Capítulo 22

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Capítulo XXII

          El Maze era un laberinto de forma hexagonal que estaba repleto de monstruos y trampas

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El Maze era un laberinto de forma hexagonal que estaba repleto de monstruos y trampas. El hechizo que lo contenía era muy específico, una vez que la puerta de entrada se cerrara pasarían tres lunas hasta que la puerta de salida se abriera automáticamente, los participantes tenían tres lunas para cruzar todo el Maze y abrir la puerta antes de que esta lo hiciera por su propia cuenta.

Muchas fueron las generaciones que no pudieron abrir la puerta por sí mismas. Completar el laberinto no era tarea fácil pero era el precio a pagar por recibir el título de Caballero Sacro.

Era el momento, estábamos en la arena de salida del Maze, detrás de nosotros se veían las grandes y negras puertas de entrada. Habían anunciado que faltaban pocos minutos para que la puerta se abriera. Luego de eso los participantes solo tendrían minutos para entrar antes de que estas se cerraran nuevamente.

Originalmente cada familia real tenía tres candidatos, pero esto raramente se cumplía, no eran muchos los que poseían las capacidades para completar la selección. La familia Belssing había decidido proponer a un solo candidato ya que según la abuela Audri era el único con oportunidad de victoria. Los Altruin habían propuesto tres participantes, los Ivonka igual, los Dune habían propuesto solo dos.

La tensión en la arena era notable, se suponía que solo debían estar los participantes pero me había negado a dejar a Audri hasta que fuera el último segundo. Estábamos a una distancia prudente para mantener las formas delante de los demás, porque si bien en la arenas solo habían candidatos desde lo alto, en la sala de control, en la Cúpula, nos observaban los Caballeros Sacros que eran los encargados de cuidar la selección.

―¿Por qué tu estas más ansiosa que yo? No eres de ayuda. ―bufó Audri.

―Si mueres no pienso llorar por ti, eso no sería de ayuda. ―contrataqué con burla.

―Eres una niña.

―Y tu un idiota.

―Llorona.

―Insensible.

Se produjo un estruendoso chirrido y todas las atenciones se vieron volcadas en las granes puertas que se abrían lentamente. Una vez que la puerta se abriera por completo volverían a cerrarse por lo que algunos participantes comenzaron a dirigirse a ella para entrar al Maze de una vez por todas.

Asustada, me giré en seco hacia Audri. Mi corazón se sentía apretado como si mi pecho se hubiera encogido repentinamente.

―Promételo. ―pedí sosteniendo el collar en mi pecho.

Audri me miró fijamente por largos segundos, una de sus manos viajó hasta mi mejilla para darme una suave caricia a modo de consuelo, desgraciadamente tuvo el efecto contrario, se sintió como una tortura.

DESCENSO  (Balada de los Hijos de la Luna, Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora