Deseo (1) ✔️

23| Charla de hermanos

23| Charla de hermanos

|Alexa 

2:46 am

Soy una estúpida, una completa y absoluta estúpida.

De todas las cosas que podía hacer, tuve que chuparle el pene a Christopher.

Pero lo que más me molesta ¡Es que lo disfrute! Me sentí deseada, lujuriosa, excitada, llena de adrenalina de que alguien nos pudiera ver. No sé, fue extraño, podía sentir como la sangre caliente corría por mis venas, saber que alguien se retorcía así por mis caricias me llenó de una sensación que desconocía.

Pero ¿Qué puedo saber yo sobre eso? Es mi primera vez experimentando en el sexo, jamás había estado así con alguien, que sí, me he besado con chicos, también me he masturbado y obvio el porno no es secreto, pero de eso a estar frente a frente con el pene de alguien, jamás había pasado.

Hasta ahora.

Pero, no me molesta para nada. Siendo sincera me estaba gustando, había algo en mí que me llamaba, un deseo incontrolable que quemaba mi cuerpo cada vez que Christopher se acercaba a mí, cada vez que me tocaba, cada vez que me susurraba al oído, no podía controlarme.

¿Estará mal? ¿Habrá algo malo en mí?

No podía saberlo, quizás deba preguntarles a las chicas, ellas tienen más experiencia que yo en eso. En estos momentos desearía tener a mi madre, tengo tantas dudas sobre qué es lo que le está pasando a mi cuerpo y obtengo tan pocas respuestas.

Todo esto me recuerda a la primera vez que mi periodo bajó ¡Dios, fue tan vergonzoso! Recuerdo estar desayunando con mi hermano antes de ir a la escuela y al levantarme sentí como de mi vagina bajó un cálido líquido, al ir al baño vi como un manchón marrón seguido por un poquito de sangre estaban en mis bragas blancas.

El grito que salió de mi boca jamás lo iba a olvidar, no tenía idea del porqué me estaba pasando eso, grité llamando a Daniel y él corriendo entró al baño creyendo que me había pasado algo. Al verme con sangre saliendo de mí, él entró en pánico y comenzó a llorar creyendo que algo malo me iba a pasar.

Recuerdo ir corriendo por la calle siendo jalada por mi hermano directo al hospital, él entró gritando que me estaba desangrando y cuando las enfermeras vieron qué era lo que me estaba pasando ella solo comenzó a reír.

Si, se rieron de nosotros.

Ellas comenzaron a decirme que es lo que estaba pasando y que, todos los meses durante varios días iba a suceder y que eso sería así por el resto de mi vida, o hasta que cumpliera los cincuenta años, quizás menos, dependiendo de mi cuerpo.

Luego de eso vinieron las incómodas preguntas, "¿Dónde están tus padres?" "¿Quién es el adulto responsable a su cargo?"

Mi hermano y yo solo pudimos dar el número de mi tía Esmeralda, ya que ninguno de nosotros dos estaba preparado para hablar sobre nuestros padres. Ella llegó de inmediato en cuanto fue notificada, la enfermera comenzó a explicarle qué es lo que había pasado, nos dejó ir con varias recomendaciones y un regalo. Un paquete de toallas.

Mientras caminábamos a casa mi tía se disculpó cientos de veces por no decirme sobre mi periodo, ella, al parecer, había olvidado que ya estaba en edad de que me bajara. Mientras ella explicaba sobre los cambios que iba a tener de ahora en adelante, mi hermano escuchaba con total horror, sobre todo el hecho de estar sangrando por varios días todos los meses.