13.

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𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚.

Tuve un extraño sueño con Héctor, una función de teatro y un cuchillo ensangrentado en mi mano. Él estaba bien, salvo por la sangre salpicada en su traje, pero no podía decir lo mismo de mí; me estaba muriendo desangrada por una puñalada en el pecho, mientras todos aplaudían eufóricos.

Abrí los ojos de golpe y me quedé completamente inmóvil sobre la cama por unos segundos, hasta que me di cuenta de que esa no era mi habitación.

Entonces levante la mirada y noté a una pequeña criatura de abundante pelaje negro como la noche más oscura y aspecto muy suave, acostada sobre mi estomago completamente dormida. Así que pegue un fuerte grito que la despertó e hizo saltar al suelo muy asustada, mientras yo retrocedía hasta la cabecera de la cama jalando las sábanas de un suave color rosa.

Isabella entró a la habitación de inmediato y me sentí aliviada de verla, sin embargo, no pude evitar preguntarme qué demonios pasó anoche.

—¿Qué pasó? —preguntó—. ¿Estás bien?

Asentí después Isabella tomó entre sus brazos a la pequeña criatura y esta comenzó a ronronear tranquila, mientras mi corazón continuaba latiendo con fuerza desmedida.

—¿En dónde estamos? —cuestioné tensa.

—En mi departamento —explicó y su mirada conectó con la mía, tranquilizando mi corazón en cuestión de segundos—. Anoche, al salir del bar, te quedaste dormida dentro del auto, así que creí que lo mejor era traerte aquí. Espero que no te moleste.

—No, en lo absoluto. Al contrario, agradezco las atenciones y lamento las molestias que cause —aclaré mi garganta y recobre la compostura—. ¿Ella es Cherry?

Isabella sonrió llena de orgullo y los ojos brillantes.

—Mi amada gatita —Cherry saltó al suelo y comenzó a restregarse en las piernas de Isabella, ronroneando—. ¿Verdad que es preciosa?

Asentí con una sonrisa, sin dejar de mirar a Isabella. Se veía realmente preciosa con su pijama de corazones y el cabello suelto, tanto, que comencé a sentir una extraña sensación en mi pecho y pronto me di cuenta de que probablemente después de lo de anoche mi aspecto no era el mejor, así que comencé a sentirme avergonzada. No sé por qué, pero quería que Isabella me viera como la veo ahora.

—Lamento haberla asustado de esa manera.

—No te preocupes, seguro te has asustado más tú que ella —sonrió, después enredó su mirada con la mía y mi corazón se volvió loco una vez más, pero de una manera diferente a  la de hace un momento—. Estaba por preparar el desayuno, ¿quieres que prepare algo en especial para ti?

—No, está bien. Muchas gracias.

—Bien —asintió aún sonriendo—. ¿Te gustaría tomar un baño, mientras tanto? Tengo de reserva productos nuevos que puedes usar sin ningún problema, y también tengo un vestido nuevo que me compré hace tiempo pero jamás usé. Tal vez te gustaría usarlo.

Asentí sin poder gesticular una sola palabra, por lo que Isabella fue directamente a su armario y trás algunos minutos volvió a la habitación y me entregó el vestido dentro de una pequeña caja.

—La caja es preciosa. —comenté.

—El vestido lo es aún más, creeme. —sonrió con tranquilidad y tomó asiento al borde de la cama—. Lo compré hace mucho tiempo, cuando creía que mi cuerpo se tenía que ajustar a la ropa y no la ropa a mi cuerpo —suspiró—. Me alegra no estar más en ese lugar y no haber tirado este vestido, porque ahora te servirá a ti.

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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