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✑ Boris le recomienda a Wilhelm escri-
✑ bir lo que siente como una manera
✑ de expresarse. Él decide hacerlo me-
✑ diente la escritura de cartas a su her-
✑ mano fallecido, Erick.
✑ To...
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Miré el reloj y vi que ya quedaba poco para las 16:00, perezosamente me levanté de mi solitaria cama y me dirigí a la consulta de Boris, el psicólogo al que mi madre me obligaba a ver. Me parecía de las mayores tonterías que me han obligado hacer y la única razón por la que seguía yendo es por mi hermano. De alguna manera me hacíia sentir más cercano a él, rodearme con las mismas personas que él en su momento.
Llegué dos minutos antes, me apoyé en la pared y respiré hondo, dándole vueltas a todo lo que había pasado hoy, menudo día de mierda había tenido.
Poco después salió Nils de la sala y me dio una palmada en el hombro a modo de ánimos.
-Buenos días Wilhelm - saludó Boris con su común tono alegre.
No contesté y tomé asiento. Hasta el momento me había mantenido callado en todas las sesiones anteriores. Este hombre no me obligaba a hablar. Porfin alguien que no creía poder controlarme. Podría decir que esa es la principal razón por la que me agradaba.
- ¿quetál estás hoy? - Preguntó amablemente
Traté de contenerme pero los pensamientos del pasillo seguían revoloteando sin cesar y al no aguantar más, exploté. Por primera vez hablé y comprendí la función de la terapia.
- ¡Estoy harto de todo! No aguanto más. - de un impulso me levanté y empecé a caminar efusivamente por la sala - Odio ver como la gente es capaz de hacer cosas básicas como iniciar una conversación o hablar en público sin problema mientras yo soy incapaz de hacer nada bien. Ni siquiera puedo hablar frente a mis compañeros de clase sin tener un ataque de ansiedad y vomitar, es agotador. ¿Porqué me cuesta tanto si es una tontería? - hice una pausa para tomar aire y tratar de calmarme. - Me siento frustrado
Transcurrieron unos segundos de silencio que no supe como rellenar.
- me siento orgulloso Wilhelm, por primera vez me has contado lo que se te pasa por la cabeza y has sido capaz de identificar tus emociones. - sonrió levemente y continuó - No tienes que compararte con nadie nunca. Cada uno libra sus propias batallas consigo mismo, no tiene sentido que te frustres por no hacer lo que los demás hacen. Además, recuerda que la presión con la que cargas tú no carga con ella nadie más. ¿Cuantos chicos de tu clase estan preocupados de seguir la linea sucesoria Suecia y no fallar a su país? - no contesté y prosiguió - Exactamente, ninguno. Así que la primera lección que vas a sacar de aquí es esa.
Se levantó de su asiento y acercó al termo que tenía colocado en una de las mesillas, virtió el agua en dos vasos y me ofreció uno para luego volver a sentarse en su cómodo sillón. - ¿Como llevas la presión de la corona?
Y por una vez me planteé quetal me sentía yo sobre ello y no lo inútil que era para ese puesto. No lo pensé antes de hablar, simplemente dejé que las palabras fluyeran
