Paseo

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Días de incómoda tensión se podía percibir entre Malleus y el estudiante de Noble Bell College que por ahora estaba hospedado en Diasomnia, aún más para Rollo que no le era sencillo tratar de sobrellevar los malestares de su complicado estado a la vez que trataba de superar los sentimientos que provocaba ese "monstruo" del que se había enamorado.

—Rollo, te traje algo de comer. —Decía muy animado Lilia asomándose en la puerta, sonriente con charola en mano a la hora de cenar esa noche.

—¿Usted la preparó? 

—Si, pero juro que seguí la receta.

Sin dejar de sonreír respondía Lilia entrando a la habitación, Rollo con sospecha lo miraba, pues todos le habían advertido sobre no comer lo que este preparara sin importar las razones que diera o lo muy entusiasta que estuviera. Sin duda alguna era una trampa mortal que podría provocarle un fuerte malestar estomacal.

—No tengo hambre. —En un murmullo dijo para negarse amablemente, sin embargo Lilia no parecía querer rendirse.

—¿En serio? Malleus me dejó la misión de que ustedes comieran.

—Yo no sigo las órdenes de ese idiota, comeré cuando quiera.

—No tienes que desquitarte conmigo si estás enojado con Malleus por no estar aquí para cenar contigo.

—Yo no me enojaría por una tontería así...

—¿En serio? ¿No estás celoso de que Malleus pase más tiempo con Yuu ahora que ustedes están distanciados?
Si no amas a Malleus no deberías enojarte si se enamora de alguien más para formar una familia que le ayude a cuidar al bebé cuando nazca. ¿No?

El ceño fruncido de Rollo parecía temblarle inconscientemente al oír todo aquello, que de forma molesta parecía describir lo que justamente estaba sintiendo. Los celos carcomían su alma al imaginar que Malleus se dejara envolver por la inocencia de ese chico que estaba enamorado suyo. Lilia notando lo que había provocado pensó que era la oportunidad perfecta para aprovecharla y salirse con la suya.

—Si quieres que me vaya para no seguir escuchando estas "tonterías" solo come lo que preparé. —Con un brillo en la mirada insistía mientras colocaba un plato frente suyo.

—Usted es muy obstinado. ¿No?

—Tú también, Rollo Flamme. Come un solo bocado y me iré.

—Solo un bocado... —Un poco hastiado Rollo dijo mientras se disponía a probar de ese plato, suponía que esta comida no sería peor que seguir oyendo las estupideces que Lilia decía, aunque esas estupideces eran una verdad que se negaba a admitir.

—¡Lilia senpai! —Silver le llamaba al entrar corriendo a la habitación, deteniendo el instante preciso en que Rollo iba a meter la cuchara en su boca.

—Ehh... ¿Por qué entras así Silver? Finalmente Rollo estaba por comer un poco.

—Sebek es el encargado de traerle la cena hoy, me sorprendí al escuchar a los chicos que lo vieron preparar algo en la cocina, no pensé que era para Rollo san.

—Pero lo hice según la receta, por supuesto no le daría algo malo a un embarazado, Malleus me mataría si enfermo a su bebé.

Silver con duda miraba a su padre que parecía bastante sincero, quizás esta vez si había seguido la receta y esa comida que no se veía mal tenía buen sabor pero cómo saberlo si no era probándola.

—Voy a probarla... Es por su bien Rollo san, disculpe.

—Todos ustedes están locos... —Susurró Rollo entregándole a Silver el plato que le fue dado antes, tanto lío por una comida cuando ni siquiera hambre tenía.

Ardiente DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora