Capítulo 4: El Primer Contacto.

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    James y Pandora esperaban en silencio alguna orden de parte de Robert. La policia había confirmado que la zona norte del vecindario ya había sido evacuada completamente, lo que les permitía tener un mometo de descanso después de 4 horas de agitación continua. Se sentaron en una banca de la parada de autobus afuera de donde Elizabeth estaba por darle fin a su labor.
     La menor de los Galahad metió sus manos dentro de su casco para masajear sus sienes buscando aliviar el dolor que sentía. Ambos vieron cómo una moneda flotó sobre el suelo hasta pegarse a su cuerpo. Ella suspiró en respuesta.

    —¿Cansada?— Indagó James recordando lo que le habían explicado.

    —Me duele la cabeza y tengo hambre también— Dijo con un cansancio notable en su voz—. Creí que podría soportarlo—.

    —Lo hiciste. Creo que ya acabamos aquí— Señaló detrás de ellos, donde el grupo de ayuda se estaba dispersando poco a poco—. Aguanta un poco más para irnos—.

    —Si— Recostó su cabeza en su hombro y sostuvo su mano—. Hoy fue bueno—.

    —Creo que si—.

    —¿Crees que ellos lo vieron?—.

    —¿Quienes?— Miró a su alrededor al haber escuchado a Robert aparecer cerca de ahí. El sonido era como el de una percusión, profunda. Como el de un tom, comparó él.

    —Papá, Jay, Tsumi—.

    —Papá no ha muerto—.

    —Solo está "Perdido en acción", lo sé— Se contuvo de decir una verdad—. ¿Pero crees que lo sepa, en donde sea que esté?—.

    —Creo que si— Bostezó sintiendo que también se sentía en su límite físico. Sus movimientos se hacían más lentos y pesados—. Hoy fue bueno—.

    —¿Crees que Dios esté viéndonos? ¿Crees que él nos dio estos dones?—.

    —¿Crees en él?—.

    —Si—.

    —¿Porqué?—.

    —No lo sé, supongo que por estar viendo el mundo con más atención, y por tus ensayos, inicié a leer por mi cuenta. Pero no has respondido mi pregunta—.

    —No lo sé. No puedo pensar en eso y preguntarme sobre el propósito de todo lo que hemos vivido— Notó que un hombre de mediana edad salió a la calle para fumar. Llevaba un arma en su cinturón junto a una placa de la policia—. Prefieron no pensar por demasiado tiempo en ello—.

    —¿Estás enojado con él?—.

    —Talvez— Notó que el hombre se acercaba a ellos. Presionó su cuerpo para estar listo en caso de tener que actuar.

    —¿Son de fuerzas especiales?— Indagó el hombre mientras exhalaba el humo de su cigarro.

    —No. Somos de una institución privada— Respondió James dándole un tono más bajo a su voz. Creo que no nos vio, dedujo.

    —¿Del Comité?—.

    —No estamos autorizados a responder eso—.

    —Ya veo......,— Sonrió con un pizca de cinismo—. Si pueden, díganle al tipo inglés que nos vendrían bien más gente como ustedes. Normalmente tardamos casi todo el día en evacuar la zona más cercana al frente, tienen buen equipo—.

    —¿Equipo?—.

    —Si, escuché que liberaron de los escombros a un niño, fue una suerte que estuvieran a tiempo—.

Knights of the SonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora