REGRESÓ

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Finalmente, habían llegado a la cabaña de Urokodaki, los tres jóvenes se encontraban frente a la puerta del anciano y este no pudo evitar llorar al ver a su estudiante con algunas heridas, pero, que importan si él está con vida, ambos se abrazaron y comenzaron a llorar.

-Veo que regresaste Takemichi- Kazutora se asomó a la puerta y abrazo fuertemente a Takemichi que se sorprendió por la acción -Gracia, Gracias por regresar Takemichi-.

-Estoy de regreso Kazutora-san- Takemichi correspondió el abrazo mientras se hundía en el cuello de Kazutora.

Tras unos cuantos minutos de estar abrazados, Takemichi finalmente rompio el abrazo -Quiero presentarles a unas personas- dijo para dirigirse a Zenitsu e Inosuke.

Kazutora tuvo un infarto, pues el chico, que se encontraba totalmente desnudo de la parte superior del cuerpo, era igual a su amigo de la infancia keisuke Baji, lo único que lo diferenciaba es que tenía el cabello un poco más corto con algunos mechones azulados y sus ojos verdes, fuera de eso toda su cara era una copia de Baji.

-Ellos son Zenitsu e Inosuke- Takemichi hablo sacando de sus pensamientos a Kazutora -Chicos, ellos son Kazutora y es mi "hermano mayor" y él es Urokodaki-san mi maestro-.

El mundo dejó de existir para dos personas cuando sus ojos se encontraron, pero no sabían por qué. El ambiente se tornó empalagoso, Kazutora juraría que era igual al manga de romance que Chifuyu coleccionaba, pero solo se había sentido a si con él.

Zenitsu no lo comprendía, ese ambiente tan romántico y el palpitar de su corazón, su mirada solo se concentraba en los ojos amarillos de la persona frente a él, eran hermosos.

-Chicos están bien, que les sucede?- pregunto Takemichi, pero ninguno de ellos parecía reaccionar.

-Creo que se trabaron- murmuro Inosuke a Takemichi mientras rascaba su cabello.

-Yo... es un placer conocerlos- Kazutora rompió el ambiente que se había formado, pero no aparto su vista de Zenitsu, el sentimiento que lo envuelve es raro, similar al que tiene cuando está con Chifuyu, pero este realmente era diferente y no sabía si era bueno o malo.

-Sí... igualmente es un placer- termino de hablar Zenitsu y finalmente aparto su mirada avergonzada, Takemichi e Inosuke estaban más que confundidos, pero solo decidieron ignorarlo.

-Bien... hay que celebrar que regresaste con vida... más bien que regresaron con vida- Urokodaki alboroto el cabello rubio de Takemichi -Vamos pasen-.

El ambiente dentro de la pequeña cabaña era cálido, los cuatro adolescentes se encontraban disfrutando de una deliciosa cena cortesía de Urokadaki, cuando dieron las nueve de la noche Inosuke y Zenitsu se encontraban ya en el mundo de los sueños. Takemichi estaba pensativo sobre lo que ha vivido, salió de la cabaña, una caminata era perfecta para a despejar su mente, muchas cosas han pasado desde su encuentro con Tomioka y muy pronto tendría que darle la cara a la Tokyo Manji, si bien estaba decidido a perdonarlos, aún había dudas y miedo.

-Mañana a las ocho... regresaremos a casa- pronuncio Kazutora, este había seguido a Takemichi en silencio para evitar que algo le pasara.

-Kazutora- Takemichi se sorprendió, pero después puso su cálida sonrisa -si mañana regresaremos, pero, si es de día, como haremos para que tú también puedas viajar con nosotros?- Takemichi pregunto mirando al joven de mechas amarillas.

-Por eso no hay problema- Kazutora camino a un lado de Takemichi incitándolo a seguir caminando -Yo también he entrenado, aprendí a controlar mi apetito por los humanos, alguna que otra técnica, entre otras cosas, así que también te acompañaré a tus misiones con esos dos... por lo del sol... el viejo y yo hemos construido una pequeña cajita que usaré para trasportarme-.

LA  PANDILLA DE LOS CAZADORES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora