CAP. 1

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Bajé del taxi con mi pesada maleta, si no recordaba mal, mi padre vivía en esta urbanización, estaba demasiado nerviosa por lo que me podía esperar cuando llamara al timbre de su casa. No dejaba de pensar en que podría pasar cuando entrara en esa casa, que no se acordara de mi o que no me acogiera en su casa después de haberme ido de aquel lugar sin avisar siquiera, sin despedirme y si decirle un simple "adiós" o "te quiero". La puerta de la urbanización estaba abierta, andaba con cuidado y muy despacio y no soltaba mis gafas de marca que cubrían mis azules y precioso ojos. Subí los tres escalones, él vivía en un bajo con jardín, mis manos y cuerpo temblaban, tenía un enorme miedo por dentro que se apoderaba de mi, estaba ya casi delante de la puerta, suponía que todo sería muy distinto a como lo era en Hollywood, mi riqueza había desaparecido, o al menos parte de ella, ya que antes de marcharme ingresé en mi cuenta bancaria 50.000 euros, tenía la extraña sensación de que me sentiría incómoda aquí, pero a pesar de todo sabía que mi padre me entendería.

Estaba a 2 cm del timbre y pensaba que de un momento a otro me desmayaría en el suelo. Con todas mis fuerzas toqué el timbre y una mujer alta y morena abrió la puerta.

-Buenos días- me dijo ella con un tono algo borde.

-Hola, ¿vive aquí Rubén González?- le pregunté muy nerviosa.

-¿De parte de quién?-preguntó la muy egoísta.

-De Zaida, soy su hija- le dije algo agobiada.

-¿Zaida González Márquez?-preguntó nerviosa.

-Si.... ¿está Rubén?-le volví a preguntar.

-Pasa...- dijo ella abriéndome la puerta mientras los nervios se le notaban en su mirada.

Pasé dentro, era un piso espacioso, yo caminaba mirando el brillante suelo de madera, alcé la mirada y lo vi, a unos metros de mi estaba mi padre, no era un hombre muy atractivo, tenía ya 50 años y me resultaba difícil que tuviera novia, no quería que a mi padre le hicieran daño pero por desgracia, todas las mujeres con las que había estado mi padre lo querían por su dinero y por su trabajo, era un hombre canoso, tenía una barba no muy espesa y unos ojos rasgados azules muy bonitos. Se me acercó más y me habló con voz seria.

-¿Zaida?- dijo él.

-¡Papá!- dije yo contenta mientras corría a sus brazos.

-¿Podrías irte Amanda?, necesito estar a solas con mi hija.- dijo él, dirigiéndose a la morena atractiva.

-Sí, pero recuerda que tenemos que irnos al restaurante a las 14.00 h, a Santiago no le hará gracia tener que esperar.- le contestó ella, con voz pija y se marchó de la habitación.

-¿Qué haces aquí? pensaba que tendrías que estar cantando.- dijo él enfadado pero con voz clara y baja.

-Tendría, pero no puedo- le dije.

Puso gesto de asombro y me preguntó de nuevo.

-Me he escapado papá, no se lo digas a nadie, no puedo seguir cantando y no puedo estar allí.- le dije seria.

Tras explicarle lo ocurrido me acogió en su casa con algo de preocupación, decía que tenía habitaciones de sobra pero también trabajaba mucho y no solía estar mucho en casa, así que tendría que estar bastantes días sola a pesar de que él, iba a contratar un secretario aunque más bien protector para que le protegiera, al parecer, trabajaba en asuntos con gente peligrosa.

-Cariño, tenemos que ir a comer, nos esperan.- dijo la morena con mala leche.

-Voy, déjanos unos minutos.- le dijo a ella con voz serena.

-Zaida, escúchame, es muy importante que no salgas de aquí si no estoy yo cerca para protegerte, te podrían encontrar y la gente para la que trabajas es peligrosa, y más todavía si les haces perder dinero, me voy con Amanda, cuando salgamos por la puerta cierra el pestillo, ¿de acuerdo?- me dijo mi padre mientras cerraba la ventana que daba al jardín trasero.

-Creo que te has equivocado, es la gente para la que estaba trabajando, ahora ya no.- le contesté.- ¿y quien es ella?- pregunté refiriéndome a Amanda, aunque suponía que no me lo diría.

-Mi.... luego te lo explico, no salgas por favor.- acabó.

En ese momento se fueron y me quedé sola en casa, el miedo aún estaba dentro de mi, pero ya me sentía más tranquila. Ya sabía en definitiva que Amanda era la nueva novia de mi padre y lo más seguro trabajaría con él. Suponía que sería una pija que querría dinero, era joven y atractiva, por eso no sabía que hacía con él.

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Me dirigí al baño, aún estaba un poco perdida en esta casa, aunque mi vida como cantante era muchísimo más lujosa me acostumbraría a esta nueva vida con mi padre. Fui a darme una ducha, hoy me sentía algo agotada después de tantas horas de viaje. Me puse algo cómodo y puse cosas en mi nueva habitación, peluches, cartas, fotos, recuerdos de pequeña, libros y busqué unas sábanas para poner a mi cama, era un dormitorio grande y blanco pero estaba poco amueblado, estaba lo justo, un armario, una ventana con vistas a la piscina comunitaria y estanterías. Después de guardar mi ropa en el armario y organizar mi habitación fui al sillón a ver la televisión, con la que me quedé dormida profundamente.

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1 hora antes en Hollywood

*Narra Lucía Márquez (madre)*

Eran las 11.00 de la mañana, quedaban 3 horas para el concierto y nos teníamos que ir a elegir la ropa y maquillarnos para el gran día, hoy mi hija celebraba su 17º aniversario por todo lo alto con su nuevo disco, era un día muy importante y los espectadores habían pagado 200 euros por las entradas al concierto.

Me levanté de la cama y miré el despertador, me sobresalté y fui directa a despertar a Zaida a su habitación.

-¡Zaida! A levantarse, que ya es muy tarde y nos tenemos que preparar en vestuarios a las 11.30 h.

Nadie contestó.

-¡Zaida!¡Tenemos que desayunar!¡Despierta!- dije gritando a la vez que me dirigía hacia su cama.

Levanté la sábana de golpe y me sorprendí al ver que no había nadie en la cama, me empecé a poner nerviosa y me dirigí al enorme salón, no había nadie, miré en todas las partes de la casa y estaba yo sola, sin nadie más. Cogí mi teléfono de encima de la silla y llamé a Zaida pero no me respondía, acto seguido lo llamé a él que seguro sabría donde estaba pero no, Christian tampoco contestaba al teléfono. No sabía a quien más llamar y me fui en mi deportivo hacia el lugar del concierto, necesitaba la ayuda de Luis.


Eran las 12.00, quedaban 2 horas solo para el concierto, el lugar estaba lleno de gente con entradas en las manos para ver a mi hija; entré rápidamente a verlo, al llegar Luis se me acercó enfadado y con preocupación al no ver a Zaida conmigo.

-¿Dónde esta Zaida?¡Tendríais que estar que estar aquí hace más de media hora!- dijo el productor casi sin respiración.

-Lo siento, pero, ¡Zaida no esta!- dije yo casi sin aliento y con el corazón a cien.

-¿Cómo que no está?¿Estas bromeando verdad?- dijo Luis enfadado.

-Ojalá lo estuviera- dije con muchísima angustia.

Enseguida contemplé como Luis se alejaba muy rápidamente buscando a seguridad para poner en busca a mi hija, no sabía lo que había hecho ni a donde se había ido pero estaba segura de que Luis buscaría a mi hija debajo de las rocas con tal de no perder ni un solo céntimo.


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Espero os que haya gustado el primer capítulo de mi libro, mañana o pasado subiré el segundo, VOTARLO plissss. Lo siento si lo he alargado demasiado pero tengo bastantes ideas para este libro.

~Alicia💕~

Cantante a la fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora