CAP. 8

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Aeropuerto 5.00 h

*Narra Luis (productor)*

Habíamos aterrizado hacía poco, ya estábamos en Valencia, ahora iríamos en taxi hacia el Hotel. Nos dirigieron a uno por el centro, yo iba con gorra y gafas de sol para que no me reconocieran, pero a pesar de que se me veía bastante nadie de por allí me había reconocido, no era tan famoso en España. 

Llegué al hotel con mi hijo a las 6.00 h, era algo lujoso y nos quedaríamos bastante tiempo, el necesario para tenderle la trampa a Zaida Márquez.

-Buenos días, ¿su nombre?- dijo una chica detrás de la recepción.

-Luis.- dije yo.

-Sí, habitación para dos.- dijo ella.

-Eso es.- dije yo algo impaciente.

-Su habitación es la 213, segunda planta.- volvió a decir.

-Gracias.- dijo mi hijo.

Dejamos las maletas en una habitación después de oír la larga charla de la recepcionista, entrábamos a la habitación a las 8.00 h, así que nos fuimos a una cafetería a desayunar.

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Valencia 7.00 h

*Narra Zaida*

Me levanté de la cama al oír voces que provenían del salón, me peiné un poco y fui hacia allí, donde me encontré con mi padre, Amanda y Axel.

-Buenos días.- dijo mi padre con voz cariñosa mientras se levantaba a abrazarme.

-Buenos días papá.- dije con un pequeño bostezo.

-Qué pronto te has levantado.- dijo él.

-Sí... ayer me acosté pronto.- le respondí yo.

Mi padre se volvió a sentar en la silla que había enfrente de Amanda y yo me dirigí hacia Axel, que preparaba un café con leche.

-¿Café princesa?- dijo él en voz baja mientras me ofrecía la taza.

-Sí señor.- dije con una sonrisa mientras cogía la taza de café.

Me senté al lado de mi padre, el que ya estaba vestido para ir a su futura empresa.

-Bien, me voy a ir, pasároslo bien; ¿me acompañas Amanda?- dijo mi padre.

-Tengo que recoger una cosa, si quieres cuando salgas vamos a tomar algo.- dijo ella.

-Vale, quedamos en la cafetería de la esquina.- dijo él.

-Adiós papá, ¡suerte!- le dije mientras se marchaba.

-Gracias.-dijo él a continuación.

Nos quedamos en casa Amanda, Axel y yo, pero al rato Amanda se fue a por esa cosa que tenía que recoger y nos volvimos a quedar Axel y yo solos. Mientras me terminaba la taza de café vi como Axel se alejaba hacia su habitación y al rato llegó con ropa deportiva.

-¿A donde vas?- dije yo.

-A hacer una cosa que quizás no hayas oído en tu vida, deporte.- dijo él soltando una carcajada.

-Puedo hacer deporte perfectamente.- dije yo enfadada por su comentario.

-¿De veras?- dijo él sonriente.-pues vente.

-Vale.- dije yo.

Fui decidida a darme una ducha y después busqué en mi armario pero no tenía nada para hacer deporte; tuve que recurrir a su ropa. Entré en su habitación sigilosamente y tras 15 minutos en ella salí al salón con una camiseta de tirantes que me llegaba hasta las rodillas azul marina con el número 6, unos pantalones cortos vaqueros míos y unas zapatillas que encontré en su habitación. Me miró de arriba abajo sin parar de reírse.

Cantante a la fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora