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Unos días después de ese último suceso con Hirai, Dahyun no volvió a tener alguna interacción con la japonesa creída.

No es que extrañe su presencia, o sus tontas peleas. Claro que no.

Sino que le parece un poco raro, pues la mayor solo la ignora.

Cuando se veían en el gimnasio, la chica pelinegra evitaba voltear a verla y la ignoraba cuando lanzaba un comentario que anteriormente desataría otra de sus bobas peleas.

Pero ahora, toda sus atención se la daba a esa molesta chica de cabello castaño: Im Nayeon.

Y tal vez, solo tal vez, muy en el fondo, extrañe un poquito de la atención que tenía de Momo hacia ella.

Momo estaba sentada a lado de Chaeyoung y de una molesta Nayeon en una de las tantas mesas de la cafetería

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Momo estaba sentada a lado de Chaeyoung y de una molesta Nayeon en una de las tantas mesas de la cafetería.

Después de ese día en los cambiadores del gimnasio, la mayor no se le despegaba de su lado.
Y Momo se aprovechó de eso pidiéndole las tareas que no ha hecho a la mayor.

La japonesa estaba copeando la tarea que le había pedido a Im mientras esta le hablaba sobre algo que la verdad no estaba interesada en saber.
Pero que solo la escuchaba para no verse tan mala por haber dejado que se sentara con ella para solo copiarle la tarea que la vieja amargada había pedido.

En eso, se escuchó como todos empezaron a murmurar algo. Levantó la mirada de su libreta y volteó a ver dónde todos estaban mirando.

Uno de los chicos más "guapos" de la universidad estaba parado frente a la mesa de Kim.

Momo solo veía la escena con una ceja alzada. Viendo la incomodidad en la cara de la linda coreana.

Pues esta no sabía cómo reaccionar a lo que el chico frente a ella le estaba pidiendo.

Una cita.

Dahyun no quería aceptar, no estaba para nada interesada en ese chico. Pero todos a su alrededor, y algunas de sus compañeras de equipo, estaban diciéndole que aceptara.

La porrista no sabía que hacer, ella no quería ir con ese molesto chico, pero tampoco quería rechazarlo frente a todos: arruinaría su imagen.

Nadie hablaría bien de ella si rechazaba al popular de la escuela.

Momo seguía viendo como el insistente chico seguía jodiendo con que Kim le aceptara una cita.

Por lo que ya cansada de la incómoda escena, se levantó con su jugo en la mano y caminó mirando su celular "distraídamente".

Chocando con el chico y mojandolo con su delicioso jugo de manzana en su camisa de su tonto equipo de fútbol.

Me debes un juguito, Kim.

一 Ay, discúlpame, no te vi. 一pidió "arrepentida" la japonesa al chico que solo miraba la mancha en su playera.

Levantó la mirada de la manchota en su camisa y le dió una mirada de odio a la capitana de volleyball.

一 ¿Por qué no te fijas por dónde vas, maldita lesbiana?

El chico, Lee Songjeon, le dijo mientras se le acercaba a la chica, queriendo intimidarla con la mirada.

Momo no retrocedió, ni se inmutó por la cercanía del hombre.
Al contrario, casi se reía en su cara por lo que dijo, queriendo hacerla menos por su sexualidad. Cuando al contrario, se enorgullece de ello.

Pues no gustaba de unos estúpidos e imbéciles hombres como él.

一 ¿Y tú por qué mejor no te das cuenta cuándo haces sentir incómoda a una mujer, idiota? 一 Momo le preguntó, empujando al chico por los hombros pues su cercanía ya le molestaba.

Pero al parecer el imbécil frente a ella lo tomó como un inicio de pelea pues empujó con más fuerza a la chica, casi haciendo que se caiga. Pero agarrando el equilibrio rápidamente.

Momo lo miró mal, pero antes de hacerle algo al chico, este la estiró del cabello, acercándola a él.

Pero la japonesa se defendió dándole una patada ahí abajo. Haciendo que la soltara inmediatamente.
Y Momo disfrutó ver cómo el chico sufría tirado en el piso mientras algunos estaban riéndose de él.

Momo se volteó, yéndose directo hacia su mesa.

No sin antes voltear a ver a una Dahyun que veía la escena con una cara de sorprendida. Para luego verla directamente a ella, agradeciéndole con la mirada.

A lo que Momo solo le guiñó un ojo, se acercó a su mesa para agarrar sus cosas y salió de la cafetería con una sonrisa llena de orgullo por haber bajado a ese imbécil de su pedestal.

A lo que Momo solo le guiñó un ojo, se acercó a su mesa para agarrar sus cosas y salió de la cafetería con una sonrisa llena de orgullo por haber bajado a ese imbécil de su pedestal

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𝐌𝐘 𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐀𝐍𝐃 𝐋𝐀𝐒𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora