Capitulo 24

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— Compra todas las revistas donde aparezcan éstas fotos. No importa si son miles, házlo.

— Como diga señora Song.

La mucama se retiró después de hacer una reverencia para seguidamente hacer lo que su jefa y señora de la enorme mansión le ordenó.

— Tú, ven aquí — el sirviente que se encontraba parado a lado de la puerta fue hasta donde ella — ¿Dónde están mi hijo y su prometido?

— El señorito Kang está en medio de una sesión de fotos ahora señora y el joven amo fue al hospital infantil — informó. — ¿Quiere que vaya por ambos?

— Otra vez en ese sucio lugar — disgustada rodó los ojos —, sólo quiero que traigas a Yeosang. Yo me encargaré de Mingi luego — el sirviente asintió — Una cosa más, mi esposo estará fuera del país por dos meses. Asegúrate de cancelar todas sus citas, no quiero ni una llamada.

— Como diga señora YoungMi, con permiso.

El hombre salió.

La mujer cruzada de brazos apoyándose en el escritorio miró por sobre sus hombros la serie de fotografías que le llegaron ésta mañana, no eran las que pidió ni imaginó. Pero de cierto modo ya sospechaba.

Su hijo hace tiempo que usaba esa excusa barata de ir a ese sucio hospital en un lugar muy apartado del resto. Huyendo de los deberes que tenía, entre ellos, tener tiempo de calidad con el castaño.

Usándolo para hablar con ese chiquillo peliazul.

— ¿Qué haré contigo pequeño Song? — sus ojos se tornaron oscuros — si ese niño de cabellos azules te está distrayendo, de acuerdo. Haré que ya no lo haga más.

Azotó la foto en la mesa causando un estruendo.

— No haré que arruines mis planes sólo por un maldito capricho — rodeó la mesa y tomó la contestadora, apretó un botón llevando el teléfono al oído — ¿Recuerdas sobre el trabajo que te dí? Quiero que lo hagas pronto.

Colgó.

Nadie iba a meterse ni a detenerla.

Volvió a poner el teléfono en su lugar.

Ahora era cosa de esperar, una vez ese pequeño chico desapareciera de la vida del pelinegro menor las cosas avanzaría como debían.

La boda poco a poco se acercaba y cuando ambos menores dijeran el 'acepto' ya no habría vuelta atrás. Por eso no quería distracciones para ninguno de ellos dos.

— ¿Señora Song?

— Adelante.

— Perdón por la intromisión — cerró la puerta con lentitud sabiendo lo que se venía. Debió haber dicho que la sesión era larga y así evitar venir a su pesadilla.

— Toma asiento porfavor — él obedeció.

Era como estar con el mismo mal hecho persona, en una mujer hermosa que no aparentaba tener la edad que tenía. Incluso una flor bonita está llena de espinas venenosas.

Las de ella eran tóxicas.

No obstante, no reprimía nada y tampoco lo haría. No tenía ningún derecho.

Porque por sus venas no corría la misma sangre que la de sus padres Yeosang era un hijo ilegítimo.

— ¿Quieres té?

— No gracias...estoy bien.

Dejó la taza a un lado y entrelazando sus dedos por debajo de su barbilla miró al chico. Achicó sus ojos en disgusto pero bueno, era el único candidato disponible además de que sus padres eran exitosos empresarios y sus lazos familiares eran buenos ¿Porqué no unirlos por un matrimonio entre sus dos herederos? Las ganacias aumentarían, el poder lo haría, su carrera estaría por los cielos.

♡Cupido Stalker♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora