Mingi se situaba sentado en el colchón de la mini sala del apartamento de Hongjoong tecleando o simplemente mirando su móvil con el bolso del mencionado entre sus piernas, esperando que terminara de arreglarse.
Volvió a mirar la hora y checó otra vez la puerta cerrada color blanco perteneciente al baño. Soltó un suspiro ¿Cuánto tiempo más iba a tardar en colocarse delineador o lo que sea que se ponía en la cara?
No lo entiende ¿Maquillaje? ¿Para qué?
«Él ya luce perfecto» dijo entre pensamientos.
Pensamientos que fueron detenidos al escucharse abrir la puerta algo brusco y captando como el peliazul salía como bala humana, buscando entre cajones y haciendo un desastre a su paso el cuarto pues la ropa salía volando y cayendo en algún punto del sitio.
Un calcetín paró en su cabeza por ello.
Evitó reír pasando su pulgar por sus labios en donde una sonrisa se formó sin despegar su atención del peliazul que tenía el ceño fruncido y que maldecía por lo bajo.
No supo cuánto estuvo fuera de su órbita hasta que la voz de su gatito acosador pudo traerlo de vuelta.
—Ya podemos irnos, poste.
No pudo ser capaz de hablar aunque se mantuviera todo el rato en silencio, quedó mudo y petrificado.
Tragando grueso.
Recorrió disimuladamente el cuerpo del contrario desde las delgadas piernas con ese espacio atractivo entre ellas hasta los pequeños hombros y finalmente en el rostro. Sus mejillas ardieron, no evitó sonreír ni sentirse orgulloso y posiblemente verse tan obvio con sus sentimientos.
Los ojos son las ventanas del alma ¿No?
«Wow...»
La blusa se pegaba correctamente en el cuerpo curvilíneo como si hubiese sido diseñado específicamente para él, el pantalón con ese tono elegante subía el volumen en su, ya saben, también presumían de las largas piernas delgadas y si no fuera porque el vestuario era adherido al cuerpo, nunca hubiera sido capaz de notar la pequeña cinturita.
Era como un modelo de pasarela.
Perfecto.
Estaba seguro que si Hongjoong modelaba, acabaría con la carrera de media industria.
«Su atractivo es inefable»
Arte era en lo que podía resumir toda la belleza, a sus ojos, era seguramente el chico más hermoso que pudo toparse en su camino.
Aunque literalmente lo encontrará en su camino "acosandolo".
—¿Q-Qué tanto miras? ¿Me veo mal? — sus mejillas se colorearon rosadas, odiaba mucho a los latidos irregulares de su pecho —¿Mingi? ¿Estás bien?
El pelinegro reaccionó un poco desorientado, avergonzado de lo que hacía y cruzaba por su mente, no se arrepentía en absoluto pero realmente debía parar.
—No es nada, debemos irnos ya.
— Ah...— un sentimiento de frustración apareció.
Creyó que diría algo más.
«Ya basta Hongjoong, recuerda porque Mingi te conoce en primer lugar...no lo olvides»
Comenzaba a tornarse un poco complicado y era molesto.
Antes de salir por completo del apartamento, su mano fue sostenida logrando acelerar el pulso. Tragó nervioso, ni siquiera se percató de que su respiración se volvía irregular pues se perdió en los zafiros de Mingi.
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♡Cupido Stalker♡
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