Miedo

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Nada, absolutamente nada, no había nada en ese lugar, Takemichi llevaba todo el día deambulando en ese bosque desconocido, con la idea que muy pronto llegaría a una cabaña donde supuestamente estaría el sujeto que lo entrenaría, pero por más que caminaba no había nada, como sucedió esto, pues...

-Llegamos- Tomioka se detuvo frente lo que era la entrada de un bosque -A partir de aquí ya no te podré acompañar-.

Takemichi estaba asombrado, nunca en su vida escucho de un bosque en esa zona de Tokio -¿Qué se supone que haga hora Tomioka-san?- pregunto.

-Si caminas derecho te toparás con una cabaña, en ese lugar te encontrarás con Urokodaki, él será tu maestro, te entrenará y te enseñará lo necesario, cuando lo veas dile que yo te envíe-.

-Este bosque no es peligroso??- Takemichi dijo con una voz de preocupación y angustia, pero cuando volteo a ver Tomioka-san, ya no estaba -Tomioka-san sí que es alguien raro-.

Asi regresamos a la actualidad, un cansado Takemichi caminando solo en un bosque en la noche que podria salir mal, no se dio cuanta, pero comenzo a oler algo raro, ese olor se le hacía familiar, ese olor metalico de la sangre - Alguien esta erido, es un olor a sangre muy fuerte - se dijo para sí mismo.

Él es Hanagaki Takemichi, un sujeto débil, y estúpido, un tipo que se pone en peligro para ayudar a otras personas, y por eso en estos momentos está ahí, corriendo a toda prisa guiándose por el olor de la sangre.

-¿Qué?!!- se detuvo en lo que parecía ser una pequeña casa, la cual se encontraba destrozada y cubierta de sangre -¿Qué diablos?-.

Comenzó a buscar a alguna persona herida, cuando escucho una risa provenir de dentro de la casa -vamos Takemichi, alguien necesita tu ayuda, no seas miedoso, continua- se dijo en forma de alentarse así mismo.

Cuando estuvo dentro de la casa sus ojos se dilataron, su cara era de horror y el fuerte  olor a sangre le provoca náuseas y su cuerpo se paralizó por completo; dentro de la cabaña se encontraban cuerpos humanos mutilados y la sangre cubría las paredes y suelo, en medio de la habitación había un ser amorfo devorando lo que parecía ser el torso de un chico -De... de... demonio…- susurro con miedo, el cuerpo de Takemichi no dejaba de temblar.

Que se supone que debía de hacer, correr, quisas, pero su cuerpo no se movía, hasta que su presencia fue notada por aquel ser -AH!, aún hay un humano- dijo aquel ser, mientras se levantaba y se posicionaba frente a Takemichi -No importa, será más comida- termino de decir mientras pasaba su lengua por los labios.

Estaba más que muerto, Takemichi sabía  que no era fuerte, no podía siquiera derrotar a Mikey y nunca lo hará, entonces como se supone que debería enfrentar a este ser, sus pensamientos se interrumpieron por una voz proveniente de uno de los cuerpos -A... ayu... ayuda, por... favor-.

Las palabras de Tomioka regresaron a su mente, "El deber de un cazador es proteger a los humanos", él a un no era un cazador como tal, pero ya no había vuelta atrás, él aceptó ser parte de los cazadores y su misión ahora era salvar a esa chica.

Su cuerpo dejó de temblar, su mirada se volvió determinada -No soy comida, he venido a salvar a esta chica de ser devorada por ti- Takemichi tomo una posición de pelea, ya no importaba, toda su vida recibió golpes, así es golpe tras golpe, toda su vida siempre la vivió al borde de la muerte para proteger a sus amigos esos amigos quienes le dieron la espalda, entonces que importaba morir ahora para salvar esa chica desconocida - SOY HANAGAKI TAKEMICHI UN CAZADOR DE DEMONIOS!!!- grito a todo pulmón.

En otro lado, en un distrito de entretenimiento, se encontraban unos amigos pasando el rato, se encontraban entre risas y platicas estúpidas, pero un miembro se encontraba con una mirada de angustia.

-Oe, Tora sucede algo?- pregunto Baji, mientras sostenía una lata de refresco.

-AH!!- reacciono Kazutora, a la vez que su mirada se dirigía a la de Baji.

-Cierto estás muy raro, ¿qué sucede?- Chifuyu se unió.

-No, no sucede nada chicos, solo recordé que tengo que lavar ropa- respondió kazutura - Así que no se preocupen - mientras mostraba una sonrisa y su pendiente de cascabel sonaba con los movimientos.

-Si tú lo dices Tora- Chifuyu le dijo, pero no pudo evitar sobre pensar las cosas, le preocupaba Kazutora, en este poco tiempo en donde empezaron a convivir tras la pelea de Halloween Sangriento, se había encariñado con él bastante.

-Si, tranquilo Fuyu- Kazutora estaba más que mintiendo con todos sus dientes, abia un sentimiento de preocupación, no sabía el porqué, pero desde el día de la expulsión de Takemichi, no podía de dejar ese sentimiento, realmente no sabía que era o se lo provocaba, Tristesa, angustia, pesar, miedo... Miedo?, que le provocaba miedo.

Ahora mismo ese sentimiento se incrementó y su instinto pedía que buscara a alguien -Tal vez me estoy volviendo loco- se dijo así mismo.

LA  PANDILLA DE LOS CAZADORES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora