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Delilah sabia que queria amar, había visto a sus padres amarse hasta tal punto que su padre llegó a ser torturado con tal de estar bien para su madre; sabía lo que significaba amar y ser amado pero no lo había vivido, y no le pareció necesario, no hasta hace unos pocos días donde todos le apuntaban y todos querían que lo estuviera. Cuando veía a las parejas, a las viejas y las que se iban formando poco a poco llegó a ver lo realmente solitaria que se sentía,
Ella quería lo que había leído en sus historias, lo que Jane Austen y muchos escritores más les habían hecho desear, Delilah Everleigh quería amar y ser amada.
— Venga, princesa — Jane intentaba que dejara de dar vueltas por toda su habitación pero a pesar de sus insistencias parecía que ella le ignoraba — Tengo que terminar de vestirla.
— ¿ Qué haré, Jane ? ¿ Por qué dije que sí tan pronto ? — comenzaba a marearse de tanto dar vuelta. Dios, se sentía tonta por lo nerviosa que estaba.
— Su majestad, solo le ha dicho que sí a dar un paseo no es como si le hubieran pedido matrimonio aun.
— Lo se, lo se. Estoy actuando como una tonta.
— No, es normal, al vizconde le gusta y es de lo más común estar nerviosa.
Después del desayuno junto a él, sus hermanos y lady Danbury, Anthony le había invitado a dar un paseo a la tarde y antes de que ella pudiera siquiera decir cualquier cosa, su madrina ya la estaba mandando a vestirse para el momento.
No le gustaba sentirse así, bueno, más bien no estaba acostumbrada a hacerlo y lo que menos quería era parecer una de las tantas debutantes que se había acostumbrado a ver a lo largo de sus años en las presentaciones en palacio, no quería ser una enamoradiza utilizada por la sociedad para saciar sus ganas de emoción.
— Vamos, Delilah. Quita esa cara y disfruta de la tarde, solo será un paseo — comentó Jane al ver la cara de seriedad de la princesa.
— Tienes razón, ¿ Que podría salir mal ?.
Las miradas se posaban sobre ambos como si su sola presencia fuera luz y las demás personas fueran polillas, estaba acostumbrada a ello, después de todo era la princesa de Inglaterra pero nunca había estado un otra persona que no fuera alguien de su familia o Simon en una situación como esa. El Vizconde se había ofrecido a llevarla a dar un paseo por Painshill Park donde solían organizar un gran picnic cada temporada de verano.
— ¿ Y cómo conoció al Duque de Hastings su majestad ? — preguntó Bridgerton después de un rato.
— Lady Danbury perteneció a la corte de mi madre por lo que ambas, como bien se sabe, son muy buenas amigas por lo que suelen quedar bastante seguido, éramos unos críos cuando llegó con el pequeño Simón y desde entonces somos amigos. Eso sí, éramos un peligro todos juntos, estoy bastante segura que las nanas nos odiaban pero no lo decían en voz alta.
— Vaya, la princesa era una causante de problemas cuando era niña.
— Por supuesto, Anthony. No hay nada que disfrute más que una buena broma y sobretodo las reacciones a estas.
— Es sorprendente, normalmente cuando piensas sobre la realeza, perdón que me tomo esta libertad para opinar , parece que todos son unos estirados.
— Oh, no has dicho eso Anthony Bridgerton. Bueno, puede que algunos sí, pero mi familia y yo estamos muy alejados de eso. Las personas se imaginan muchas cosas cuando se refieren a nosotros pero puedo asegurarte que somos como cualquier familia londinense solo que con más responsabilidades. A vosotros os preparan para dirigir a vuestras familias y a nosotras para criar una, a mis hermanos y a mi a demás nos preparan para dirigir un imperio y hacerlo de forma correcta, justa.
— Si lo ves así es demasiada presión.
— Pesada es la cabeza que lleva la corona pero es con lo que nos ha tocado vivir y no podría estar más feliz de hacerlo. Yo no dirigiré un imperio pero ayudaré a hacerlo y amo pertenecer a algo importante.
Él sabía a lo que se refería, no dejar que su nombre se perdiera en la historia, quería ser importante y que la recordaran, y Anthony estaba seguro de que así sería por el simple hecho de ser ella. No llevaba conociéndola mucho pero estaba seguro de que Delilah Everleigh estaba destinada a algo grande.
— Es fascinante, usted es fascinante — comentó deteniéndose frente a ella.
— Oh por favor, que cosas dice — cubrió su rostro evitando que el chico viera el sonrojo que se posaba en sus mejillas.
— Es verdad, estoy feliz de haberla conocido aunque desde hace muy poco tiempo me temo.
— Estás delirando, sigamos andando, el aire libre te hace sentimental — bromeó la chica uniendo sus brazos ante las miradas expectantes de las personas a su alrededor.
Un poco, muy, tarde pero ya está. La verdad es que he estado ocupada trabajando en un comic inspirado en Spiderman into the spiderverse por lo que estoy enfrascada entre los dibujos y la historia, siento estar tan desaparecida pero para los fans de Miles Morales y el Spiderverse estaré subiendo por aqui el nuevo libro.
