mientras todos volvían a la cabaña a descansar. Mañana partirían al amanecer, de vuelta a un lugar al que unos llamaban hogar.

𝐒𝐏𝐄𝐂𝐓𝐑𝐔𝐌 |  𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘢𝘯𝘥𝘢𝘭𝘰𝘳𝘪𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora