LA PANDILLA DE LOS CAZADORES

Nuevo dìa, nuevo evento

Aquel chico de tatuaje de dragón, miraba con enfado al joven sentado en la camilla, mientras este solo fingía que nada pasaba, harto de la situación tensa se decidió a hablar -vamos Ken-chin...no es para tanto solo son unos pequeños moretones, nada del otro mundo... Además tenía que asegurarme de que Takemicchi estuviera bien-

Draken es una persona que tiene demasiada paciencia, día a día convive con chicos que se comportan como niños, pero estaba vez fue cruzar la raya -Idiota, ¡no sabemos siquiera donde estamos!!!- grito -Y por sí fuera poco, Takemichi no está aquí-

-Hay bueno, no te enojes-

El joven de pelo lila trato de levantarse, pero su cuerpo estaba adolorido así que solo hablo -Haber quien falta- pensó y luego continuó -Los gemelos se fueron antes de la llegada de esos sujetos... Muto... ¿Está desaparecido?...peyan y Pah-chin están inconscientes porque el golpe de las escaleras fue muy fuerte... Hanma está igual, los amigos de Takemichi sepa a donde se los llevaron y Hakkai está medio traumado- termino de decir.

-Tora... falta Kazutora- con desánimo se unió a la conversación Chifuyu.

-debe de estar con Takemichi- menciono Baji.

Cuando Daken estaba a punto de hablar, fue interrumpido por un joven de cabellos negros y unos hermosos ojos rosados.

-Tu eres quien se llevo a Kazutora- afirmo cierto rubio de ojos verdes.

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En una habitación austera y silenciosa, Takemichi yacía en la cama, los ojos fijos en el techo mientras su mente divagaba en un torbellino de pensamientos. Había sido una noche difícil, el hecho de que la Toman se involucrara demasiado, no estaba en sus planes.

Lo que más le causaba dudas a Takemichi en ese momento era saber quién diablos era ese sujeto que comía pastel mientras lo miraba, así duraron un par de minutos, hasta que finalmente el hombre hablo.

-Takemichi, mi querido discípulo- dijo Rengoku con voz profunda y su tipa sonrisa que mostraba a todos -me alegro de verte de nuevo. Has recorrido un largo camino y has enfrentado grandes desafíos, pero tu espíritu sigue siendo tan fuerte como siempre, eso me alegra demasiado-

Hasta ese momento todos le habían dicho a Takemichi que era un joven a quien ya conocían de una vida pasada, pero nadie entendía que él no podía recordar nada, solo se limitaba a entender lo que necesitara para realizar con gran éxito sus misiones, pero eso no fue impedimento para que sentimientos nostálgicos se acumularan en él, sin saber de donde salían. Este era otro caso.

-Disculpe, señor... Parece que me conoce, pero yo a usted no- expreso Takemichi.

-Era de suponer - Rengoku se levantó de su silla y como si de un ser divino se tratara el aura de este impresiono a Takemichi -Soy Kyojuro Rengoku... Y... ¡soy el pilar del fuego!-

Takemichi se quedó sin palabras, de alguna forma su instinto le decía que debía de seguir a ese sujeto -Para hacerte las cosas más fáciles- Rengoku se encaminó hacia Takemichi, quedando cara a cara -TÚ Y YO, ÉRAMOS MAESTRO Y ALUMNO- grito emocionado y luego murmuro para sí mismo -Aunque eso, duro menos de un día y medio-

-Ya veo- con alegría en su rostro, Takemichi respondió -Debe ser increíble ser su discípulo-

-En hora buena, porque serás mi discípulo de nuevo para cumplir tu nueva misión- Takemichi quedo mudo ante aquellas palabras y la emoción comenzaba a crecer en su ser -A hora encuérate-