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— ¿Tienes algo que decir Wilhelm, antes de que empiece yo? — negué con la cabeza

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— ¿Tienes algo que decir Wilhelm, antes de que empiece yo? — negué con la cabeza

Esa expresión de orgullo que antes tenía ahora era sustituída por una de dureza, decepción e impotencia.
Fue suficiente para saber que no me trataría como mi madre, si no como la reina.

— Buen- — la corté — ¿tienen que estar todos aquí? — si ibamos a discutir prefería que se mantuviera entre nosotros

— Te recuerdo que es una monarquía democrática. Todo problema de la corona, por extensión también de la Corte

— ¿Y él? No es de la Corte — señalé a August con la cabeza

Me miró pletórica,como si no pudiese creerse que esa era mi preocupación del momento

— No hablaré si no se va  — declaré. Aun sabiendo que todo lo que dijese ahora me perjudicaría luego

Suspiró resignada, lo miró y este agachó la cabeza como despedida y se fue.

— ¿¡Eres consciente de lo que acabas de hacer?! — gritó. Quería desahogarse y lo haría  —  ¡Has montado un escándalo, has arruinado todo. La monarquía sueca será la comidilla del mundo, nos has dejado en ridículo! ¿Tanto te costaba simpatizarme? Te dije que yo te apoyaba como mi hijo antes que príncipe, que esperases hasta los 18 y hablaríamos del tema, ¡lo ibamos a solucionar! ¿¡Porque eres tan impaciente?! E hecho todo lo que he podido por ti y tu no has hecho el mínimo esfuerzo, más que poner más y más baches en mi camino. No puedo creermelo —  empezó a dar vueltas desenfrenadamente en el escaso espacio. Pude ver que trataba de contener las lágrimas

— ¡Pero no es justo mamá! ¿Acaso te oyes? ¡Te duele haber fracasado en tu misión de controlarme!

— ¡yo no intento controlarte!

— ¡Claro que sí! Wilhelm haz esto, Wilhelm haz lo otro. Wilhelm no hagas esto, Wilhelm no hagas lo otro. Es así constantemente. ¡Nunca te ha importado lo que opino, ni lo que siento. Tomas decisiones sin consultarme!

— ¡Porque aún eras un niño! Y ahora que podría consultarte te comportas de la manera más caprichosa posible y solo das problemas. Eres impulsivo, no piensas antes de actuar y te importan un comino las consecuencias. ¡¿De verdad quieres que te consulte a ti?! — Sentí una punzada en el pecho.

Debió de darse cuenta de la gravedad de sus palabras porque inútilmente intento serenarse y limpiarse las lágrimas

— Eso no importa ahora. Tenemos que buscar una solución  a esto.

Recordé a mi madre de pequeño, esa mujer afectuosa que me mostraba cariño y hacia sentir querido. La que jugaba conmigo y me defendía a la mínima. Aquella.

¿En que momento se había roto tanto nuestra relación?

¿Había sido culpa mia?

— ¿ideas? — se giró hacia el resto de personas que hasta el momento se habían mantenido en completo silencio

— Nuestro equipo está trabajando para evitar que se difunda el video. Pero es prácticamente imposible, los estudiantes grabaron y tampoco pararon las cámaras a tiempo

— Y ya no podemos hacer ningún anuncio público y mucho menos una disculpa. El príncipe coronado fue muy claro.

Me atreví a comentar — ¿Es necesario cubrir lo que he hecho? ¿No sería mejor dejarlo estar?

Se quedaron mudos. Siquiera habían llegado a sopesar la opción

— No puedo complacer a todo el mundo, no quiero seguir fingiendo para no ''armar escándalos''  — Sabía que no les gustaba la idea, pero lo estaban pensando, por si era la única opción que les quedaba 

— si se me permite hablar... — dijo una mujer castaña y menuda que hasta el momento se había mantenido en silencio — Quisiera decir que últimamente la corona se ve envuelta en muchos escándalos y creo que el verdadero problema es que el príncipe no esta lo suficientemente capacitado para el puesto, descuidos, impulsos, amenazas, golpes, grabaciones explícitas... entre otros. 

— ¿Que propones? 

— Destituirlo 

— Ah, no, bajo ningún concepto, ya lo hablamos. Solo si era extremadamente necesario — Intervino mi madre. No lo permitiría a menos que yo lo eligiese así. 

— ¿Y a que esperamos? Ya han pasado suficientes cosas, no podemos esperar a que se derrumbe todo. Deberíamos cederselo a August

Ja. Ahora sí que no

—No. No podemos hacer eso — hablé — nuevamente no se me esta consultando nada 

— ¡Basta! — zanjó la reina — Una oportunidad más, Wilhelm. Solo una. Si la vuelves a liar, ya no podré ayudarte. — me lanzó una mirada asesina como advertencia 

Dio media vuelta y salió del cuarto como mamá gallina y el resto de pollitos la siguió. Me quedé solo nuevamente. 

Tomé un fuerte respiro. No quería ni pensar lo que sentía en ese momento. Eran tantas cosas. 

Quería salir y buscar a Simon, teníamos cosas pendientes. No me había planteado como podría influir mi confesión en él. Seguro que ahora mismo estaría rodeado por estudiantes curiosos interrogándole. Y si aparecía yo sería peor, todo el mundo tenía la mira puesta sobre mi. Lo mejor sería aguardar un rato, al menos hasta que todos los alumnos fueran a sus cuartos. Me las ingeniaría. 

Retomé mi actividad anterior, seguí escribiendo con intención de entretenerme. 

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✒️: : cartas al cielo | young royalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora