Día 22 de 365.

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Kilómetros de más.

Distancia que te separa de lo que verdaderamente quieres y te hace feliz. Sensación inigualable al tenerla junto a mí.

Que para pruebas de amor se hizo la distancia, o al menos, eso dicen.

Y yo, digo que para amar no existen distancias que valgan, que si de verdad quieres a alguien lo vas a hacer a kilómetros, metros o centímetros.

La sensación al verla llegar no cambia si de verdad estás enamorada. Eso se nota, se siente, aquí, en mi pecho, tócalo.

Follarte a versos y recitarte a besos.

Encontronazos accidentales que desatan terremotos por tu cuerpo. Me flipa verte sonreír. Y es que, bajaría la luna con tal de iluminar la noche que nos adormece.

Hoy no han salido las estrellas, tienen celos de que pidamos deseos de tenernos cerca y ellas tan lejos; a años luz; con fuego, frío, hielo de por medio.

Frío… No tiemblo de frío, eso lo produces tú cuando me miras, te acercas, me besas y me provocas.

Fuego, es lo que desatas en mi cuerpo cuando te oigo gemir en mi cama, bebé.
Desnudarte lento y sin prisas, follarte en silencio y a prisas. Taparte la boca, agarrarte del pelo, tu cara, tus labios, mis manos, el cielo.

Clímax, final feliz.

Explotar. Placer. Gemir. Manos entrelazas. Curvas peligrosas. Y vuelta a empezar.

Diosa liberada de un monstruo de la mitología.

Déjame hacerte mía esta noche, enseñarte lo que Apolo y Hércules no supieron hacerte, demostrarte que no todos los héroes son perfectos. Que algunos superhéroes llevan capa para esconder ahí sus miedos e inseguridades y no para volar, como yo haría contigo, cariño.

365 poemas en los que olvidarte o saber de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora