Capítulo 3

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Capítulo 3: No quiero pensar en eso.




Luego de haber visto a Chomosuke, ella no pudo evitar gritar de sorpresa, tal vez hasta de horror.

Yunyun: ¡Me-megumin, C-chomosuke está-! ¡Chomosuke esta-!

Las palabras se le quedaban en la punta de la lengua impidiendo terminar la oración. Ella dijo eso mientras señalaba a la ya confundida gata que ahora estaba mirándola desde el piso. Al ver esto Megumin suspiro.

Megumin: De verdad que eres infantil, Yunyun. Es verdad que ahora Chomosuke está, em, preñada. Pero no hay nada que se pueda hacer -fingió estar triste por eso, pero se le notaba claramente-. Ahora está el problema de que hacer con sus "gatitos" cuando nazcan.

No es que quisiera escuchar lo que ellas iban a decir en realidad, y también porque Yunyun estaba a punto de llorar sobre Megumin, pero suspiré y salí del salón con la intención de ir a dormir a mi cuarto.

Si bien era cierto que estábamos en verano y que el calor podía llegar a ser ciertamente insoportable, había solucionado ese problema con un espíritu de nieve capturado que casualmente encontré debajo de la cama de Aqua enfrascado. Lo mantuve en secreto y le dije que simplemente se había derretido hace meses atrás, por lo que ella se trago la mentira llorando por su pequeño. Luego resulto que realidad lo quería para hacer helado en los días calurosos.

Aparentemente, los espíritus no necesitan comer, o al menos ese pequeño espíritu nunca lo hizo. Sigue igual que cuando Aqua lo capturo.

Kazuma: Frezze~.

Conjure magia en la punta de mi dedo para refrescarme con el aire frío. Me roseaba toda la cara y era realmente satisfactorio, y más en días como estos dónde el calor puede molestar, incluso a la hora de dormir por la noche.

Megumin: ¡Hey, un momento! ¡No me jales así, yo no tengo la culpa de que esa gata sea una entregada! ¡Ahhh, nooo, esperaaaa!

Escuché a Megumin gritar desde el salón del cual me estaba alejando, parece que Yunyun le esta reclamando a Megumin por no ser buena dueña.

Encendí el prototipo mágico de ventilador, el cual contenía al espíritu de nieve, y me fui a acostar en mi cama.

Suspiré satisfecho y me dispuse a tomar una siesta. O eso es lo que quería.

De repente un ola de pensamiento me interrumpió.

¿Cómo serán las crías de Chomosuke cuando nazcan?

Mi mente se quedo en blanco cuando me pregunté eso.

¿Realmente era bueno para mi salud mental pensar sobre eso?

No queriendo quedar perturbado de por vida, decidí dejarlo de lado aquella pregunta existencial y me preparé para dormir.


***


Yunyun: ¿¡Cómo pudiste!? ¿¡Cómo pudiste dejar que Chomosuke terminara así!? ¡Ella es-...! Uhh...

Aparentemente no siendo capaz de terminar la oración, Yunyun se resignó de revelar a todas las demás sobre la verdadera identidad de la Diosa con forma de gato. Yunyun soltó a Megumin, a quien, en un arrebato de rabia, sacudió agarrándola desde su ropa.

Megumin: ¡Oye, acordamos no hablar de eso! Y si lo vamos a hacer, ¡que sea en privado!

Megumin gritó.

Konosuba: EuforiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora